- Viejas y nuevas deudas
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: El gobernador Yunes está en la más alta combustión de su vida pública. Hacia el final de su mandato es un volcán arrojando lava y larva por todos lados. Insólito: mientras se declara impoluto, denuncia, de un jalón, a varios actores políticos y empresariales como, por ejemplo, el miércoles 18 de julio.
El día anterior, un grupo de empresarios intentaron tomar el palacio de gobierno de igual manera como hacia finales del duartazgo los presidentes municipales del PAN y PRD reclamando la entrega de participaciones federales.
Y entonces, los desalojó.
Al día siguiente, el Yunes azul convocó a rueda de prensa y apretó el botón nuclear.
A unos hombres les llamó coyotes, porque “coyoteaban” con el erario.
A otros, prestanombres de duartistas.
Y a los ex diputados locales del sexenio anterior “diputados desvergonzados” que avalaron (presuntas) deudas para quedarse, digamos, con los moches y/o porque en todo caso, eran socios, aliados y cómplices de “presuntos proveedores”.
El bombardeo fue implacable. Y si algunos políticos pensaban que luego de las 5 derrotas del primero de julio se apagaría están equivocados.
Genes son genes y vísceras son vísceras.
PASAMANOS: A tono con su biografía de vida sólo dejó pendiente a las redes sociales que cacarearon desde el anonimato la renuncia de su hijo Fernando Yunes Márquez a la presidencia municipal de Veracruz porque la derrota electoral fue avasallante.
Y aun cuando “los empresarios”, digamos, golpistas, anunciaron que interpondrían denuncias penales como en el caso de la esposa del ex panista, ex diputado local, Alejandro Cosío Hernández (a quien llamara coyote), de cualquier manera, se mostró como un peleador callejero, un fajador de cantina, el ring político como su vocación.
Por ejemplo:
Dijo que la secretaría de Salud ya interpuso denuncia penal contra “el coyote” Alejandro Cossío.
También exhibió a Jesús Castañeda Nevárez, ex presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Xalapa y articulista, de complicidad con el ex Oficial Mayor de la SEV, Édgar Spinoso, por vender toners y computadoras.
Llamó “desvergonzados diputados locales” a quienes reconocieron deudas de 40 mil millones de pesos a “presuntos proveedores”.
Y refirió que “el empresario” Raúl Esquivel Hernández era prestanombres de Arturo Bermúdez Zurita como secretario de Seguridad Pública y quien intenta sobrar 72 millones de pesos de deuda.
“El show de los empresarios” le llamó.
CORREDORES: En la cancha política muchos intereses enfrentados.
En un lado del ring, los duartistas y sus cómplices.
En el otro, los (presuntos) empresarios y empresarios.
En el otro, la yunicidad.
Y en el otro, los diputados locales y el gobernador electos de MORENA abanderando la lucha contra la corrupción política.
Incluso, en la rueda de prensa hasta expusieron la versión de que el gobernador Yunes había comprado con 5 millones de pesos el voto de unos diputados locales de la LXIV Legislatura para su Fiscal Anticorrupción y los doce magistrados del Tribunal Superior de Justicia.
La política, entonces, como un estercolero. Tirios y troyanos, acusándose y defendiéndose, cada parte declarándose ángeles de la pureza.
Bastaría referir que el país ocupa el primer lugar de corrupción política en América Latina y uno de los primeros espacios mundiales y que significan palabras mayores.
Lo decía José López Portillo de la siguiente manera:
Los políticos, aseguró, van camino derecho, derechito, al cinismo.
Cinismo es, por ejemplo, que unos empresarios sean, en efecto, prestanombres de duartistas, y otros más, coyotes, y otros más, cómplices de políticos, y otros más, desvergonzados para avalar deudas sin fundamento.
Y a partir de ahí… que cada quien se defienda.
En todo caso, si el gobernador Yunes ha exhibido a las personas que pretendieron tomar el palacio, entonces, lo único procedente es la denuncia penal por daño moral.
Pero el gobernador está firme en su versión.
RODAPIÉ: El constructor Ricardo Exsome terminó de construir, a paso acelerado, el libramiento vial en La Boticaria, en Boca del Río.
Pero Javier Duarte y el secretario de Infraestructura y Obra Pública, Gerardo Buganza Salmerón, le quedaron a deber cien millones de pesos.
Hasta el último día de aquel sexenio tocó puertas y nunca le fueron abiertas.
En los primeros meses de la yunicidad insistió en el tema y cuando el gobernador Yunes anunciara obra pública en el palacio boqueño, Ricardo Exsome estaba en primera fila, quizá, digamos, buscando un espacio para hablar con él.
De pronto, zas, y luego de perder la presidencia municipal de Veracruz nominado por MORENA y AMLO, se olvidó por completo de la deuda, sin duda, porque se la habrían pagado.
Por eso, elegido diputado federal, nunca estuvo en el asalto al palacio a principio de semana, y más, porque en su caso es socio de otros empresarios reales y auténticos, ninguno relacionado con la política ni al servicio de Javier Duarte o prestanombres de algún duartista.
Y aun cuando en el carril político y mediático de la gabinetitis lo citan como secretario de Infraestructura con Cuitláhuac García, su pasión legislativa está fuera de duda, y tampoco, claro, se prestaría a un tráfico de influencias o a un conflicto de intereses.
BALAUSTRES: Según Antonio López de Santa Anna, tres veces gobernador de Veracruz y once ocasiones presidente de la república, el poder político “es una bola de fuego que sólo trae enemistades”.
Así, con tantos actores metidos en el ring público de Veracruz disputando cada uno la verdad de los hechos, el ciudadano común y sencillo queda confundido.
Además, mientras unos miran la película en blanco y negro, otros en color.
Y hacia el final del día y de la noche, todo es de acuerdo “con el color del cristal con que se mira”.
La yunicidad, por ejemplo, interpuso una denuncia penal a través de la secretaría de Salud en contra del ex panista Alejandro Cosío Hernández, y aun cuando fue citado envió un documento argumentando enfermedad.
El gobernador también ha exhibido al prestanombre de Bermúdez y faltaría dar el siguiente paso con otra denuncia penal en la Fiscalía.
Y de igual manera en contra de Jesús Castañeda por su complicidad con el ex Oficial Mayor de la SEV.
Y en contra, claro, de los llamados “diputados desvergonzados”.
Y en la otra cancha, los empresarios bragados que intentaron el asalto al palacio quedan en libertad de una denuncia penal porque en todo caso, si la palabra oficial miente, hay daño moral.
Es la palabra del gobernador frente a la palabra de estos señores.
