Luis Velázquez Escenarios
15 de junio de 2019
UNO. Hogares enlutados
Dos familias están enlutadas. Lloran el
asesinato de los suyos. Un par de hermanos fueron asesinados a machetazos en
San Andrés Tenejapan y un padre y su hijo en Colipa.
El dedazo del padrino o la madrina que designara
al regio Hugo Gutiérrez Maldonado como secretario de Seguridad Pública fue y es
insuficiente.
Y es que para frenar la ola de violencia en
Veracruz, como para bailar “La bamba”, “se necesita un poquito
de gracia y otras cositas”.
Otras cositas, entre ellas, la eficacia, la
eficiencia, la firmeza y la férrea voluntad social del Fiscal Jorge Wínckler
Ortiz, el más frívolo de todos los frívolos del Golfo de México.
DOS.
Asesinados dos hermanos
Dos hermanos, una mujer y un hombre, fueron
asesinados a machetazo limpio en Tenejapan. Se llamaban Claudia, de 51 años, y
Joaquín Reyes Morales, de 56 años. Eran comerciantes.
Fue la madrugada del viernes 7 de junio. Ellos
estaban en el interior de su casa, a dos cuadras del Palacio municipal.
En el trascendido se afirma que el presunto
homicida fue el hijo de la mujer. Pero si así es, caray, además del tsunami de
la incertidumbre y la zozobra, la desintegración familiar, y que fuera en el
siglo pasado la razón de ser de cada presidente de la república y gobernador
con el DIF, ahora, por cierto, agregado como un departamento más a la
secretaría de Salud.
TRES.
Padre e hijo, ejecutados
En Colipa, padre e hijo, asesinados. La noche
del viernes. En el interior de una cantina.
El padre, Saúl Zapata Rodríguez. El hijo, Daniel
Zapata Landa.
Un hombre, identificado como Vicente
“N”, policía privado, llegó a la cantina “Retiro Show”,
ubicada a unos cuantos metros de la comandancia. Eran más o menos las once de
la noche. Y media hora después, el tipo sacó la pistolota, les disparó, y
desapareció en la noche aciaga y sangrienta del Veracruz al que cantaran
Agustín Lara, Toña la negra, Pepe Guízar, Yuri y Toñita.
Ahora, ni modo, con tanta violencia, ni llorar
es bueno. Solo entristece el corazón y el alma envejece con riesgo de enfermar.
CUATRO.
“Ni modo, violencia es inevitable”
En 1981, hace casi cuarenta años, Agustín Acosta
Lagunes lo decía así: “La violencia es inevitable, y ni modo”.
Hemos, entonces, de habituarnos a vivir en el
infierno, en medio de balazos, machetazos, secuestros, desaparecidos,
asesinatos y fosas clandestinas y cadáveres tirados en la vía pública y en la
carretera y en los cañaverales y flotando en los ríos, lagunas y arroyos.
Es el gran paisaje del nuevo Veracruz iniciado
cuando Patricio Chirinos Calero gobernaba y el cartel de José Albino Quintero
Meraz alcanzara tanto poder que tenía doce casas de seguridad solo en el Frac.
Costa de Oro, de Boca del Río, en una de las cuales, un sexenio después, se
volviera vecinito de Miguel Alemán Velasco.
Y es que si llevamos tantos años en la
inseguridad y la impunidad, entonces, y como dice el arzobispo Hipólito Reyes
Larios, “solo queda rezar” para llevar consuelo al corazón, confiando
en la justicia divina.
La inseguridad es el gran legado histórico de
Chirinos, Miguel Alemán, Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes
Linares, y al paso que vamos, ninguna duda que también será de Cuitláhuac
García.