Luis Velázquez /Escenarios
12 de julio de 2019
UNO. Discordia y rencor
La izquierda y la derecha y el centro ejercen el poder en Veracruz con la discordia, el rencor, el odio y la venganza por delante.
Además, significa que el bienestar social de los 6 de los 8 millones de habitantes les vale.
Por ejemplo:
El góber y su secretario General de Gobierno atrapados en su obsesiva obsesión para destituir al Fiscal de Miguel Ángel Yunes Linares.
El secretario de Educación, aferrado con encarcelar a su antecesor, el yunista Enrique Rodríguez Pérez, por tanto trastupije, alardea, y de paso, hundir a la diputada Érika Ayala.
El secretario de Salud, teniendo pesadillas contra sus antecesores en la yunicidad, el duartazgo y el fidelismo.
Incluso, mujer de cordura, la senadora Gloria Sánchez, “lanzó su espada en prenda” desde la tribuna parlamentaria del Congreso de la Unión en contra del Fiscal, quien 7 meses y medio después sigue en su palacio sin que el bombardeo nuclear en su contra lo estremezca.
Ahora, insólito, el góber quiso expresar su elevadísimo grado de inteligencia, talento, experiencia y madurez, y llamó “Fiscalito” al Fiscal Anticorrupción.
Casi 8 meses después de tomar posesión, el góber ha fracasado para tumbar al Fiscal y ahora solo le resta el desdén para referirse a Marcos Even Torres.
¡Vaya “hazmerreír nacional”!, como exclamara el diputado local de MORENA, José Magdaleno Rosales Torres.
DOS. “Va mi espada en prenda”
La nueva discordia política comenzó de la siguiente manera:
La Contralora Leslie Garibo (miembro del único círculo del poder del góber) interpuso denuncia penal contra varios yunistas, incluido Yunes Linares, por 5 mil millones de pesos.
Luego, inhabilitó a varios funcionarios yunistas por diez años para ocupar cargos públicos.
Entonces, apareció en la cancha pública el caso del nepotismo con los Eleazares Guerrero, anexos y conexos pues muchas dependencias estatales están hasta el gorro, el delito que fue derogado por Yunes Linares, y que ahora se conoce como tráfico de influencias y conflicto de intereses.
Así, la Contralora, modosita y dispuestita, levantó la mano para decir que investigaría el caso.
Pasado un ratito, y cuando en el carril seguían aparecido más casos de nepotismo (el último con los diez familiares en la nómina de la diputada Rosa María Galindo, otro miembro del primer círculo del poder del góber), la Contralora emitió su dictamen, palabra de diosa terrenal:
Ningún delito que perseguir en el caso de Eleazar Guerrero, pues, dijo, ¡vaya desfachatez!, que ni se apellida García ni tampoco Jiménez.
TRES. El Fiscalito del Palacio
El Fiscal Anticorrupción apareció en la cancha. Y anunció a la mitad del mundo jarocho y a la otra mitad que investigaría al góber y a su Contralora.
Días después, el góber apareció en el carril mediático para contrarrestar a los adversarios y enemigos y llamó “Fiscalito” a Marcos Even.
Hasta ahí, llegaron las neuronas, el talento y la inteligencia del góber a quien AMLO; el presidente de la república, ha vitoreado y levantado la mano orgulloso de su creación política, de igual manera, digamos, como Enrique Peña Nieto glorificó a Javier Duarte, César Duarte y Roberto Angulo como el trío de la nueva generación política del país, dos de ellos, presos, y el otro prófugo de la justicia.
La discordia, el rencor, el odio y la venganza como estilos personales de ejercer el poder, ¡vaya 4T!
PD. Nadie descartaría que el góber le llama (quizá de cariñito) el Fiscalito… en venganza a que en las redes sociales le dicen el góber fifí, salsero y sabadaba.