Luis Velázquez | Escenarios
14 de junio de 2021
UNO. Alumnos desertores
El dato oficial de la secretaría de Educación Pública es canijo. Según ellos, el COVID originó la deserción de un millón de alumnos de todos los niveles educativos en el país. Nadie dudaría, claro, de que sean más, mucho más.
En tanto, el festín patriotero por el regreso a clases presenciales. Y por lo pronto, avisito duro y rudo. Tres casos positivos en niños de escuela secundaria en la capital del país.
Primer estrago, la deserción. Segundo, chicos con la educación interrumpida. Tres, escuelas particulares quebradas. Cuatro, al traste los programas educativos… y que, bueno, si se reponen los alumnos, repuestos estarán, ajá.
DOS. Osadía de la SEP
Con todo, y como dijera el viejito del pueblo, “el horno… no está para tamales”. ¡Vaya osadía volver a las aulas cuando el rebrote está más recrudecido que nunca!
Un dato. En Francia están en el tercero, cuarto rebrote y el Toque de Queda se mantiene. De 6 de la tarde a 6 de la mañana, prohibido circular en calles y avenidas. Ni se diga, en antros. Y si un ciudadano es sorprendido, entonces, tendrá documento de peso y con peso de por medio o la multa será millonaria, digamos, no pa’que aprenda a respetar.
En el país, todo mundo festinando el regreso a la normalidad.
Más, mucho más prudente y mesurado seguir esperando. Las pandemias históricas han durado hasta diez años.
Caray, hasta el rock star, Hugo López-Gatell, ya se retiró porque, ajajá, México está en paz epidemiológica.
“Ta’güeno”.
TRES. Allá cada gobernador
Por fortuna, la prudencia se está asomando en algunas escuelas de la Ciudad de México y han dado marcha atrás.
En el resto del país, todos aplaudiendo la libertad otorgada por la 4T. Si los gobernadores de cada entidad federativas aceptan la vuelta a clases, pa’lante. Así, y en todo caso, ellos serán los culpables o responsables de los estragos epidemiológicos.
El rock star se ha retirado y “lavado las manos”. Ya cumplió la encomienda superior. Ahora solo falta sea premiado como secretario de Salud federal.
CUATRO. Pifia de la SEP
La SEP y la SS cometieron pifia. En el palenque público gritonearon que con vacunar a los profesores bastaba y sobraba para regresar al salón de clases sin temores.
El trío de niños contagiados y las mascotas infectadas antes en la Ciudad de México expresan la otra cara de la moneda.
Indicativo y significativo porque de continuar así, más rebrote, la guillotina seguirá cayendo sobre Claudia Sheinbaum, la candidata presidencial favorita de López Obrador.
Primer derrumbe: la caída del Metro de la Línea Doce. Segundo derrumbe: la derrota de unas 9 presidencias municipales el 6 de junio. Tercer derrumbe: el rebrote del COVID.
El coronavirus, ya se sabe, politizado.
CINCO. La salud de los niños
Nada, primero, como las clases en línea. Y, caray, si de veras tanta urgencia, pasadas las elecciones, entonces clases híbridas. Más vale.
Claro, cada tribu política tiene su COVID. Y cada quién “mueve el abanico como puede”.
Pero por encima de todo está la salud de los niños y de los maestros.
La semana anterior, en el barrio, una pareja de sesenta años falleció de COVID. Una de sus hijas, residente en la Ciudad de México, los visitó. Y era agente contaminante. Y se los pegó.
El corresponsal de Proceso en Veracruz, Noé Zavaleta, asistió a un mitin electoral y se lo pegaron. Quince días estuvo más encuartelado que nunca.