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Duchas vaginales con vinagre o bicarbonato, ¿son seguras?

El Piñero

Muchas mujeres aseguran sentirse más frescas y limpias tras usar duchas vaginales pero, ¿qué efecto tienen realmente?

De acuerdo al Departamento de Salud en Estados Unidos, se estima que solo en ese país una de cada cuatro mujeres usan duchas vaginales con vinagre o bicarbonato para lavar su zona íntima, sin tomar en cuenta que es una práctica con más riesgos que beneficios.

Algunos productos nos han creado la idea de que existe la necesidad de lavar la vagina a profundidad, pero los ginecólogos señalan que sólo debe hacerse en determinadas situaciones.

Duchas vaginales

Según un artículo publicado en la BBC, una ducha vaginal es la práctica de lavar o irrigar el interior de la vagina con agua u otros líquidos.

Para hacerlo, algunas mujeres compran duchas vaginales con paquetes de lavado premezclados que a menudo están compuestos por agua con vinagre, bicarbonato de sodio o yodo, en algunos casos, hacen su propia mezcla en casa.

Las duchas vaginales suelen venderse en las farmacias como pequeños frascos con soluciones con una cánula perforada que se introduce en la vagina y al ejercer presión, libera la solución en la vagina.

Quienes utilizan estos métodos para lavar la vagina afirman que se sienten más frescas porque creen que eliminan los residuos de la menstruación, que evitan el mal olor y las infecciones vaginales después de las relaciones sexuales.

No obstante, los expertos tienen otra opinión.

Al respecto, la ginecóloga Sandra Ortega Wilkes, del Hospital Vithas Rey Don Jaime (Castellón), señala que no es recomendable el uso de duchas vaginales para la higiene íntima femenina diaria, porque la vagina se limpia por si sola.

Contrario a lo que se cree, la experta señala que realizarse una ducha vaginal no previene infecciones ni el embarazo después de las relaciones sexuales sin protección.

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Utilizarlas después de cada menstruación o de cada relación sexual, solo elimina la flora vaginal natural que es el conjunto de bacterias “buenas” que viven en nuestro cuerpo y ayudan a mantener un pH adecuado en la vagina, evitando así infecciones y sus consecuencias como mal olor vaginal y comezón.

“Al contrario de lo que piensan las mujeres que utilizan a diario duchas vaginales con intención de limpiar la vagina para eliminar el riesgo de infecciones, su uso aumenta el riesgo de padecerlas”, advierte la Dra. Ortega.

Efectos secundarios

El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) también recomienda a las mujeres evitar la práctica de las duchas vaginales debido a que estos lavados, desequilibran el balance de bacterias en la vagina y pueden alterar la acidez del tracto genital.

“Cuando tratas de limpiar tú misma la vagina utilizando una ducha, en realidad estás eliminando los microbios normales y sanos además de cambiar temporalmente el balance de pH (acidez natural) de la vagina”, señala por su parte la Dra. Elise Ross, obstetra y ginecóloga del Instituto de Salud de la Mujer de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos.

Además de aumentar el riesgo de infecciones vaginales, cuando usas las duchas vaginales durante una infección no diagnosticada, corres el riesgo de empeorarla y empujar las bacterias hacia el útero, las trompas de Falopio y los ovarios.

Como consecuencias, puedes sufrir una Enfermedad Pélvica Inflamatoria que es considerada un problema de salud grave en la mujer.

Aunado a ello, un estudio reciente realizado en la Universidad de Texas con 1.271 mujeres de entre 20 y 49 años analizó la relación entre la ducha vaginal y el riesgo de contraer el Virus del Papiloma Humano (VPH).

Los investigadores encontraron que la práctica de lavarse la vagina incrementa el riesgo de infección de varias cepas de VPH.

Las duchas vaginales incluyen más riesgos, ya que eliminan los llamados bacilos Döderlein, favoreciendo la inflamación y sequedad vaginal.

En el embarazo, las duchas vaginales con vinagre o bicarbonato pueden influir en un parto prematuro o embarazo ectópico.

¿Cuándo si usarlas?

De acuerdo a un artículo publicado en Infosalus, las duchas vaginales para lavar la vagina pueden ser útiles solo en algunos casos médicos, como el tratamiento de la vulvovaginitis o la cervicovaginitis. Las duchas que contienen ácido láctico pueden ayudar a restaurar las condiciones vaginales en esos casos.

También puede coadyuvar en procesos de reepitelización como láser o crioterapia o en caso previos a una intervención vaginal, como la conización cervical o los prolapsos por vía vaginal.

En caso de presentar mal olor vaginal, flujo abundante anormal, espeso, muy líquido o verdoso, acompañado de irritación, debes acudir de inmediato al ginecólogo y evitar el uso de productos para limpiar la vagina.

Con información de sumedico.lasillarota.com

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