Por: Moisés Castro| Citlalli Cid| El Piñero
Tuxtepec, Oaxaca.- En la actualidad, las motocicletas se han convertido en el transporte más usado en la Cuenca del Papaloapan. Y gracias a ellas, se ha generado una industria que oferta diversos servicios. Y uno de ellos, muy peculiar, es el de protegerlas del sol con simples cartones, tal y como lo hace Don Juan Vidal en la zona centro de Tuxtepec.
De oficio comerciante y con más de 40 años de trayectoria, Don Juan relata que tuvo que dejar de recorrer las calles y diversas comunidades para establecerse en el pasillo de una vecindad y vender todo artículo que le permita llevar el pan a casa.
A sus 76 años de edad, precisa que el caminar constante con sus productos de venta al hombro, le provocaron dolencias en sus rodillas, por lo que tuvo que abandonar las calles y establecerse en un solo sitio.
Es por ello que desde el 2005 se estableció en la avenida Independencia, esquina con la calle Arteaga, para ofertar diversos productos. No obstante, a causa de la pandemia y diversos factores sociales, las ventas se desplomaron por lo tuvo que recurrir a otra manera de ganarse unos pesos.
Para enfrentar la crisis económica -nos precisa- ha visto en las motocicletas una manera de generar un ingreso extra, pues frente a su establecimiento, existe un espacio donde diariamente llegan hombres y mujeres a bordo de su unidad de dos ruedas, para realizar alguna actividad en la zona, oportunidad que Juan Vidal, con su olfato aún audaz de comerciante, vio la forma de generar dinero.
Y es que la venta de sus zapateras, dinosaurios con sonido, mandiles, juguetes y peluches, “está baja”.
Con largos cartones, Juan cruza la calle despacio por el malestar en sus rodillas, y coloca sobre las motocicletas esa sencilla protección pero que reduce el fuerte impacto en esos monstruos de acero.
La cosa no es fácil, y es que Juan Vidal está atento de esa fluidez de motociclistas desde las 11 de la mañana hasta 6 de la tarde. “Si el tráfico es intenso, la cosa no se puede”, puntualiza Juan, pues existe el miedo de ser atropellado y se pierden así los 50 o 60 pesos que llega a ganar, por dicho ingenio.
Y así avanzan los días de Juan, un comerciante que también se vio afectado por la pandemia y que saca de las unidades de dos ruedas: “sus centavitos aunque sea pa’ la tortilla”.