Luis Velázquez
16 de marzo de 2019
DOMINGO
Profecía de Cuitláhuac García
“Los tiempos bonitos que vendrán, muy bonitos, bonitos entre los bonitos” anunciados por el gobernador ya llegaron a Veracruz.
Llegaron, por ejemplo, con los linchados y quemados vivos, con las guardias comunitarias, con las sublevaciones populares y con la advertencia en varios pueblos de que ladrón que detengan… será linchado, les cortarán las manos y/o los desnudarán y amarrarán y tirarán en la vía pública para que la policía los levante.
Es “el tiempo bonito, bonito entre lo bonito” de la población haciéndose justicia por mano propia,
Pueblo hastiado de tanta inseguridad en la vida cotidiana y en los bienes y tanta impunidad.
Pero también, el tiempo de cuando a la ciudadanía organizada ya “le colmaron el plato”, una de las frases favoritas de AMLO, con el pleito verdulero entre el gobierno de Veracruz y la Fiscalía.
Pleito que, claro, luego del fracaso para su destitución en la LXV Legislatura, ha regresado como los camaleones con nuevas formas, nueva estrategia.
El gobernador, por ejemplo, despotricando contra el Fiscal en el Palacio de San Lázaro en la Ciudad de México.
Y el secretario de Seguridad Pública recordando, digamos, su pasado faraónico, quince años como Fiscal en Nuevo León, dictando lecciones de procuración de justicia al Fiscal.
LUNES
Cada quien va por su lado…
Queda claro: las elites políticas de la izquierda van por un lado, refocilándose con sus rencores y odios.
Y la Fiscalía, por otro, luchando por seguir en el cargo, incluso, filtrando información todos los días sobre los estragos de la violencia para, digamos, evidenciar y desacreditar a la secretaría de Seguridad Pública.
Y la población va, claro, por otro lado.
En el lado del “tiempo bonito que vendrá, lo bonito entre lo bonito”, linchando a los malandros como en Soledad Atzompa, donde 6 malosos, presuntos secuestradores de maestros, fueron detenidos, linchados y quemados vivos, la más alta rebeldía social llena de cólera y de indignación crónica en un pueblo desencantado, harto, irritado, encabritado con el gobierno de Veracruz.
Y en contraparte, los carteles y cartelitos caminan en otro lado. Incluso, en la versión popular, llegando más carteles a un territorio donde han descubierto las circunstancias para su paraíso terrenal.
Veracruz, en el sexenio de la izquierda, caminando en 4 vasos comunicantes, 4 ejes, a partir del vacío político en la cancha pública y en donde cada parte busca establecer su agenda setting.
MARTES
Tarea incumplida de alcaldes y diputados
Por fortuna, el gobernador está acompañado.
Lo acompañan, primero, los presidentes municipales de cada demarcación fermentada, pues simple y llanamente, son corresponsables de la inseguridad, y de paso, de la impunidad.
Pero también, el góber está acompañado por los diputados locales, cuyo trabajo legislativo incluye la gestión social.
Incluso, y como en el caso, cabildear hasta en el infierno para restablecer la paz en un Veracruz que hacia el día número 103 de la izquierda en el poder estatal llevaba 460 asesinatos, 126 secuestros y 47 feminicidios.
Soledad Atzompa, por ejemplo.
El alcalde, Armando Pérez de los Santos, y el diputado local, Alexis Sánchez García, del Movimiento Ciudadano.
¡Pobrecitos, sin saber qué hacer!
MIÉRCOLES
El peor infierno
Coatzacoalcos. El primer pueblo en sublevarse. Varias marchas en calles y avenidas. Plantones ante el palacio. Cartitas a la ONU para intervenir. Plataforma Charge.org levantando firmas. Protestas en la oficina del gobierno de Veracruz en la Ciudad de México.
Mil policías, estatales y federales, enviados al sur para restablecer la paz que sigue extraviada sin que nadie lo encuentre, y lo indicativo, familias que pueden de plano han migrado.
Alcalde, Víctor Carranza, de MORENA. Diputados locales, Gonzalo Guízar Valladares, PES, más ocupado en imponer a su hermano de Fiscal en el sur. Y Amado Cruz Malpica, quien en medio de una resistencia pacífica les dijo: “No están solos”… en la violencia que sigue campeona, invicta.
JUEVES
Culpables, ediles y legisladores
Minatitlán. La segunda ciudad sureña en la sublevación social. Marchas y protestas. La expresión más alta por ahora: las guardias comunitarias en el Valle de Uxpanapa. Un hombre baleó a su esposa por la espalda. Los vecinos, organizados, en pie de lucha, lo cazaron. Y lo lincharon.
Alcalde, Nicolás Reyes Álvarez, y diputada local, Jéssica Ramírez, los dos, de MORENA. Ambos, rebasados por el tsunami de violencia y de impunidad. Jéssica, más ocupada, primero, en sublevarse a la bancada de MORENA en la LXV Legislatura. Después, así nomás, arte de magia, presiones y represiones, volviendo al redil. Me estafó y engañó reveló el diputado del PT, Érik Iván Aguilar, que la siguió… y le creyó, claro.
Orizaba. Varias marchas de las mujeres protestando contra los feminicidios.
Alcalde, Igor Rojí López, más pendiente del destino de la estatua del dictador de 33 años, Porfirio Díaz Mori. Diputado local, Augusto Nahúm Álvarez, el otro morenista que también desertara de su bancada y volviera como el hijito pródigo del relato bíblico.
Mariano Escobedo. La advertencia categórica, resumen de la cólera social: Ladrón que detengamos será linchado.
Alcalde, Baldomero Montiel Estévez. Diputada local, Augusto Nahúm Álvarez.
VIERNES
Prendida la mecha social
Ciudad de Veracruz: los vecinos de unidad habitacional, Geo, detienen a un par de ladrones. Los desnudan. Los amarran de pies y manos. Los abandonan en la calle y avisan a la policía.
La mecha social, pues, está prendida. Ahora, parecerán pocos pueblos en la efervescencia, haciéndose justicia por mano propia, pero en el subsuelo social son más, mucho más.
La indignación, hasta el tope. “La gota que derramó el vaso” sólo espera otro momento estelar.
En un Estado de Derecho fallido, es, parece ser, el único camino, linchar a malandros, quemarlos vivos, cortarles las manos, desnudarlos y arrojarles en la vía pública.
Se aplica el gobierno de Veracruz o el río seguirá desbordándose. Como un tsunami popular, desbordado, descarrilado en el carril político.
Y más por lo siguiente:
Muchas semanas después del linchamiento en Soledad Atzompa, ningún detenido.
Claro, ha de preguntarse si procede detener, por ejemplo, a una turba amotinada, enojada con la inseguridad y la impunidad.
Veracruz es así hoy:
Malandros, impunes. Linchadores, impunes. Guardias comunitarios cazando y ejecutando a un hombre violento, impunes. Vecinos colgando mantas anunciando que cobrarán venganza, impunes.
Asesinos físicos, impunes. Asesinos intelectuales, impunes.
Más fosas clandestinas en Veracruz repletas de cadáveres, sin ningún detenido.
En contraparte, los presidentes municipales “rasgándose las vestiduras” por el bienestar social con callecitas mamonas reencarpetadas y diputados locales legislando, ajá, por el Estado de Derecho.
En Fortín de las Flores, marcha pacifista (domingo 10 de marzo) contra la inseguridad y la violencia, y como siempre, sin ningún resultado concreto y específico del gobierno de Veracruz.
Y en Córdoba, además, caray, apareció un nuevo grupo social. Se llama “Chalecos Amarillos México”, igual que los “Chalecos amarillos” que tuvieron al presidente Emmanuelle Macron “con el alma en un hilo”, y en el caso, reclamando un alto a la violencia.
El pobrecito diputado, orgullo de su nepotismo, José Manuel Pozos Castro, defendiendo lo indefendible:
“Cien días son pocos para evaluar a Cuitláhuac García, pues Veracruz se recibió en condiciones deplorables”.