- El pasado los condena
Luis Velázquez
Veracruz.- DOMINGO
Karma priista
Sobre las elites priistas cayó el mal karma. La mala vibra. Y la sentencia bíblica se cumplió. Tarde o temprano si se siembran tempestades se cosechan huracanes.
Por ejemplo:
La cacica de Acayucan, Regina Vázquez Saut, migró del PRI al PAN y perdió. Y si logró votos en el distrito para la coalición PAN, PRD y MC, fueron insuficientes. El mal karma.
El cacique de Coyutla, en la sierra de Papantla, Basilio Picazo, desertó del PRI al PAN y el mal karma se le atravesó. Perdió.
El cacique de Pánuco, el duartista Ricardo García Guzmán, migró del tricolor al partido azul y la mala vibra lo alcanzó. Ganó un hijo y perdió el otro.
El cacique de Cotaxtla, Felipe Amadeo Flores Espinoza, dejó el PRI con su Sancho Panza, Mario Tejeda Tejeda, y la bruja de los llanos de Sotavento se les atravesó con el mal fario.
El cacique sureño, Renato Tronco, desertó del PRI y cobijó en el PAN soñando con la luna y perdió su diputación federal y las diputaciones locales para un hermano y una sobrina. El mal fario.
El karma, señoras y señores, existe. Y cuando aparece es demoledor. Los dos peores males de la caja de Pandora son la envidia y la traición, con todo y que la traición forma parte de la naturaleza política.
LUNES
El mal fario los aniquiló
Fundado en 1929 por Plutarco Elías Calles, el PRI, partido invencible, fue descarrillado en las urnas el primero de julio.
El mal karma.
Por ejemplo:
En el PRI Veracruz siempre alardearon que tenía entre 800 y 900 mil votos duros, es decir, amarrados “a prueba de bomba” así fuera apretado el botón nuclear en su contra.
Cuitláhuac García Jiménez, el candidato de AMLO a gobernador, obtuvo un millón 665 mil 824 votos.
En tanto, el priista Pepe Yunes Zorrilla apenas, apenitas, apenititas logró 528 mil 204 sufragios.
Es decir, un millón 137 mil 620 mil menos.
Así, ni siquiera, vaya, alcanzó los 800 mil o los 900 mil sufragios de que el partido tricolor ha alardeado en otros tiempos.
El mal fario.
Y más, porque a todas luces era (es) el político con más atributos y cualidades. 20 años de biografía política, y lo más asombroso, inédito, en un país en el primer lugar de corrupción en América Latina, con la fama pública de un político honesto.
Con más experiencia y fogueo.
MARTES
Vibra negativa
Los científicos sociales tendrán suficiente material para dilucidar si el “Efecto Javier Duarte” incidió en contra del PRI el día de las urnas.
Y de ser así, el karma cargado de vibra negativa se encargó, solito, de todo.
Simple y llanamente, el abuso del poder estremeció la conciencia ciudadana, encabritada de tanta corrupción.
Pero más aún, de la soberbia con que la mayoría de los funcionarios públicos en el sexenio anterior ejercieron el poder en un Veracruz en la pobreza, la miseria y la jodidez.
Hartazgo, indignación crónica, coraje popular, la locura de merecer abundancia, cierto, pero también la mala vibra.
Javier Duarte y los 34 duartistas entre políticos, jefes policiacos y policías acusados de desvío de recursos y desaparición forzada cavaron su tumba política y están presos.
Pero al mismo tiempo, descarrilaron al partido tricolor.
El primero de julio, dice el politólogo Ramón Benítez, fue un voto en contra, cierto, de la corrupción duartista, pero más aún, en contra de los partidos políticos, todos, sin excepción, con elites apostando solo al enriquecimiento ilícito.
“Lo que aquí se hace… aquí se paga”. El karma.
MIÉRCOLES
Salvarse a sí mismo
Mal karma. Luego de las cuatro derrotas del PRI (y del PAN) con la gubernatura, las diputaciones locales y federales y las senadurías, los priistas, panistas y perredistas, seis años seguiditos en el desempleo, el subempleo y quizá los salarios de hambre.
Unos acaso terminarán de jornaleros en el Valle de San Quintín (un infierno) y de migrantes en Estados Unidos (el peor infierno de todos).
6 años fuera de las mieles del poder, aun cuando, claro, hay elites rojas y azules que miraron hacia el futuro y pusieron por ahí sus negocitos.
Y más, porque las elites (y la militancia) priista perdió la presidencia de la república y la mayoría en las Cámaras de Diputados y Senadores.
Y por añadidura, cerradas las puertas federal y estatal en Veracruz, todos a la deriva.
Ahora sí, como dicen en la cultura priista, la Renata (Reserva Nacional del Talento) multiplicará su bolsa de trabajo.
Priistas y panistas salieron derrotadas por MORENA, mejor dicho, por la figura iluminada de AMLO, y ni modo, lanzados del paraíso.
El mal fario los seguirá durante los próximos seis años.
Es la hora, como fue la vida de Arthur Rimbaud, “de huir del mundo y salvar el alma de una suerte peor” y refugiarse cada quien en su propia posibilidad.
JUEVES
La población en contra
El mal fario rojo inició con Carlos Salinas de candidato presidencial.
Por ejemplo, luego de perder la presidencia de la república, el ahora morenista, Manuel Bartlett Díaz, lo salvó gritando que “el sistema se había caído”.
Luego, Salinas perdió la primera gubernatura, Luis Donaldo Colosio presidente del CEN del PRI, ante el panista Ernesto Ruffo Appel en Baja California.
Después, asesinaron a Colosio y de inmediato a José Francisco Ruiz Massieu.
Para entonces, Gabriel Zaid había publicado un libro con el título demoledor de “Adiós al PRI”.
Y el “Adiós al PRI” se ratificó con el triunfo presidencial de Vicente Fox y Felipe Calderón.
A la fecha, de 32 estados federativas, el PRI, dice el politólogo Carlos Ronzón, solo tiene las siguientes gubernaturas: Campeche, Yucatán, Oaxaca, Guerrero, el estado de México, Hidalgo, Tlaxcala, San Luis Potosí, Colima, Sinaloa, Sonora, Coahuila, Jalisco y Chiapas.
14 en total.
Y el primero de julio perdió nueve gubernaturas. En ninguna ganó. La catástrofe. La ruina política y social. Y, claro, económica.
El mal fario en su magnitud estelar.
VIERNES
“El pasado los devora”
La población de Veracruz ha buscado en vano la aurora social. “El advenimiento de un bello día, decía José Pagés Llergo, el día del hombre, el día de la humanidad”.
Y si es cierto que a las elites rojas les llegó la vibra negativa, el mal karma, el mal fario, los 6 de los 8 millones de habitantes de la tierra jarocha en la pobreza y la miseria, desde hace muchos sexenios perdieron el destino.
Desde el lado oficial todo ha sido una falacia, una mentira, “una tomadura de pelo”.
“Es el pasado lo que nos devora” escribió Henry Miller en su libro “El tiempo de los asesinos” sobre la vida y la obra poética de Arthur Rimbaud, el francés que a los 17 años de edad había publicado su gran obra literaria y desapareció del mundo y para el mundo.
Y “el pasado nos devora” porque si por un lado cada 6 años suele renovarse la esperanza, por el otro, la utopía siempre termina descarrilada, mejor dicho, estrellada en la realidad. Los pobres más pobres y los ricos más ricos, y de ñapa, una clase política enriquecida luego de cada periodo gubernamental.
Y lo peor, en la impunidad.