Luis Velázquez/ Barandal
Veracruz.- ESCALERAS: La sucesión la presidencia del CEN y del CDE del PAN están en la cancha.
En el caso de Veracruz sólo dos aspirantes se registraron. Uno, el tuxpeño Pepe Mancha, quien busca reelegirse, y dos, el tantoyuquense Joaquín Guzmán Avilés, quien se ha retirado de la secretaría de Desarrollo Agropecuario listo para dirigir el partidazo azul que su adversario hundiera por completo el primero de julio con la derrota presidencial, la derrota de la gubernatura, la derrota de la mayoría de los diputados federales y locales y senadores.
Según las versiones, hay dudas sobre la preferencia del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y sus hijos Miguel Ángel y Fernando entre Mancha y Guzmán Avilés.
Unos aseguran, sin embargo que a primera vista los Yunes azules estarían con Mancha, aun cuando trasciende que Miguel Ángel yunior está con “El chapito”, el cacique de Tantoyuca en el norte de Veracruz.
Y, bueno, si Manuel Gómez Morín, el fundador del PAN soñó con la democracia, según la politólogo Denise Dresser, la democracia electoral que más bien fue una simple alternancia en el poder partidista ha significado más corrupción en el país.
Y en Veracruz, claro.
PASAMANOS: Por ejemplo, Pepe Mancha perdió cinco elecciones el mismo día, y en contraparte, amarró la diputación local por la vía pluri para su esposita.
Además, la reelección de su delfín, He Man Sergio Hernández Hernández como diputado local.
Además, impuso con todo el autoritarismo del mundo a un primo como presidente municipal de Tuxpan.
Además, los negocios en la secretaría de Infraestructura y Obra Pública gracias a la bendición del ahora senador Julen Rementería del Puerto.
Además, las bendiciones de la LXIV Legislatura para su portal digital y que impuso a nombre de su señora madre y lo que significa nepotismo.
En el caso de Joaquín Guzmán, “El chapito, secretario de Desarrollo Agropecuario.
Sus hermanos, Jesús y María del Rosario Guzmán Avilés, diputados federales.
Su otro hermano, Amado, presidente municipal de Tantoyuca.
Así, igual, igualito que en el sistema político priista y panista nacional al triunfo del PAN en el año 2016 con la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares ingresando a la historia por lanzar a su ex partido, el PRI, del palacio de Xalapa, Mancha y Guzmán Avilés quedaron “con hacha, calabaza y miel”.
Y todavía, demócratas de pura cepa azul, quieren perpetuarse en el poder.
CORREDORES: Mucho, demasiado han recibido uno y otro de los Yunes, los dueños de la pelota azul, para que todavía ambos continúen soñando que merecen mucho más.
Incluso, y hasta con señales concretas y específicas.
Por ejemplo:
Mancha anunció que renunciaba al CDE del PAN para buscar la reelección y días después, el señor diputado federal, el ególatra y escritor de novelas de terror con el tema de los secuestros fallidos, Carlos Valenzuela, anunció que también renunciaba a la secretaría General, soñando que iría en la planilla, con la misma cartera, al lado de Mancha y repetir tres años en el mando partidista.
Pero horas, días después, de pronto, y en el mejor estilo priista de cuando Luis Donaldo Colosio, ya asesinado, anunciara el destape de Ernesto Zedillo como su favorito para la candidatura presidencial del PRI, Carlos Valenzuela publicitó un video donde anunció que en nombre de la democracia partidista declinaba su candidatura a secretario general porque, ajá, la curul federal lo absorbe demasiado.
Además, porque se vería mal que ocupara dos cargos al mismo tiempo.
Entonces, desde el limbo entró como candidato a secretario General el cordobés Alfredo Grajales Jiménez, hasta entonces, titular del ICATVER (allí donde Javier Duarte impuso a una Barbie amiga de Dominga Xóchitl), ex diputado local con Fidel Herrera Bletrán, fallido candidato panista a la alcaldía de Córdoba, operador de los Yunes en Zongolica y Perote, con fama pública de jugar las contras al PAN en la región de Córdoba.
Además, Grajales Jiménez trae un sello en la frente de los Yunes azules.
Y, bueno, el politólogo Ramón Benítez dice que Carlos Valenzuela, tan ambicioso, sólo pudo declinar a la secretaría General por órdenes superiores provenientes, claro, del gobernador Yunes.
De ser así, entonces, la línea ya estaría expedida a favor de Pepe Mancha para la reelección sacrificando a Joaquín Guzmán, un panista con mucho mayor capital político que el tuxpeño.
Bastaría referir que de los veintiocho mil panistas que votarán para la elección partidista, Guzmán Avilés tiene ultra contra súper amarrados cinco mil, todos de Tantoyuca.
BALAUSTRES: En la cancha nacional hay dos aspirantes a la presidencia del CEN. Uno, Marko Cortés, y el otro, Juan Manuel Gómez Morín, el nieto de Manuel Gómez Morín, que en ningún momento por serlo significa integridad, de igual manera como el hijo de José María Morelos, Juan Nepomuceno Belmonte se volvió el cabildero número uno para que Maximiliano de Habsburgo fuera emperador en México.
Según las versiones, los Yunes están con Marko Cortés, pues, entre otras cositas, tanto Mancha como “El chapito” están con él y sólo puede concebirse así por “la mano de Dios”.
Y segundo, “El chiquis” está en la planilla de Marko Cortés, en una lista de siete panistas para ocupar carteras en la dirigencia nacional, aun cuando falta definir el espacio.
El once de noviembre será la elección tanto nacional como local.
Y con tantas derrotas, el PAN deberá luchar una vez más contra los molinos de viento para recuperar los espacios perdidos durante doce años en la presidencia de la república y los dos años en Veracruz.