Hace no mucho tiempo que Puebla se consideraba enteramente panista. El estado se caracteriza por su sociedad conservadora, que encontró en Acción Nacional al partido ideal para representarlos. Fue justo ahí en donde un hombre adquirió demasiado poder. Rafael Moreno Valle instauró un gobierno hermético que apoyó a empresas selectas durante años. Después de él, su protegido Antonio Gali recalcó la estrategia de saqueo.
Se sabe que en los gobiernos panistas de ambos se facturaron más de 328 millones de pesos a empresas fantasma. El uso de estas compañías fachada se hizo popular con Javier Duarte y Enrique Peña Nieto, quienes las usaban para simular actividades y así poder desviar miles de millones de pesos del erario. El total de empresas utilizadas suma 69 simuladores de actividades.
Todo ocurrió en tan solo tres años, del 2015 al 2018. En esos entonces, el peñismo gobernaba al país y Moreno Valle era el hombre más poderoso de la política poblana (incluso vendía su imagen por todo el país para buscar la candidatura presidencial, algo que le arrebató Ricardo Anaya). En ese periodo, el morenovallismo se apoderó del estado, añadiendo a Antonio Gali como gobernador cuando Moreno planeaba su siguiente cargo.
En este saqueo masivo a través de empresas fantasma se generaron 340 contrataciones irregulares, con la participación total de 11 secretarías del estado. La secretaría que más dio contratos a empresas fantasma es la de educación poblana, que les facturó más de 81 millones de pesos. Moreno Valle fue acusado de corrupción y malos manejos desde que fue gobernador y después en su corto paso como senador (falleció en un accidente).
Con información de Animal Político.