Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: Las candidaturas pluris del PRI a diputados locales provocaron, como siempre, las más intensas pasiones. Pasiones desbocadas, un par de líderes sociales se coaligaron y pusieron a prueba su principio de Peter. Se quedaban con “hacha, calabaza y miel”, o de lo contrario, quizá, apostarían por el camino fácil ahora cuando, por ejemplo, las puertas del PAN y Morena están abiertas para “tiros y troyanos”, cualesquiera sea su pasado, incluso, el más borrascoso.
Por ejemplo, hasta donde se sabe si bien se sabe, en el caso del tricolor llegó un momento cuando el presidente de la Liga de Comunidades Agrarias, el cenecista Juan Carlos Molina Palacios, levantó su muro Donald Trump (muro también de la tortilla por su fragilidad, muro de la infamia, muro de las lamentaciones) con el dirigente electricista, el ex diputado local, Víctor Manuel García Trujeque.
Coaligados, frente común, uno y otro presionaron al CDE del PRI de Américo Zúñiga.
Mostraron el puño y el músculo, pero hacia el final de la noche y del día, el primero quedó en el número uno de la lista pluri y el segundo en el número 5.
Es decir, entran porque entran al Congreso.
Y lo mejor en el tiempo huracanado electoral del PRI, cuando en menos de un año sufrió tres derrotas consecutivas (la gubernatura, la mayoría en el Congreso local y 173 presidencias municipales), Molina y Trujeque serán diputados sin hacer campaña, sin gastar un solo centavo y sin exponerse a una derrota en las urnas.
PASAMANOS: Los llamados sectores del PRI (CNOP, CNC, CTM, Antorcha Campesina, SNTE, los 400 Pueblos, etcétera) presionaron en Xalapa y presionaron en el CEN del PRI con el dirigente nacional de taxistas, Enrique Ochoa Reza.
De pronto, y cuando ningún lazo tenían, Molina y Trujeque aparecieron como el uno y el dos.
Y más, cuando de pronto en la cancha roja, y como era lógico y natural, el candidato al trono imperial y faraónico, Pepe Yunes Zorrilla, y el senador Héctor Yunes Landa, el par de figuras icónicas más afortunadas de hoy, también tenían sus compromisos.
Es más, llegó un momento en que el cenecista y el cetemista dejaron sentir que el PAN de Miguel Ángel Yunes Linares los esperaba, reproduciendo el antecedente de “Los Viagras”, cuyo par de líderes, Felipe Amadeo Flores Espinoza y Mario Tejeda Tejeda, se bajaron del barco tricolor luego de más de 40 años de lealtad y fidelidad roja.
CORREDORES: La amenaza del cenecista tenía más visos de ocurrir por una siguiente rara y extraña:
En la campaña electoral del año 2016, Molina Palacios, entonces fans a morir de su ex compadre, Héctor Yunes, se fue a la yugular con todo en contra del candidato del PAN, Miguel Ángel Yunes Linares.
Un día, en la fogosidad, creyendo que Yunes Landa ganaría de calle, habló por teléfono a una estación radiofónica de Cosamaloapan y al aire pidió a los padres de familia que cuidaran a sus hijas porque un pederasta andaba suelto.
Y, bueno, por menos, por mucho menos, la yunicidad convertida en gobierno trae en la mira al diputado federal, Alberto Silva Ramos, además, claro, de que ha sido denunciado por un desvío de recursos por más de dos mil millones de pesos.
Pero oh paradoja, el líder cenecista se pasea en Veracruz y en el país con la absoluta tranquilidad del mundo, sin que nada lo atemorice en un tiempo siniestro y sórdido para los duartistas en que unos 33 políticos, jefes policiacos y policías están presos en el penal de Pacho Viejo, y otros andan amparados y otros más se han vuelto prófugos de la justicia.
RODAPIÉ: Juan Carlos Molina es un político lleno de pasiones. A veces, frenéticas.
Por ejemplo, luego de la campaña electoral del año 2016 rompió con Héctor Yunes, con todo y que ante las leyes religiosa y civil son compadritos.
Y además de que nunca han trascendido las razones de la ruptura, en el carril priista se afirma que fue por el mismo motivo en que suelen terminar las grandes alianzas, tipo Morris West en “El arlequín”, es decir, por el billete.
En el duartazgo, por ejemplo, impactó al político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México organizando mítines multitudinarios con hasta 40 mil personas, tiempo cuando su otro compadrito, el hijo de Lupita D´Alessio, y el otro, Julión Álvarez (en la mira de la PGR un tiempo) amenizaban el corazón y las neuronas de “los acarreados”.
Ahora, con Pepe Yunes Zorrilla de candidato priista ni un solo mitin le ha organizado de tal envergadura.
Y, bueno, sus razones tendrá, pues ni modo de argumentar que es por la austeridad partidista, pues recursos hay y de sobra.
Y más, cuando de por medio está la conquista del poder público.
BALAUSTRES: La diarquía Molina/Trujeque terminó imponiéndose. Se quedaron con “hacha, calabaza y miel”, pues, además, también favorecieron la candidatura pluri, y en segundo lugar, de Erika Ayala Ríos, la lideresa sindical del COBAEV y dirigente máxima de la CNOP, y desde hace ratito ultra contra súper aliada del cenecista.
Más todavía:
De entrada, el cenecista tendrá otra súper aliada en el Congreso federal con la duartista ex reina del carnaval jarocho, Anilú Ingram Vallines, pues en el camino electoral se encontraron para fundirse en una unidad indestructible por ahora, a menos que algún día “los demonios anden sueltos” y el reality-show con Héctor Yunes se repita.
¡Vaya paradoja!
En el carril priista es el tiempo de Pepe Yunes Zorrilla, el candidato.
Y con toda su fuerza, a ninguno de los suyos pudo acomodar en los primeros 6, 7 lugares de las candidaturas pluris, con todo y que en el proceso interno, Molina Palacios y García Trujeque sintieron los celos más volcánicos con el cetemista sureño, Carlos Vasconcelos, quien, sentían ellos, los descarrilaría.
Molina se soñó líder de la Unión Nacional Cañeros y perdió.
Se soñó candidato a Senador y perdió.
Y se resignó con la candidatura pluri.
Por fortuna para los dos millones de campesinos y el millón de indígenas de Veracruz va en el primer lugar, grandes esperanzas sociales, ajá, para enaltecer su calidad de vida los próximos tres años, de tal forma que hasta una vaquita tendrían todos ellos en el corral de sus casas para tomar leche fresquecita.
