Luis Velázquez
18 de noviembre de 2017
DOMINGO
El único amigo de Javier Duarte
Javier Duarte vive los peores días y noches de su vida.
Preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México de nada le valió la huelguita de hambre de diecisiete días para frenar “la persecución política” y “la cacería de brujas” (que llamó) en contra de los suyos, desde su esposa, Karime Macías y su familia hasta su equipo en el gabinete legal y ampliado.
Y más peor, porque de acuerdo con las versiones, ningún duartista, aquellos a quienes, incluso, enriqueció, lo visita en el penal.
Y hasta donde se sabe si se sabe bien, el único visitante puntual que tiene dos veces a la semana en el penal es su hermano Cecil Duarte de Ochoa, a quien la yunicidad señalara, entre otras cositas, de haberse beneficiado con trescientas concesiones de taxis.
Otro hermano de Duarte vive en España y de un tercero se ignora su destino.
Una soledad espantosa ha de consumir las entrañas del ex góber tuitero.
En el tiempo de las vacas gordas, todo mundo lo halagaba y peleaba por estar cerca.
En el tiempo de las vacas flacas, nadie se acerca.
Será quizá la misma pesadilla que estará viviendo y padeciendo la primera presa política de Enrique Peña Nieto, como es la profesora Elba Esther Gordillo, a quien el juez le ha negado la posibilidad del arraigo domiciliario.
LUNES
“A todos nos empinó”
La actitud de los duartistas puede resumirse en un diálogo del diputado federal, Edgar Spinozo Carrera, quien como Oficial Mayor de la secretaría de Educación en el Fidelato y ratificado en el duartazgo, le regalara un escritorio para su despacho como gobernador igualito al de John F. Kennedy en la Casa Blanca.
Un día, cuentan, se topó en el aeropuerto de la Ciudad de México con un paisano. Y en la plática salió el nombre de Duarte y Edgar, dicen, resumió la nueva filosofía política y social de los duartistas:
A: Entre ellos, los diputados federales (Érick Lagos, Jorge Carvallo, Adolfo Mota, Alberto Silva, Tarek Abdalá) acordaron que nadie visitaría a Duarte en el Reclusorio.
B: El argumento es que Duarte “a todos nos empinó”.
C: Apenas citan el nombre de Duarte, Spinoso frunce el ceño y se irrita, igual, igualito que sus colegas diputados.
Y más, porque en el carril político de la yunicidad se afirma que Édgar Spinoso devolvió un helicóptero y un avión y dinero en efectivo… a cambio de impunidad, aun cuando nadie de ellos está a salvo de caer en el penal de Pacho Viejo.
MARTES
Duartistas con Yunes
En el pasillo político hay la versión de que una parte de los duartistas pactaron con el gobernador Yunes.
Por ejemplo:
En los días previos a la elección de presidentes municipales del 4 de junio, el diputado federal, el exquisito y fino, Alberto Silva Ramos, habría llegado a “Cancuncito”, la islita en la bahía jarocha.
Uno de sus anfitriones y amigos fue un joven empresario dueño de un restaurante en el bulevar boqueño.
En la plática tocaron el caso Javier Duarte ligado a Miguel Ángel Yunes Linares.
“El cisne” resumió así su nueva filosofía política y social.
A: “Todos hemos de ayudar a Yunes Linares”.
B: “Mi gente en Tuxpan trabaja para que la alianza PAN y PRD gane la alcaldía”.
C: “Son tiempos de sumirse y sumarse”.
Pero del mes de junio a la fecha algún huracán se atravesó entre Alberto Silva y el góber azul que hacia el final del día y de la noche, la Fiscalía solicitó su desafuero como diputado federal en el Congreso de la Unión, listo para aplicar la denuncia penal en su contra acusado del desvío de más de dos mil millones de pesos.
MIÉRCOLES
Peña Nieto también se hartó…
En la cancha priista hay la siguiente certeza:
Durante la mayor parte del sexenio, Duarte caminó con vientos favorables tanto locales como federales.
Incluso, el año anterior, con todo y el descrédito en su contra abonado más por las denuncias sistemáticas de Yunes Linares, Duarte estuvo en un tris de ganar la elección de gobernador con Héctor Yunes Landa de candidato.
Luego, llegó la derrota y el mal fario se atravesó.
Fue cuando Yunes estremeció, como había anunciado, a Los Pinos (más que a México) con el expediente negro de Duarte.
Y según las versiones, y ante la avalancha de pruebas, un día Duarte amaneció con el mal karma del altiplano, pues el presidente de la república le retiró su protección y dejó que la verdad histórica caminara en la Procuraduría General de la República, PGR.
Fue el día del Juicio Final para el duartismo.
Y desde entonces, la pesadilla más terrible de su vida al grado que ahora, ningún duartista lo visita en el Reclusorio Norte.
Ni siquiera, vaya, sus barbies.
JUEVES
Triple traición
Érick Lagos, Jorge Carvallo, Adolfo Mota, Édgar Spinoso Carrera y Alberto Silva eran los guardias pretorianos de Duarte. El quinteto lo blindaba y nunca, jamás, dejaban pasar ni una aguja entre ellos. Lo celaban más, mucho más, que Karime y sus barbies.
Otro grupo, claro, lo formaban sus aliados, socios, cómplices, prestanombres y compañeros de parranda, Moisés Mansur, Franky García y Jaime Porres.
Todos ellos, unos más, otros menos, y como es la ley de la vida, se habrían enriquecido a la sombra del poder político.
Y ahora, caray, dejaron solo al compañero y amigo.
Y de ñapa, “se curan en salud” y lo culpan de que los empinó.
Si Jesús tuvo un Judas y Miguel Hidalgo tuvo un indio yaqui, su escolta, que lo traicionó por treinta monedas, y Emiliano Zapata un Jesús Guajardo, y Pancho Villa un Alvaro Obregón, y Francisco I. Madero un Victoriano Huerta, ni modo, es la ley de la vida.
Y en el caso, y de ser así, se trata de un doble, triple traición.
Una: dejaron solo a Duarte en el Reclusorio Norte.
Dos: se arrodillaron ante Yunes Linares.
Y tres: hablan mal de Duarte.
VIERNES
“El hombre que ama a sus perros”
Karime Macías vive con sus hijos y familiares en Londres, una de las ciudades más caras del mundo, Londres.
Y ni modo atraviese los océanos para estar con su esposo en la visita conyugal.
Quizá podría, digamos, ahora en días navideños.
Pero…, al mismo tiempo, la Procuraduría General de la República, PGR, ha trascendido que la investiga luego de la audiencia privada del gobernador Yunes con el presidente de la república y dada la avalancha de pruebas en su contra.
Por eso, Duarte vivirá el peor de los tiempos, pues, además, es un hombre depresivo y la depresión, decía William Styron, “es un viaje a la oscuridad” que pocos, excepcionales seres humanos, libran.
Y si al momento Duarte sigue con vida sin derrumbarse por completo significa que su fuerza interior está fuera de duda.
El sicólogo Víctor Frankl dice que los seres humanos se levantan cada día a empujar la carreta por varias razones: una causa familiar, una causa social y una causa religiosa.
En el caso, y ante las experiencias y derrotas que ha padecido, Javier Duarte estaría en pie por sus hijos, y quizá como León Trostky, y como en la novela de Leonardo Padura, por sus cuatro perros… que tanto amaba y sigue amando.