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Descentralizar a la UV; más oferta educativa

El Piñero

 

Luis Velázquez/y Parte III Barandal

10 de junio de 2017

PASAMANOS: Jorge Manzo Denes, el candidato de la asertividad a la rectoría de la Universidad Veracruzana, UV, mira, diagnóstico de doctor, y doctor en ciencias cerebrales, otros males de la máxima casa de estudios, agravados en los últimos años:

Uno. Mientras en las universidades públicas del mundo evalúan la competencia de los estudiantes, en la UV siguen privilegiando el examen de memorización, donde el educando fue enseñado, como en la escuela primaria, a desarrollar su capacidad nemotécnica, en ningún momento a razonar y escudriñar los pros y los contras de las cosas y los hechos.

Y aun cuando, y por ejemplo, la secretaría de Educación Pública, eje rectora de la política educativa, cacarea con Aurelio Nuño Mayer el fin de la memorización, resulta que la misma cantaleta se ha repetido desde José Vasconcelos, el secretario de Educación del presidente Álvaro Obregón, que lanzara un parteaguas en el sistema pedagógico.

Así, los egresados de la UV están atrasados ene número de años luz del resto del mundo.

Y más ahora cuando a partir del Internet, los alumnos suelen bajar textos “al pie de la letra” sobre la tarea correspondiente, endosarle el nombre y entregarlos como producto final del semestre.

Los profes, entonces, hacen como que enseñan y los estudiantes como que aprenden.

Y la educación termina con una gran usurpación.

Dos. Según el director del Centro de Investigaciones Cerebrales de la UV, la descentralización significa el otro gran pendiente.

La UV, por ejemplo, concentra en Xalapa, la sede de la casa académica, al 50 por ciento de la población estudiantil y el resto se disemina en los campus establecidos de norte a sur y de este a oeste.

Por eso, dice, ha de trabajarse en aumentar el número de alumnos en cada región, conscientes todos de la limitación presupuestal para dar la bienvenida a la educación mixta, la mitad presencial y la otra mitad virtual.

 

BALAUSTRADAS: La UV ha de aumentar la oferta educativa por una razón de fondo y de peso social.

Según el CONEVAL, seis de cada 10 habitantes de Veracruz están atrapados y sin salida en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, la mala calidad educativa y de salud y la pésima calidad de seguridad pública y de procuración de justicia.

Un millón y medio de habitantes solo aplican dos comidas al día dada la precariedad vivida y padecida.

Veracruz se volvió un estado productor de migrantes a la frontera norte y a Estados Unidos.

Además, somos el primer estado productor y exportador del país de trabajadoras sexuales que venden su cuerpo para llevar el itacate a casa.

Y en tales circunstancias, imposible que la población juvenil pueda continuar estudios en una universidad privada, donde la mensualidad llega a costar hasta diez mil pesos, y en donde la titulación se cotiza en cuarenta mil pesos.

Y es que además de la UPAV, que estaría, digamos, resucitando, y de los Tecnológicos, la UV constituye la gran esperanza, mejor dicho, la única para que los hijos de los indígenas (un millón de paisanos), más los hijos de los campesinos (dos millones), más los hijos de los obreros (tres millones) accedan a la educación superior.

Y nada como abrir espacios en los campus de la UV para evitar que los padres de familia apliquen un gasto extra (del que tampoco disponen) para que el hijo se traslade a otra ciudad a iniciar la universidad.

Así lo mira el doctor Jorge Manzo. Así sueña con un mundo mejor. Así lo aplica en el Centro de Investigaciones Cerebrales, donde es director, y el 90 por ciento de los alumnos tienen una beca del CONACYT.

Es la hora, entonces, de mejorar la infraestructura tecnológica.

 

ESCALERAS: La rectora de la UV cacarea la apertura de nuevas licenciaturas.

Ok.

Pero…, sin una investigación ni del mercado regional ni menos, mucho menos, de las vocaciones regionales de los educandos ni de los jóvenes del bachillerato.

Tal cual creció la UV en el siglo pasado, por ejemplo, cuando el economista Roberto Bravo Garzón era rector y abrió la facultad de Guitarra, donde solo existía un alumno, y con todo, la planta laboral académica era mantenida, además de la planta burocrática.

Era, claro, el tiempo del populismo echeverrista, en que luego del movimiento del 68 todo, absolutamente todo había de conceder a los jóvenes. Tiempo del porrismo cuando los líderes se imponían a base de alcohol y droga a los alumnos y de pistolas y guaruras ante los maestros, además de la impunidad oficial.

El destino, sin embargo, alcanzó a la UV, y ni modo de que abran nuevas licenciaturas como “El borras”, nada más porque le lata la sexta o la séptima intuición a la máxima tribu académica de la UV.

“Soy optimista” asegura el doctor Jorge Manzo, soñando con una UV con un gran sentido social, como es y ha de ser su vocación universal. La universidad del pueblo, al servicio de “los desheredados de la fortuna” como les llamaba Albert Camus.

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