Redacción El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.- No tiene más de 25 años, sale de un cuarto de la casa donde ha estado escondido más de 16 días. Es hondureño y su rostro muestra tristeza pero a la vez esperanza por haber llegado con una familia que lo resguardó .
Hace más de un mes salió de Tegucigalpa, Honduras, su sueño como el de muchos es llegar a Estados Unidos para reunirse con su madre, sin embargo, en Loma Bonita, Oaxaca, se le torció la suerte.
Recuerda que se tiró del tren porque estaba migración, se quebró el dedo y tuvo otras lesiones; desde que entró a territorio nacional, ha viajado en tres trenes, pero en Obispo es la primera vez que lo paran, recuerda que ya había hecho la travesía una vez pero -precisa- las cosas no estaban así antes.
“El tren venía bajando la velocidad, yo venía en los vagones de adelante, cerca de la máquina, cuando logré ver que estaba los de migración, los estatales, todos, la marina, entonces como no quería dejarme agarrar me tuve que tirar desde arriba y me lastimé el dedo me lo quebré, así fue”.
Él recuerda que en ese tren, el de la mañana, venían como unos 200 centroamericanos de los cuales capturaron como a 40.
A pregunta expresa, si hay agresiones por parte de las autoridades hacía ellos él responde: “sí, la verdad sí, se portan mal ellos, la verdad nos quitan el dinero algunos, y nos agarran los teléfonos a veces, hasta preguntan por marihuana para fumarla ellos”.
Continúa su relato “En lo que pararon el tren pues yo les avisaba a todos que estaba migración como yo iba adelante, pues todos corríamos hacía las parcelas, ellos los tenían rodeados a todos, fuimos poco los que nos escapamos”.
Recuerda que al menos más de cien elementos, entre migración, estatales y Guardia Nacional, encabezaron la ‘cacería’ que se da en motos, cuatrimotos y con perros. “Nos siguen a todos por donde sea, en el monte, se tiran por la cerca”. Migración nos grita “Parense hijos de la verga” para intimidarmos, sin importar que haya mujeres y niños”
Añade “para atrás (últimos vagones) si escuché disparos, disparan ellos para ponerlos miedosos, para que nos paremos”.
Pese a la mala experiencia, refiere que seguirá para adelante, con su madre, tiene once años que no la ve, la pobreza orilló a irse a su madre y ahora a él para ayudarlos.
Al despedirse ya fuera de la entrevista recuerda que escucha que por cada migrante detenido los agentes del INM reciben un pago extra.
EL CRUCERO DE TIERRA ALTA
Una carretera de terracería que comunica a la comunidad de Tierra Alta con la carretera Federal, un lugar entre parcelas, es testigo mudo de una persecución que a ratos recuerda al holocausto en la segunda Guerra Mundial, ahí migración escoltado por la Guardia Nacional y SEDENA espera pacientemente al tren, y comienza a perseguirlos.
En el lugar hay botellas de agua, ropa, tenis, todo lo poco que llevan con ellos termina tirado a cientos de kilómetros de su casa.
Los que logran apartarse del sitio, escapar, caminan entre las parcelas, se pierden entre árboles y llanos para, tal vez, en algunas horas regresar a su travesía a bordo del lomo de Fierro caliente de “La Bestia”.