Luis Velázquez /Barandal
31 de agosto de 2019
ESCALERAS: Dos mujeres más fueron asesinadas a la mitad
de semana. Una, un día. Y al día siguiente, la otra. Por eso quizá, el vocero
de la Diócesis de Orizaba declaró a Veracruz en el primer lugar de
feminicidios, revirando quizá al gobernador obsesionado como está, fifí,
sabadaba y salsero, negando el asesinato de la población femenina. 160 en los
últimos 9 meses. La era del regio Hugo Gutiérrez Maldonado, el secretario de
Seguridad Pública encantado ahora con sembrar florecitas en los jardines
públicos de Xalapa (en el tiempo de las masacres de Coatzacoalcos y Minatitlán)
y que pronto, acaso, reproducirá en otras latitudes geográficas, sobre todo,
allí donde los homicidios de mujeres se han acentuado. Coatzacoalcos, Veracruz
y Córdoba.
PASAMANOS: Una mujer, Sandra Ixmatlahua Ixmatlahua, de 26 años,
fue asesinada en Atlahuilco, en la sierra de Zongolica.
¡Ah!, Sandra era arquitecta egresada de la
Universidad Veracruzana. Además, directora de Obras Públicas del Ayuntamiento.
El marido, el asesino.
Más sorpresas da la vida: su pareja, Ausencio
“N”, es el encargado Administrativo de la Universidad Veracruzana
Intercultural de las Altas Montañas.
Insólito: el marido apretó el cuello a su
pareja. Con saña y barbarie. Solo la soltó cuando le había cortado la
respiración. Y entonces, la comenzó a golpear. Fue hallada sin vida en su casa.
Con Sandra llegaron a veintitrés las mujeres
asesinadas en un mes en Veracruz.
Antes que ella, otra mujer, indígena, Teófila
Cruz Reyes, fue objeto de violencia sexual y luego, una tremenda golpiza donde
perdiera la vida.
Es Veracruz. El Veracruz del apóstol de las
flores en los jardines y parques, Hugo Gutiérrez.
CORREDORES: Ana Araceli Reyes Hernández tenía 29 años. Madre de
tres hijas. A navajazos, y por celos, su esposo, Alfredo Avelino Almora, le
sacó los intestinos.
Entonces, ella salió corriendo de su casa con
las manos en los intestinos para evitar siguieran saliéndose de su cuerpo. Y
dijo a su señora madre:
“Ahí te encargo a mis hijas”.
La familia la trepó a un taxi para correr a la Cruz
Roja. Murió en el traslado.
Celebraban el cumpleaños de una hija. El marido,
el alcohol fermentando en sus neuronas, le echo pleito delante de la familia.
Los celos avasallantes, la imaginación calenturienta. Y se metieron a la casa
para seguir discutiendo. Y la agarró a navajazos.
BALCONES: En dos de los tres asesinatos de mujeres, los
homicidas fueron sus parejas.
Según los católicos y los evangélicos, se trata
de una desintegración familiar en Veracruz. Que falta de valores, que falta de
principios, que nunca haber leído la Cartilla Moral, que los malditos celos,
que el alcohol atravesado, que las mujeres son culpables de que las maten
porque se visten como se visten, que Veracruz está peor que Sodoma y Gomorra,
“haiga sido como haiga sido” como dijo “El Borolas” (Felipe
Calderón dice AMLO), Veracruz repuntando en el ranking nacional de los
feminicidios. Una estrellita más para el gobierno de MORENA en el palacio de
Xalapa.
Y ojalá Hugo Gutiérrez Maldonado continúe
sembrando florecitas.