Moisés MOLINA/LA X EN LA FRENTE
Oaxaca, México.- Si algo no se le puede regatear a José Murat es su habilidad para el debate. No lo rehuye, nunca se amedrenta ni deja conclusiones truncas sobre cualquier mesa. Lo hacía cuando fue joven, lo sigue haciendo – a su modo, en los días actuales.
Pude verlo debatir con Santiago Creel y Jesús Ortega, en aquellos años del cénit del Pacto Por México y los metió a su cancha.
Se ha intentado formar una suerte de estereotipo en torno a él, que le pretende arrebatar todo mérito académico, en aras del grito y el manoteo autoritario e incontestable.
Para quien ha debatido con Murat, el cambio de percepción opera poco a poco y quienes le subestiman terminan jugando en su cancha, rehuyendo, desconcertados.
Murat tiene su estilo, que a no muchos gusta y por eso le llaman pragmático, práctico, vacuo, autoritario, gritón, necio. Piensan que el ex gobernador es un rudo negociador, cabildero a quien la academia no le interesa, es más, le estorba.
Más allá del Premio de los 64 millones de su juventud y de sus publicaciones hechas por Porrúa, quien olvide que Murat es hasta donde me quedé, Profesor Titular de la Facultad de Derecho de la UNAM, está siendo injusto o miope, sin haber –en ocasiones- leído alguna página de sus textos.
Hoy a Murat, a pesar de sus artículos de opinión regulares en La Jornada, es tomado solamente por un animal político, por un operador eficaz, cuyas credenciales –esas sí- nadie, ni por asomo le cuestiona.
Decía Marx que sin teoría revolucionaria no había práctica revolucionaria. La pericia práctica del de Ixtepec tiene bases, no hay de otra. Llama la atención, desconcierta, se le ve hasta con desconfianza porque es un priista de izquierda. Tal vez el único. Nadie se lo ha debatido, pero si urgamos en sus propuestas de hoy, en su definición teórica de presente y de futuro, desde luego que desconciertan en la membresía de un partido que no está acostumbrada más que a la caricia doctrinaria gatopardista que permanece, ahí, guardada.
Murat tiene propuestas de izquierda para su partido y su sector; y no son descabelladas. No se las voy a decir aquí. Búsquelas. Aparecen seguido en los diarios.
Al Maestro Murat le noto más cómodo en la izquierda (ideológicamete hablando). Fue su formación, fueron sus tiempos de definición: la tesis 11. Quizás haya sido la clave de su innegable éxito. Al menos, la llave del Pacto Por México.
Me acordé de él porque –ustedes saben el amor que profeso a mis libros y hoy reacomodando, “tropecé” con una revista del verano de 2002: Derecho y Cultura, coordinada por la Academia Mexicana para el Derecho, la Educación y la Cultura, en cuyo interior descubrí un pequeño texto, a manera de comentario a un exhaustivo estudio, autoría de Manuel González Oropeza y Francisco Martínez Sánchez, referente al derecho y la justicia en las elecciones de Oaxaca.
Hoy- bueno, ayer que el Tribunal Estatal Electoral emitieron varias resoluciones respecto de las elecciones de algunos de nuestros municipios de Sistemas Normativos Internos, estimé pertinente volver a la génesis de un sistema que hoy ha cobrado la fortaleza que en aquellos años no tenía.
“Hay una lección que aprender en esta obra jurídica: todos tenemos un compromiso al reconocer la diversidad de la justicia en las comunidades indígenas; no somos diferentes que los ciudadanos que se eligen y son gobernados bajo prácticas comunitarias; juntos debemos construir en la diversidad, con respeto a las diferencias un Oaxaca próspero y unido”, se le lee en la página 238.
Sé que -una vez más- “Ave de Tempestades” anda volando aquí y allá. En lo suyo. Diario es noticia y lo será todavía más. Se estará hablando de él, en todo el país, bien y también mal, pero su suerte está echada, aún a pesar de sus detractores y enemigos que han perdido la dimensión y pagan odas de resignación.
Conociéndole, no se distrae porque con método sabe exactamente a donde llegarán sus pasos y sabe qué hacer cuando lo tenga que hacer.
Ya no le digo – amable lector- a dónde va José Murat, porque todos lo sabemos.
@MoisésMolina