Luis Velázquez | Barandal
03 de julio de 2021
ESCALERAS: El góber fifí de la 4T en Veracruz tiene par de talones de Aquiles, debilidades humanas.
Una, el desempleo creciente, galopando de norte a sur y de este a oeste.
La errática incapacidad de la política económica para alentar la creación de empleos.
Además, en el primer año del COVID pues desde marzo entramos al segundo año con el rebrote canijo, casi 150 mil empleos cancelados.
150 mil padres de familia cesados. Sin ninguna posibilidad de llevar un centavo a casa para el itacate y la torta del día con día para los hijos y la esposa y quizá los padres ancianos.
PASAMANOS: Y dos, el oleaje furibundo de violencia, incertidumbre y zozobra.
Veracruz, un reguero de cadáveres. Y de ñapa, caray, con la primera Fiscal General, el reguero de impunidad.
Sólo falta que el góber fifí salsero de la 4T diga como Steve Bannon, el genio maléfico de Donald Trump que “la verdadera oposición en Veracruz… son los medios”.
Los pinches medios que crean la percepción de un Veracruz zambullido en la derrota social.
CORREDORES: El legado histórico de Agustín Acosta Lagunes fue “La Sonora Matancera”, el cartel integrado por caciques y pistoleros.
La vida se cotizaba en cincuenta mil pesos, suficientes para convencer a un sicario de matar a un cristiano con saña y barbarie.
Por eso, el presidente Miguel de la Madrid lanzó como candidato priista a gobernador a Fernando Gutiérrez Barrios, el policía político, el político policía, quien en cuarenta días y noches pacificó Veracruz encarcelando a los caciques y pistoleros, en tanto, otros huían despavoridos de caer en las cárceles.
BALCONES: Javier Duarte, todo indica, se alió con los jefes policiacos, policías y carteles y carteles y por vez primera en la historia local apareció y arreció la desaparición forzada con su daño colateral de las fosas clandestinas.
Además, la gente secuestrada, desaparecida y asesinada, cercenada y pozoleada.
Fue cuando por vez primera en Veracruz también surgieron los Colectivos, integrados con padres con hijos y familiares desaparecidos.
Desde entonces, Patricio Chirinos Calero gobernador, la vida estatal está convertida en un infierno.
Y el desafío para todos y cada uno de los gobernadores y presidentes municipales ocupando la silla embrujada del palacio es la inseguridad.
PASILLOS: Hay 212 alcaldes electos. Y de todos, el único que en la campaña cívica para ganar las urnas se ocupó de manera constante fue el morenista Amado de Jesús Cruz Malpica tanto del desempleo y la inseguridad, el par de prioridades, dijo, que serán en los próximos cuatro años de su vida política.
De ahí pa’lante, el 99 por ciento miró los males de la caja de Pandora como si ocurrieran en algún extremo del mundo y/o en un planeta del sistema solar, señal inequívoca de que “el infierno tan temido” que decía sor Juana Inés de la Cruz seguirá dominando y predominando.
VENTANAS: Dos años y medio después, la 4T en Veracruz ha sido incapaz, indiferente, para cabildear soluciones al par de pendientes.
Bueno, digamos, una excepción. El alcalde morenista de Xalapa, un académico de la Universidad Veracruzana, festina tercer Festival del Pambazo porque las familias vendieron treinta mil, parece, con la dicha póstuma de mamá Carlota, la emperatriz de Maximiliano de Habsburgo, a quien tanto gustaban.
Eludir el desempleo y la inseguridad como ejes rectores de la política sexenal reitera el personal estilo de ejercer el poder con frivolidad.
¡La vida es así y qué le vamos a hacer!…
