Luis Velázquez/ Barandal
Veracruz.- ESCALERAS: Entre una de las cosas peores en la yunicidad está el desfalco en la UPAV, la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, que fue el orgullo educativo de Javier Duarte.
Según la Cuenta Pública del año 2017, el presunto desfalco fue de 241 millones 971 mil 897 pesos con algunos centavitos.
Y más, porque, se entiende, fue manejada por un cuerpo magisterial con el heredero de Enrique Rébsamen al frente, Enrique Pérez Rodríguez como secretario de Educación.
Se entiende, que nunca se justifica, que por lo general los políticos “ordeñan la vaca” en los programas sociales y de salud, pero “meter la mano al cajón” de la educación está canijo.
Solo políticos sin escrúpulos, aun cuando José López Portillo decía que los políticos caminaban al cinismo.
Todavía peor si se considera que en Veracruz hay 600 mil personas de 14 años de edad en adelante analfabetas, que no saben leer ni escribir, y si escriben su nombre es igual que Pancho Villa quien lo copiaba como si fuera un jueguito.
PASAMANOS: De acuerdo con las versiones, el desfalcó empezó desviando los ingresos obtenidos con los campus foráneos en el país y que solo servían, claro, para otorgar licenciaturas, pero sin un sustento educativo.
El presunto fraude también estuvo, está quizá, en las universidades “patito” de Veracruz incorporadas a la UPAV y que significaron un barril sin fondo, pues entre otras cositas, ningún profe, pocas, limitadas autoridades, conocen el monto.
Y aun cuando en el duartazgo hubo secretarías de Educación de otros estados, como Puebla y Tabasco, que denunciaron la marca “patito”, de cualquier manera, siguió vigente en otras entidades federativas en la yunicidad, y por ahí “la vaca fue ordeñada”.
En contraparte, se entiende que los ingresos cubiertos por los estudiantes en Veracruz tuvieron un destino educativo y social.
Por ejemplo, cada alumno paga 859 pesos por un trimestre en bachillerato.
Y 2 mil pesos por un cuatrimestre en una licenciatura y 3 mil si es un semestre.
Incluso, en el primer tiempo de la yunicidad con la rectora Maribel Sánchez Lara decidieron que los alumnos pagaran a una cuenta abierta por la secretaría de Finanzas y Planeación para manejar el movimiento financiero y contable con la más absoluta transparencia.
Pero los ingresos de las universidades incorporadas y foráneas habrían quedado sueltos y por ahí el presunto desfalco millonario.
CORREDORES: El ORFIS, Organo de Fiscalización Superior, ya dictaminó el daño patrimonial.
Y los diputados locales de la LXIV Legislatura decidieron un informe más detallado para precisar hechos, pues robar a la universidad es tanto como robar su reloj y cadena y anillos a un muerto.
Además, está el viejo lastre como en el duartazgo de que la institución suele pagar de manera tardía a los profesores.
Incluso, lo peor: la versión de que sirvió como una caja chica para campañas electorales en los dos últimos años y que sería absurdo.
Ahora, de cara al sexenio en puerta, el gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, ha anunciado que la dichosa Casa Veracruz, antes residencia oficial del jefe del Poder Ejecutivo Estatal en turno, será la sede de la UPAV.
Quizá, claro, se deba a que el padre del gobernador, el maestro de la Universidad Veracruzana, Atanasio García, fue en el duartazgo maestro de la institución.
RODAPIÉ: Pero… el desfalco está pendiente. Es una mancha en la yunicidad. Y la LXV Legislatura ha de seguir la pista, pues ni modo que todo quede en la simple denuncia del ORFIS y nada pase.
Y más, cuando ocho institutos tecnológicos y universidades de la secretaría de Educación salieron con daño patrimonial y fraudes según el informe del ORFIS sobre la Cuenta Pública del año 2017, la primera de la yunicidad, con todo y que está pendiente la Cuenta Pública del segundo año del bienio, 2018.
Cierto, hay facultades que operan y funcionan bien, como por ejemplo, la facultad de Derecho en la Escuela Técnica 26 en el puerto jarocho y la facultad de Ingeniería Petrolera a un lado del Mercado de Pescadería.
Funcionan bien y honran dice un profesor.
Y es que en el caso, la mayoría de estudiantes trabajan y por eso conocen y saben más de la carrera que cursan.
Y le ponen más ganas.
BALAUSTRES: La UPAV funciona con un patronato que maneja los ingresos.
Su presidente es Andrés Domínguez, gente del secretario de Educación, y el secretario de Finanzas es Aldo Santillán Flores, otra gente identificada, ligada, de Enrique Pérez Rodríguez.
Es decir, que en el presunto desfalco hay nombres y apellidos, y por añadidura, pistas para seguir la huella.
Más, si se considera otro hecho:
Desde un principio, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares dio la orden de que las universidades foráneas incorporadas fueran dadas de baja y se rompiera la alianza o pacto educativo.
Y, sin embargo, en la SEV desacataron la orden.
Ahora, el primer año de la yunicidad aparece con una mancha demasiado negra porque se trata de la educación.