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Desde antes, Deantes, intocado; el genio electoral de Javier Duarte

El Piñero

  • “El que traiciona vez traiciona siempre”

Barandal

Luis Velázquez

Veracruz.- ESCALERAS: Con el priista Gabriel Deantes Ramos se cumple la profecía. “Nadie es profeta en su tierra”.

Nunca la hizo en Tamaulipas, su pueblo. Pero en Veracruz fue una revelación y una revolución.

Según la leyenda, en Tampico vendía celulares en el bulevar. En Veracruz, fue un genio electoral de Javier Duarte.

Más todavía:

En tanto su ex jefe, Javier Duarte, está preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México y hay más de treinta duartistas presos en el penal de Pacho Viejo, Deantes, desde antes, intocado e intocable.

Claro, solo tiene el fastidio de viajar a Pacho Viejo cada ratito para firmar el expediente penal.

Pero sigue en libertad, no obstante que la fama pública lo registra como uno de los priistas más cercanos a Duarte y más influyente y metido, claro, en los negocios.

Su primo, Alberto Silva Ramos, alcalde, secretario de Desarrollo Social, dos veces vocero en el sexenio anterior y ex diputado federal en la mira del gobernador Yunes, lo describía así:

En el Frac. Las Animas, de Xalapa, se construyó una mansión con dos elevadores. Uno para niños y otro para adultos.

Y dos cines. Uno para niños y otro para adultos.

Y once baños.

Y por eso mismo, su primo apodó “Villa Meona” a su mansión, donde en el estacionamiento y en la calle se acumulaban quince automóviles y camionetas, espejo de la prosperidad de Deantes.

 

PASAMANOS: Deantes es una figura icónica y simbólica del Veracruz desnudado a plenitud por Miguel Ángel Yunes Linares.

Pero nunca lo tocaron.

En el carril político y social de la impunidad alcanzada, casi casi igual, o mejor, que la de Érick Lagos, Jorge Carvallo junior, Adolfo Mota, Vicente Benítez, Juan Manuel del Castillo y Ricardo García Guzmán.

Mucho mejor, claro, que la feroz persecución contra su primo Alberto Silva, quien desde las cero horas de hoy, la yunicidad aseguró que lo capturaría acusado del presunto desvío millonario de recursos públicos.

Y mejor, ni se diga que el tesorero de SEFIPLAN, Tarek Abdalá.

Y/o la impunidad lograda por Carlos Aguirre Morelos, el subsecretario y secretario de Finanzas y Planeación, que huyó de su mansión en Xalapa, protegido, todos dicen, por la Fiscalía winckleriana y con la advertencia superior de que se escondiera en el extranjero, aun cuando la versión es que ya está en la Ciudad de México, sin poder habitar una de sus veinte casas que le adjudican, coleccionista de residencias.

 

CORREDORES: Del ideólogo electoral duartista, en el carril priista siempre han cacareado lo mismo que de los Carvallo, los Lagos y los Motitas.

Que pactaron con Yunes a cambio de información privilegiada y pruebas notariales, incluso, contra Javier Duarte y hasta contra Karime Macías.

Que operaron en materia electoral para el gobernador azul y candidatos.

Que “soltaron la sopa” de igual manera, digamos, que Moisés Mansur Cisneyros, uno de los prestanombres, amigo, socio y aliado de Duarte.

Que simple y llanamente son la versión en el siglo XXI del indio yaqui, escolta de Miguel Hidalgo, a quien traicionara y decapitara a cambio de treinta monedas.

Pero al mismo tiempo, oh paradoja, en un Veracruz campeón en el deporte de la especulación como decía Duarte, nunca les comprobaron la posibilidad.

Tampoco, claro, fueron expulsados del PRI por traidores como aplicara Enrique Ochoa Reza, presidente del CEN, en contra de Duarte.

Claro, las otras elites priistas hablaron mal de ellos. Los condenaron y satanizaron. Les dijeron de lo que habrán de morir.

Pero mientras hay más de treinta duartistas presos, ellos, con Deantes Ramos a la cabeza, usufructúan el paraíso terrenal.

Nada fácil será que al rato les abran las puertas de MORENA, aun cuando luego del cónclave nacional cerraron puertas y ventanas y anunciaron que ya son muchos…

 

BALAUSTRES: Nadie como Deantes vivió en el sexenio anterior “la plenitud del pinche poder”.

Todo, todo, todo lo tuvo.

Ahora, claro, ha de comparecerse en el juzgado de Pacho Viejo para dejar testimonio de que sigue en Xalapa y por ningún lado ha sentido la tentación de huir como Carlos Aguirre Morales (ex de SEFIPLAN) y José Nabor Nava Olguín (ex de Seguridad Pública, un millón por su cabeza por el delito de desaparición forzada) y “El bukanan” (5 millones de pesos por malandro).

Y aun cuando la vida sea, digamos, un infierno, y ande con la cerviz doblada, otra cosita es dormir en Pacho Viejo y pasar los días, las semanas y los meses privado de la libertad, confinando a las cuatro paredes de la celda, cuando antes, apenas en el sexenio anterior, el poder, los cargos públicos, las relaciones políticas y sociales, los negocitos, quizá las barbies, les sobraban.

Aun así, un montón de priistas se despiertan cada día abriendo las cortinas de sus recámaras para husmear si a lo lejos estuviera una patrulla policiaca, temerosos de que la amenaza de la cárcel les caiga encima, pues todos están denunciados por la Contraloría y el Órgano de Fiscalización Superior, ORFIS, en la Fiscalía.

Incluso, así han sorteado los días y las noches torrenciales, soñando con el primero de diciembre en que tomará posesión el gobernador electo y la cuchilla caerá sobre Jorge Wínckler quien será llevado a juicio político por los diputados locales de MORENA.

Gabriel Deantes Ramos también mirará la luz del nuevo día…, de igual modo como, digamos, la está mirando Arturo Bermúdez Zurita, ex secretario de Seguridad Pública, a quien exoneraron del delito de enriquecimiento ilícito luego de tantas cacayas azules y luego de que le embargaran su ranchito, “La cartuja”.

Según la percepción ciudadana, Deantes despepitó todo contra Javier Duarte a Yunes Linares, aun cuando algún día se podría conocer el estado de su karma con Duarte.

Además, la frase bíblica que solía repetir don Fernando Gutiérrez Barrios de que “quien traiciona una vez… traiciona siempre”.

Y más, porque el único patrimonio de un hombre, de una mujer, de un ser humano, es un amigo, como dice el viejito del pueblo, “en las buenas y en las malas”.

 

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