- Veracruz, igual que Siria
Luis Velázquez
Veracruz.- DOMINGO
Periodistas con escoltas
En el duartazgo, muchos de los magnates periodísticos (y también periodistas) de Veracruz fueron beneficiados con millonarios convenios mensuales.
Pero además, con obra pública para sus compañías constructoras.
Además, cargos públicos para los hijos.
Además, hubo a quienes financiaron para crear sus medios impresos, y en uno que otro caso, para extender su holding mediático de norte a sur y de este a oeste de la tierra jarocha.
Y de ñapa, les construyeron edificio propio.
Además, viajes al extranjero.
Incluso, hubo a quienes libraron de que sus hijos pararan en la cárcel acusados de hostigamiento sexual y de intento de violación.
Y de postre, la secretaría de Seguridad Pública (Arturo Bermúdez Zurita) les comisionó policías como escoltas para ellos, para la esposa y para los hijos.
Tal cual fue el estilo personal de ejercer el poder y de gobernar de Javier Duarte que en resumidas cuentas canalizó más de trece mil millones de pesos en menos de un sexenio a cambio de que los medios le tiraran incienso a su paso.
A ninguno de ellos importó que Duarte se burlara y pitorreara del periodismo en Veracruz diciendo que tenía contabilizados ocho mil reporteros y fotógrafos en los medios, con más de 500 periódicos, y que en pocas palabras sólo existieron en su imaginación delincuencial.
LUNES
Policías… esclavos
El secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, lo reveló el martes 19 de diciembre.
Dijo, por ejemplo, que en los primeros meses de la yunicidad quitaron las escoltas a directores de periódicos y columnistas en un promedio de treinta elementos que estaban asignados, ajá, para garantizar la seguridad en la vida y en los bienes de los señores de la prensa.
Pero, oh paradoja, los retiraron porque “los trataban como esclavos”.
Marié resumió el mundo a que los tenían condenados:
A: Los usaban para que los policías, sus escoltas, cargaran las bolsas del supermercado a las esposas.
B: Los tenían vigilando la casa “bajo el sol y la lluvia, sin permitirles utilizar el baño de sus casas”.
C: Una reportera de Papantla y otra de Poza Rica, que traían escoltas, “asegún” porque su vida estaba en peligro… se le escapaban a los policías para hacer de las suyas.
D: El hijo de un reportero del sur r tenía escolta, pero la usaba para secuestrar y asesinar a las personas.
E: La esposa de un reportero exigía escoltas para viajar al sur de Veracruz a visitar a su hijo preso (AVC, Verónica Huerta, publicado en Notiver, 20, 12, 2017).
MARTES
Abusos y excesos
De entrada, ninguna razón existe para que un trabajador de la información ande con escoltas oficiales.
Y si en todo caso, y en su percepción personal o familiar, las necesita, hay empresas de seguridad donde las puede contratar.
Cierto, hay medidas cautelares de la secretaría de Gobernación para, digamos, blindar con escoltas a los trabajadores de la información amenazados.
Pero al mismo tiempo, ha de recordarse la frase bíblica del ex gobernador Miguel Alemán Velasco de que “a todos nos han amenazado alguna vez”.
Y más, y como en el caso de Veracruz, donde hay pueblos con apenas, apenitas, diez policías para cuidar la cabecera municipal, y las colonias, y las comunidades y las rancherías.
Téllez Marié, no obstante, quedó corto:
Hay reporteros con escoltas oficiales que los usan, además de choferes, para llevar a los niños a la escuela…
Y para esperarlos afuera del motel…
Y para ir por la novia o la amada amante…
Y para comprar más pomos en la madrugada en una francachela de carrera larga…, etcétera, etcétera.
MIÉRCOLES
“El Cartel del Palacio”
El matrimonio por conveniencia entre el duartazgo y los medios fue así en el sexenio anterior:
Los voceros tenían su “Cartel de Palacio” integrado por reporteros apologistas que tronaban cualquier rueda de prensa, así fuera callejera, cuando de pronto, un periodista incómodo hacía una pregunta, digamos, fuera de tono, que incomodara al gobernador.
Y que, oh paradoja, también se reproduce ahora, por ejemplo, en la LXIV Legislatura, donde la fama pública dice que el coordinador de la bancada panista, entre otros, los tiene y mantiene.
Además, y como se recuerda, los mismos voceros intervenían, con anuencia de los dueños, en la vida interna de los medios para cambiar de fuente informativa al reportero incómodo, incluso, llegando al despido si el hígado de Javier Duarte así era feliz.
Y si un reportero incómodo solicitaba una oportunidad laboral en otro medio, en automático era satanizado y las puertas se cerraban.
En contraparte, la Fiscalía de Jorge Winckler tiene acusada del desvío de dos mil millones de pesos a María Georgina Domínguez Colio, internada en el penal de Pacho Viejo, y de igual forma al otro ex vocero, Alberto Silva Ramos, acusado del desvío de más de dos mil millones de pesos.
JUEVES
Un pueblo empobrecido
Hubo en el duartazgo trabajadores de la información que “se tiraban” por completo al piso del ex gobernador preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Y a cambio, traían dos y tres escoltas.
Y en unos casos, hasta carro escolta, compitiendo con los secretarios del gabinete legal y ampliado.
En la peor corrupción política de que se tenga memoria en la historia local, las barbies duartistas daban órdenes a tales reporteros, como si fueran la Karime Macías que “merecía abundancia”.
Y aquellos reporteros se sometían la palabra sacrosanta de las reinis, conscientes y seguras de que si desobedecían serían acusados debajo de las sabanas.
Incluso, hubo reporteros que se prestaban como celestinos para trasladar a una que otra Barbie oficial al lugar deseado.
Fue, entonces, una de las peores degradaciones de la vida humana.
Todo, con cargo al erario, en tanto el millón de indígenas y los dos millones de campesinos se empobrecían más y más.
VIERNES
Veracruz, igual que Siria
En la otra orilla, cuatro reporteros asesinados este año en Veracruz. El último, Gumaro Pérez. Otro, en Acayucan. Otro, en Juan Díaz Covarrubias. Y el otro, en Yanga.
Uno, delante de cuarenta niños en un salón de clases. Gumaro Pérez.
Otro, delante de su esposa y un hijo. Ricardo Monlui.
Otro, en la vía pública. Edwin Rivera.
Y el otro, delante de sus amigos. Cándido Ríos.
Este año, 65 periodistas asesinados en el mundo.
En primer lugar mundial, México, con 16 asesinados.
Y el estado de Veracruz, gobierno panista, con cuatro homicidios, puntero.
Los otros: uno, en Guerrero. Otra, en Chihuahua. Otro, en La Baja, California. Otro, en Culiacán. Otro, en Autlán, Jalisco.
Otro, en Gabriel Zamora, Michoacán. Otro, en Playas de Rosarito, Baja California. Y otro, en San Luis Potosí.
Veracruz, se insiste, con cuatro.
En segundo lugar mundial, Siria, donde hay una guerra, con doce periodistas ejecutados.
En tercer lugar, Afganistán con ocho. En cuarto, Irak con ocho. Y en quinto, Filipinas con cuatro.
Javier Duarte dejó en casi seis años diecinueve reporteros y fotógrafos asesinados y uno desaparecido.
En el primer año de su gobierno, 2011, cuatro de ellos ejecutados. Noel López Olguin, Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana y Yolanda Ordaz de la Cruz. Y uno desaparecido, Gabriel Fonseca.
Miguel Ángel Yunes Linares cerrará el primer año de su bienio con cuatro.
Empate técnico, diría el cronista deportivo.