- Largo túnel en Veracruz
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- UNO. Largo túnel en Veracruz
Veracruz está descarrilado. Todos los males de la caja de Pandora borbotean como fantasmas jurásicos. Pobreza, miseria, salarios mezquinos, inseguridad, impunidad, baja calidad de vida, pésima calidad educativa, peor calidad de salud pública.
Todos los políticos, menos, claro, los azules, han levantado el índice de fuego acusatorio.
Las elites eclesiásticas, por ejemplo, en la homilía y la procesión.
Las cúpulas empresariales en ruedas de prensa.
Las ONG y Colectivos, en foros hurgando la búsqueda de fosas clandestinas.
Los candidatos a gobernador diciendo que todo está peor que antes en el duartazgo.
Pero de nada ha servido.
El territorio jarocho, estragado por la pesadilla.
6 millones de los 8 millones de habitantes, en la pobreza, la miseria y la jodidez, ha reconocido el gobernador.
Todos deseáramos, por ejemplo, un ángel exterminador como en el filme de Charles Bronson, el tirador solitario cobrando venganza contra los malandros para frenar el tsunami de incertidumbre y zozobra.
Hay días y noches terribles. Unos más que otros.
El túnel más largo y extenso en el tren llamado Veracruz salido del carril.
DOS. Incertidumbre y zozobra
Hay días más revolcados que otros.
Por ejemplo:
El viernes 16 de marzo, el gobernador inauguró el festival Tajín, lanzado por su antecesor, Miguel Alemán Velasco, y declarado ahora el mejor de su historia, ajá.
Y al mismo tiempo, en la comunidad Escolín, entre los límites de Poza Rica y Papantla, apareció una fosa clandestina más. La segunda en lo que va del mes (La Jornada Veracruz, sábado 17, Roxana Aguirre).
El mismo día del Tajín, la Fiscalía lanzó el anuncio de que ocho ex policías del municipio de Papantla habían sido condenados por desaparición forzada cometido en agravio de dos víctimas.
Y de ñapa, filtraron las fotos de los ocho policías.
Rostros patibularios. Caras redondas, como dobles platos. Labios en tensión. Bigote policiaco que alienta la sordidez y la siniestralidad. Rasurados con casquete que multiplica el terrorismo visual.
Así, el caso de las fosas filtradas y de la condena a los 8 ex policías pareciera un elemento distractor, con todo y Tajín, sobre el caso de “La jefa”, Guadalupe Hernández Hérviz, “la informante” del secretario de Seguridad Pública en el asunto del “Comandante H”, y que tanta pólvora levantara en una parte de la prensa defeña.
Y más, porque desde hace ratito la Fiscalía connotara que el duartazgo dejó unos 55 municipios con fosas clandestinas y que pareciera que en este tiempo electoral han programado irlas soltando una por una, poco a poco, a fuego lento, para aumentar la sicosis.
Días revolcados y que desde el lado oficial también parecieran contribuir a la incertidumbre y la zozobra.
TRES. Día y noche un infierno
La inseguridad y la impunidad (justicia siguen demandando los Colectivos) son el pendiente número uno en Veracruz.
La vida, un infierno día y noche.
Cuatro candidatos a la gubernatura anduvieron en precampaña. Ahora, están en el limbo, planeando el siguiente paso, de vez en vez por ahí apareciendo, como ahora con el registro en el OPLE.
Pero luego de los 40 días en la primera parte de la jornada cívica ninguno expuso un plan concreto y específico para combatir con eficacia la incertidumbre y la zozobra.
Claro, ningún gobernador del país, tampoco el gobierno federal, han abatido el índice de violencia, por más y más optimismo en la cifra oficial.
Cierto, nadie lo puede negar, hay una guerra y una lucha constante. Caen bandas, pero emergen muchas más.
Y en todo caso, un solo muerto, más, si es un menor de edad, una mujer, un anciano, manifiesta el fracaso del llamado Estado de Derecho ante, digamos, un Estado Delincuencial que en el Felipismo dejara doscientos mil muertos y en el Peñismo la estadística fatídica se va acercando, y en cuya numeralia Veracruz aporta su cuota.
Por eso quizá los aspirantes al trono imperial y faraónico mejor prefieren enfrascarse en la descalificación mutua de “todos contra todos” para ver si con la diatriba, la intriga, la difamación y la calumnia se descarrilan y se posicionan casi al 50 por ciento en la tendencia electoral para declararse ganadores.
CUATRO. Mieles del poder
Ninguna esperanza de que el número de pobres disminuya en Veracruz, y más, si se recuerda la tesis filosófica de la ex delegada federal de la secretaría de Desarrollo Social, premiada con la candidatura pluri al Congreso de la Unión, Anilú Ingram, de que “hay pobres… porque son muchos”.
Ni menos, claro, bajará la estadística de los pobres (6 de cada 10 habitantes) regalando despensitas y unos centavitos mensuales a las madres solteras.
Tampoco ninguna posibilidad de que la migración de Veracruz a Estados Unidos disminuya considerando, por ejemplo, la creación de empleos estables y bien pagados.
Ni que Veracruz deje de liderar la producción y la exportación de trabajadoras sexuales en el país como ha documentado la investigadora Patricia Ponce, tan satanizada por el gobierno azul.
Lo bueno, sin embargo, es que las elites políticas siguen repartiéndose las mieles del poder y la mayoría poblacional continúa hartándose de tantas pillerías en cada nuevo gobierno.