Yolanda Portugal Guzmán/El Piñero de la Cuenca
Loma Bonita, Oaxaca.- Doña Dolores Ortiz, es laminadora desde hace 5 años, la muerte de su esposo la ‘obligó’ a admitir su gusto por pintar y laminar carros, oficio que también le da sustento y ayudo para que sus tres hijos ahora sean ingenieros.
Ella abandonó las labores del hogar y ahora trabaja, y trabaja en un oficio que hace algunos años no se podría pensar que lo desempeñara una mujer.
Nos recibió, en su casa, una casa que es diferente a la de otras mujeres, encontramos una especie de taller con autos, pintura, su herramienta de trabajo, algunos toques de un jardín.
Como muchas otras mujeres, Lola, como la conocen, ha librado una batalla, tal vez, silenciosa, para desempeñar su trabajo, ya que no sólo los hombres cuestionan sus habilidades, sino también las propias mujeres.
Los hombres con los que trata a veces la felicitan, otras veces, según ella, la vacilan diciendo que se disfraza de mujer, justo cuando la conocen en su etapa de madre, de abuela.
La invitan a capacitaciones, y en medio de toda la valentía que tiene, todavía le surge miedos de que van a decir los otros hombres, todavía hay una lucha contra el machismo y los roles de género que siguen presentes.
No obstante ha recorrido su camino, con su talento y ganas de salir adelante, ella reflexiona “Es buen oficio a veces te desgastas más en una batea o en una cocina y para lo que te pagan, es un trabajo redituable”
Sus tres hijos se sienten orgullos de ella, la han llevado a sus universidades, donde sus compañeros dudaban de su empleo, otra vez, por ser un empleo solo pensado para hombres.
Hoy se encarga de pintar y dar mantenimiento al mobiliario de una tienda comercial.
Sus conocidos son más hombres que mujeres, pero eso no le preocupa, ella sabe que ya hizo la diferencia.