Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- Uno. “Palo dado ni Dios lo quita”
Un reportaje de La Jornada estremeció a la yunicidad. Firmado por el reportero Jair García documentaba la orden del gobierno azul para cancelar el pago de la deuda a los proveedores del duartazgo. Y entonces, la pradera se incendió. Y el góber, una vez más, reculó. Dio marcha atrás. Reviró. Así, solo se pavimenta el camino al infierno.
Días después de la noticia a 8 columnas en portada, basada en un acuerdo publicado en la Gaceta Oficial en el mes de diciembre 2016, mes de la toma de posesión, y manejado con discrecionalidad, los prestadores de servicios reaccionaron.
Y con furia.
Una cartulina decía, por ejemplo:
“¡Yunes, ya págame!”.
Otra más, precisaba:
“Yo no soy empresa fantasma”.
Y más significativo, porque la sostenía una mujer. (La Jornada Veracruz, 15 de septiembre)
Ellos, afiliados a la Canacintra. Y en su irritación social crearon una página de Facebook (de las preferidas por el gobierno azul para su política de Comunicación Social, aconsejado por el sirio, tan eficaz) y que fuera intitulada de la siguiente manera:
“Faceboor #Yunes ya págame #Yo no soy empresa fantasma”.
Es decir, repitiendo el grito patrio de batalla.
Entonces, convocaron a “cada uno de los proveedores para dar a conocer a la opinión pública la deuda que se niega a pagar el gobernador”.
Después, una empresaria, Brenda Cerón Chagoya, rubro servicios y alimentos, ofreció rueda de prensa. A ella, por ejemplo, le adeudan cuatro servicios… desde el duartazgo, y ahora, el señor Yunes, muy fregón, muy honrado, ultra contra súper honesto, que expide su decreto en la Gaceta Oficial.
Solo falta que de igual manera como los casos de Topacio, las guardas comunitarias de Las Choapas y los indígenas de la sierra de Zongolica, Soledad Atzompa, la yunicidad envié una represión a los prestadores de servicios.
Pero, y como “palo dado ni Dios lo quita” según reza el chamán, “el gobierno del cambio”… cambió de actitud.
Dos. “Chantaje político o periodístico”
El lunes 18 de septiembre publicó una plana en una parte (reducida, reducidísima) de la prensa escrita jurando y perjurando que “el gobernador en ningún momento ha cancelado adeudos del Gobierno del Estado de Veracruz con proveedores.
La sola afirmación de lo anterior resulta totalmente absurda, puesto que no es facultad del Titular del Ejecutivo del Estado ‘cancelar deudas’”.
Ajá.
¿Y la Gaceta Oficial del mes de diciembre publicada en La Jornada en portada?
Tal cual es Yunes Linares, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, pues cuando se sabe y siente descubierto, entonces, niega todo.
Y se siente acorralado, inculpa a otros.
Y si se siente entre la espada y la espada y no le queda de otra, entonces, vuelve a negar, igual que San Pedro, quien “antes de que el gallo cantara tres veces” había negado a Jesús ante el soldado romano.
Una vez más el Yunes azul se fue a la yugular de Javier Duarte asegurando que descubrieron empresas fantasmas a quienes el político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México pretendía beneficiar con el pago de deudas etiquetadas.
La palabra de Yunes contra la palabra de Duarte contra la palabra de los prestadores de servicios y proveedores. Dijo:
“Lo anterior (las empresas fantasmas) es una forma de corrupción transexenal, pues quería destinar un impuesto a pagar adeudos. (Y) buena parte de estos adeudos son inexistentes”.
¡Pinche Duarte, que casi diez meses después sigue perturbando la felicidad del ex priista que fuera el Yunes azul durante más de veinticinco años!
Por eso, generoso y solidario, comprensivo y humanitario, hombre bueno, totalmente bueno, pero más aún, político justo, absolutamente justo, el góber azul dijo (y con los guantes puestos, advirtió) en el punto número 8 de su desplegado:
“Se pagará lo que se deba pagar en el momento en que se pueda pagar, pero no permitiremos que por la vía del chantaje periodístico o político se pretenda que desviemos recursos públicos de los veracruzanos para pagar lo que no se debe”.
Ya lo saben, pues, los proveedores y los prestadores. Nada de “chantajes periodísticos o políticos”. Nada de presiones, porque entonces, y en nombre del Estado de Derecho, y de los genes y de las vísceras, habrá represión.
Y si lo dudan, pregunten a Topacio y a las guardias comunitarias y a los indígenas de Zongolica.
Tres. “¿Estás conmigo o estás contra mí?
Luego, el populismo. Dice el desplegado:
“El gobernador tiene un compromiso con la legalidad, la transparencia y el combate a la corrupción.
Esto incluye a algunos medios de comunicación que se han prestado para difundir esta información falsa.
Seguramente aplaudirían que se utilizaran miles de millones de pesos del empobrecido pueblo de Veracruz para pagar los créditos que pretenden cobrar varios de estos medios, surgidos bajo el amparo de la corrupción brutal que lastimó profundamente a Veracruz los últimos doce años”.
El tiro de gracia:
“Solo los ignorantes o quienes actúan de mala fe pueden afirmar que el Gobernador ocultó el Decreto aprobado por el Congreso, cuando éste fue publicado en una Gaceta Oficial que circula tanto de manera impresa como digital”.
El rafagueo “implacable e impecable” (así decía Javier Duarte de su Fiscal) en contra de los medios.
“¡Pinches medios” decía Arturo Bermúdez Zurita, el ex secretario de Seguridad Pública, preso en el penal de Pacho Viejo.
Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos, lo decía de una manera lacónica a los medios:
“¿Estás conmigo o estás contra mí?”.
José López Portillo lo expresaba de la siguiente manera:
“¡No te pago para que me pegues!”.
Dice el góber azul:
“¡Ni un quinto para los medios!” Por eso me lapidan.
Las dos caras de una moneda. El día y la noche. Los buenos y los malos. Eres mi aliado o eres mi enemigo. Estás con Javier Duarte o estás conmigo. Ellos, los corruptos, y nosotros, los ángeles de la pureza. Yo, dice el relato bíblico, soy la verdad. Y la verdad absoluta.