Hermosillo, Sonora.- La reciente detención de siete menores de entre 11 y 13 años, vinculados con actividades delictivas, ha puesto en evidencia una alarmante realidad en Sonora: el creciente involucramiento de niños en el crimen organizado.
Las autoridades han alertado sobre el impacto de este fenómeno en la sociedad, señalando la urgencia de implementar medidas para prevenir que más menores sean reclutados por estas organizaciones.
El pasado 7 de agosto fueron detenidos cuatro menores de edad, presuntamente partícipes de un grupo de delincuencia organizada. La misma semana, el 11 de agosto, un operativo de la Sedena y la Guardia Nacional detuvo a otros tres menores, presuntamente también reclutados como sicarios.
El 19 de agosto se difundió un video donde el delegado de la Fiscalía General de la República (FGR), Francisco Sergio Méndez, confirmó la captura y edades de los niños detenidos. Enfatizó que, aunque las consecuencias penales no llegan hasta los padres, sí es su responsabilidad. A su consideración, “los padres deberían tener responsabilidad incluso penal” por la falta de atención a las actividades y educación de sus hijos.
Aunque no dio más detalles, declaró que, al momento de ser detenidos, los tres menores detenidos el 11 de agosto portaban un fusil, y estaban bajo el mando de adultos, también detenidos. Además, dijo que sí serán judicializados, mediante un procedimiento especial que no concluirá con una sentencia, sino “si acaso un internamiento preventivo”.
Los menores, que vestían chalecos antibalas que les quedaban grandes, fueron entregados bajo custodia al DIF mientras continúa su proceso y, de acuerdo con fuentes locales, se planea que se les brinde atención psicológica ante la posibilidad de que fueran reclutados contra su voluntad.
La detención de estos menores no es sólo una tragedia para las familias involucradas, sino un recordatorio de la urgente necesidad de fortalecer el tejido social e intervenir en los factores que propician la delincuencia juvenil en México.