Luis Velázquez
DOMINGO
Populismo silvestre
Veracruz.- Cuatro meses antes de tomar posesión como presidente de la república, se vive con AMLO un populismo silvestre.
Por ejemplo:
Una y otra vez ha anunciado que nunca, jamás, viajará en el avión presidencial.
Incluso, ya puso en el mercado internacional la venta de los aviones presidenciales.
A partir de que sea ungido el tlatoani número uno de la nación viajará en los vuelos comerciales, a tono con la austeridad que siempre ha sido su vida desde cuando se fue a vivir con los indígenas de la Chontalpa, en Tabasco, recién casado.
Y por añadidura, los secretarios del gabinete legal y ampliado y los gobernadores de MORENA y los diputados federales y senadores de MORENA están avisados.
Prohibido viajar en vuelos particulares.
No más red aérea presidencial. No más helicópteros para movilizarse. No más privilegios y canonjías.
Y más, en un pueblo donde seis de cada 10 habitantes están ubicados por el INEGI en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los salarios mezquinos y de hambre.
El futuro presidente de la república, a tono con el pueblo.
LUNES
Los Pinos, museo nacional
El presidente Lázaro Cárdenas creó la imagen de Los Pinos, el nombre que tenía el rancho donde visitaba a su novia, Amalia Solórzano.
Desde entonces, ha sido la casa habitada por el presidente de la república en turno y su familia.
Cada jefe del Poder Ejecutivo Federal le hizo modificaciones hasta, y como en el caso de Marta Sahagún y Vicente Fox, crear sus famosas cabañitas, luego convertidas en oficinas por Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
AMLO ha anunciado que Los Pinos será convertido en un museo abierto al público y que él alquilará (ojo, alquilará) una casita cerca del Palacio Presidencial para vivir.
Sea como sea, mesianismo populista atravesado, convicción religiosa, apostolado social, se trata del presidente de la república en un país adorador de ídolos, figuras subliminales, dioses, tlatoanis, gurúes, tótems.
Y de igual manera como la Virgencita del Tepeyac tiene su altar y Huitzilopochtli tenía el suyo, AMLO tiene el legítimo derecho a vivir en Los Pinos.
Pero, bueno, cada quien su estilo personal de gobernar y ejercer el poder, el tabasqueño así lo ha decidido y si proclama la cuarta transformación del país luego de la guerra de Independencia, la guerra de Reforma y la Revolución, entonces, volver Los Pinos un museo y vivir en una casita alquilada, también significa, digamos, un cambio sustancial en la historia.
MARTES
Los pobres pagarán menos luz
Populismo puro: el anuncio de AMLO de que a partir del primero de diciembre y con el ideólogo socialista, Manuel Bartlett Díaz (“¡Se cayó el sistema!”) como director de la Comisión Federal de Electricidad, la CFE, los pobres “y los pobres entre los pobres” pagarán menos por el consumo de luz.
De ser así, están volteando la tortilla, pues, y hasta la fecha, con los gobiernos priistas y panistas que fueron, la CFE aplicaba tarifas extraordinarias a los grandes y medianos y pequeños industriales y empresarios del país por el consumo elevado de energía eléctrica, en tanto a los pobres les cargaban la mano.
Es más:
Bastaría recordar: durante los seis años de su mandato constitucional, Fidel Herrera Beltrán (incluso desde antes como senador de la república) se la pasó cabildeando en el altiplano para que Veracruz, gran productor de energía eléctrica, incluso, y con la primera planta nuclear del país en Laguna Verde, le fueran rebajadas las tarifas tan excesivas tanto a los empresarios como a los pobres y “a los pobres entre los pobres”.
Y nunca jamás fue escuchado; por el contrario, los presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón le echaron el chorizo…
MIÉRCOLES
La misma cantaleta
Populismo puro:
A: La reducción de salarios a la mitad del presidente de la república y los secretarios, subsecretarios y directores de los gabinetes legal y ampliado.
B: La suspensión de viáticos para comidas y banquetes gastronómicos, incluído alcohol a manos llenas como fue el hábito institucional en el tiempo priista y panista.
C: Chofer sólo para el secretario de Estado, suspendido para los subsecretarios y directores.
D: Cero privilegios para la esposa y los hijos, empezando por cero escoltas y cero camionetas.
E: Cero tráfico de influencias para hacer negocios con empresas fantasmas, fondos perdidos y compañías constructoras.
F: Solo tres o cuatro asesores.
G: Cero contratos con empresas foráneas asesoras.
H: Cero conflicto de intereses para favorecer a empresas de familiares y amigos, pero más aún de socios, aliados y cómplices.
De entrada, tales acciones se miran y se miran bien en un país en el primer lugar de corrupción política en América Latina y en uno de los primeros lugares en el mundo.
Pero…, desde hace muchos, demasiados, excesivos sexenios se ha escuchado la misma cantaleta.
Y por añadidura, el anuncio entra en el terreno de la demagogia pura.
JUEVES
AMLO, cerca de Calles
AMLO sueña con parecerse a Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas.
Pero según el politólogo Carlos Ronzón Verónica, egresado de la Universidad Complutense, de España, cada vez se está pareciendo más a Plutarco Elías Calles.
Uno. Calles fundó el partido abuelito del PRI, el PNR, cuando había mil partidos políticos. AMLO fundó su MORENA, luego de dirigir a dos más, el PRI y el PRD.
Dos. Calles repartió el poder político entre caciques y militares, ungidos como gobernadores, a cambio de mantener pacificada a la nación. Y lo mismito está haciendo AMLO, cuya expresión máxima fue con los gobernadores de Tabasco y Chiapas, sus amigos, además de los cargos públicos a sus amigos de Macuspana.
Tres. Calles favoreció a los amigos en el poder (Emilio Porte Gil, Abelardo L. Rodríguez, Pascual Ortiz Rubio y Lázaro Cárdenas) y AMLO nombró a Manuel Bartlett director de la CFE y cuando hubo protestas, encabezadas por Tatiana Clouthier, la voz del tabasqueño se levantó y pronunció la frase bíblica: “Se queda”.
Cuatro. Calles creó y recreó y desapareció y modificó a las instituciones, igual que AMLO. Por ejemplo, la secretaría de Desarrollo Social se llamará secretaría de Bienestar Social, con el riesgo lampedusiano.
Calles, el caudillo del siglo XX. AMLO, el caudillo del siglo XXI.
VIERNES
La vida inicia cada seis años…
AMLO proclama una nueva moral pública, en un país descarrilado por la corrupción, desde el embute a un agente de Tránsito y a los reporteros hasta la concesión de la obra pública por dedazo a los amigos, socios, aliados y cómplices. Incluso, a la familia.
En el fondo, la despiadada lucha por el poder político de cada generación encumbrada, lucha, además, mezquina, que ha tirado siempre, siempre, siempre la moralidad por la borda, como fue el caso, entre tantos otros, con Javier Duarte, tolerado por el presidente de la república, con la creación de sus cuatrocientas empresas fantasmas.
El historiador dice, sin embargo, que cada seis años la esperanza vuelve a renovarse, aunque luego, en el camino sexenal, descarrile por completo.
Por ahora, y como suele ocurrir en cada cambio presidencial, AMLO y su equipo han construido un mundo color de rosa.
Simple y llanamente ya se verá.