Luis Velázquez
Veracruz.- DOMINGO
Veracruz, pacificado en 40 días
El 10 de enero de 1987, el gobernador Fernando Gutiérrez Barrios tenía en el penal de Pacho Viejo al cacique sureño, Cirilo Vázquez Lagunes, acusado de posesión ilícita de armas de uso exclusivo del Ejército.
Días después, Cirilo Vázquez organizó un motín en el penal.
Y Gutiérrez Barros decidió enfrentar la sublevación penitenciaria bajo el siguiente argumento:
“Dicen que Cirilo es una leyenda en Veracruz. Yo también he sido clasificado como una leyenda. Así me llamó Carlos Salinas. ‘El hombre-leyenda’. Iré al penal, aun cuando algunos de mis colaboradores se oponen. Y será un encuentro entre una leyenda y otra”.
Y don Fernando fue al penal. Y habló con Vázquez Lagunes. Y el motín fue levantado.
Semanas después, Cirilo Vázquez fue transferido a un penal de Puebla. Y la tensión en Veracruz pulverizada.
Otros caciques (Luis Rivera Mendoza y los hermanos Justo y Roberto Cabrera, de Chicontepec, estaban presos en el penal de Pacho Viejo.
Y otro más, Toribio “El toro” Gargallo se había exiliado.
Veracruz, pacificado en 40 días.
LUNES
El hombre que se amarra la lengua
Manuel Ramos Gurrión fue presidente del CDE del PRI en Veracruz, diputado y senador de la república, director del Instituto de Pensiones y fallido aspirante a gobernador.
Una vida, entregada a la política.
Y un atributo que “tirios y troyanos” le reconocían siempre era, es, que nunca, jamás entre los jamases habla mal de los enemigos, adversarios y de los otros, sus competidores y/o colegas políticos.
Siempre ha cumplido con el proverbio bíblico de “amarrar la lengua”.
En su mundo interior, ninguna duda hay de lo que piensa sobre los demás. Pero nunca lo expresa.
Ni siquiera, vaya, con su primero o segundo círculo de amigos.
Una regla de oro para llevar la fiesta en paz y abrir puertas.
Incluso, cuando en ruedas de prensa ha sido cuestionado sobre la actitud pública de otros, hábil, siempre torea y sale por la tangente, antes de resbalar.
Ramos Gurrión fue amigo del mártir priista, Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien lo envió como delegado del CEN del PRI a Baja California, tiempo aquel cuando el tricolor perdiera la primera gubernatura del país ante el panista Ernesto Ruffo Appel.
Entonces, era senador de la república y soñaba con la candidatura al trono imperial y faraónico.
Y ni modo, la oportunidad evaporó.
MARTES
“Me volví sexy”: Duarte
Era Javier Duarte. Una tarde de carnaval en que coronaría a la reina. Tomaba café. Miraba el mundo desde “la plenitud del pinche poder”. Resumía sus logros. Enrique Peña Nieto que lo había puesto de ejemplo de la nueva generación política. Entonces, dijo:
–Yo, como gobernador, me volví sexy.
–¿Sexy?
–Sexy. Me falta tiempo. Y espacio.
La frase, sola, solita, conjugaba la eternidad. Un político ante la historia. Favorables los vientos. Ni un ventarrón opacaba el día ni la tarde ni la noche.
Se cumplía así el proverbio histórico. Lo había dicho Henry Kissinger, el súper ministro de Richard Nixon, y que luego repetía Fernando Gutiérrez Barrios:
“Hay mujeres a quienes gusta el olor del poder y el oler del dinero”.
Ellas son las barbies políticas.
Y a Duarte, todo indica, le sobraban.
Antes de concluir el periodo constitucional fue descarrilado.
Y el saqueo al erario fue tanto que llegó un momento cuando Peña Nieto fue rebasado y autorizó que la Procuraduría General de Justicia de la República procediera ante las denuncias de desvíos de recursos interpuesta por la Auditoría Superior de la Federación.
MIÉRCOLES
La renuncia que dolió mucho
De los más de veinte priistas desertores, las renuncias que más han dolido a las elites de Veracruz son de Ricardo García Guzmán y de Felipe Amadeo Flores Espinoza.
El segundo, ya se sabe, ex de todo menos de gobernador.
Y el primero, con las siguientes características:
García Guzmán fue en el Alemanismo Contralor del gobierno del estado.
Y con Fidel Herrera Beltrán, presidente municipal de Pánuco, su tierra, y diputado local.
Y con Javier Duarte, otra vez Contralor. El mundo a sus pies, además de imponer al último secretario de Finanzas y Planeación, Antonio Gómez Pelegrín.
Sus dos hijos, trepados en la cima del poder, alternando alcaldía y curul.
En el tiempo de resplandor, García Guzmán fue feliz, por ejemplo, con Duarte, cuando una vez a la semana desayunaba, comía o cenaba con el gobernador.
Solos.
Súper ministro con cartera.
Dueño del pueblo, su pueblo.
Y cuando desertó del PRI para sumarse al PAN yunista, su cuasi paisano, Joaquín Guzmán Avilés, el Odorico Cienfuegos de Tantoyuca, secretario de Desarrollo Agropecuario, se enceló, pues creía y sentía que era el único bienamado del norte de Veracruz para el gobernador.
JUEVES
El uno y el dos
La política acerca a los amigos, pero en tiempo adverso los distancia. Y de fea forma.
Por ejemplo, los priistas Raúl Díaz Diez y Marlon Ramírez era amigos. Se apoyaban entre sí. Hacían el uno y el dos.
Entonces, cuando vieron la doble derrota de Felipe Amadeo Flores Espinoza con la gubernatura y la mayoría en el Congreso, quisieron repartirse el pastel jarocho de cara a la elección municipal.
A: Flores Espinoza debía renunciar. Y Marlon soñó con la presidencia del CDE del PRI. Y fracasó.
B: Entonces, Marlon soñó con la candidatura a presidente municipal. Y perdió.
C: A cambio, Marlon había aceptado que Raúl Díaz buscara la candidatura a regidor.
D: Y cuando Marlon quedó sin canicas, entonces, se alió con Anilú Ingram Vallines y amarró la regiduría, asestando golpe a Raúl Díaz.
Y los amigos se convirtieron en feroces enemigos.
Ni modo, si el matrimonio dura hasta la muerte, la amistad, el único patrimonio de los hombres y mujeres, tiene vida efímera.
Solo falta que así como en la novela “El arlequín”, de Morris West, un par de amigos se matan por el tesoro, ellos también se maten en la primera ocasión que se topen.
VIERNES
“Con la vara que mides”…
El duartismo se mide por lo siguiente:
Luis Ángel Bravo Contreras, ex Fiscal, prófugo de la justicia.
José Nabor Nava Olguín, ex subsecretario y secretario de Seguridad Pública, prófugo de la justicia.
Carlos Aguirre Morales, ex subsecretario y secretario de Finanzas y Planeación, prófugo de la justicia.
Según las versiones, Ramón Ferrari Pardiño, ex secretario de Desarrollo Agropecuario, prófugo de la justicia.
Según las versiones, Antonio Gómez Pelegrín, ex secretario de Finanzas y Planeación, prófugo de la justicia.
Además, varios políticos del sexenio anterior, amparados.
Más alrededor de los quinientos ex servidores públicos con denuncias penales interpuestas por el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, y la Contraloría, en la Fiscalía por el desvío de recursos públicos.
Más el montón de políticos amparados y azorrillados, con bajo perfil, temerosos de que apenas levanten la voz duerman en el penal de Pacho Viejo.
Más la deserción de más de veinte priistas a otros partidos.
Más la relación de diputados federales en la lista negra de la yunicidad ahora cuando el tiempo constitucional se les termine antes del primero de septiembre.
Más los treinta y tres duartistas presos en Pacho Viejo, sujetos a proceso penal.
La piel se enchina solo de vislumbrar el tiempo atroz que la población de Veracruz vivió y padeció.