➡️ A propósito de los resultados de la Prueba PISA de la OCDE que reprueba a México
Roberto Hernández Torres
La esencia del magisterio se ha perdido: ahora, las plazas docentes tienen un precio que enriquece a líderes corruptos y políticos sin escrúpulos. Este fenómeno es el resultado de la estrecha relación entre el gobierno y los sindicatos magisteriales. Lamentablemente, la mayoría de los docentes carece de habilidades pedagógicas, lo que se traduce en una falta de corazón y espíritu de servicio en la enseñanza.
Esta realidad, hablando de manera franca, no es un fenómeno reciente; más bien, es una consecuencia del neoliberalismo salvaje que se impuso desde los tiempos de Portillo, de la Madrid y Salinas de Gortari. Este último, conocido como el arquitecto de las privatizaciones que desmantelaron y saquearon México entero, fue también el precursor de la “desnacionalización”. Las políticas educativas de Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto han continuado esta tendencia destructiva.
La situación persiste, la educación sigue siendo víctima de esta realidad desoladora, y no se vislumbra un final cercano. La problemática se mantiene, como una herida abierta en el corazón del sistema educativo, perpetuando sus consecuencias nefastas.