- Irritada está la militancia
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- Uno
La democracia partidista en el partido Acción Nacional, PAN, se entiende de la siguiente manera:
El reparto de las candidaturas a las 212 presidencias municipales y unas 3,500 sindicaturas y regidurías quedó en manos de cuatro panistas, y un quinto a quienes apenas, apenitas le dieron una probadita.
A, Miguel Ángel Yunes Linares e hijos.
B, Enrique Cambranis, diputado federal y ex presidente del CDE.
C, Julen Rementería del Puerto, secretario de Infraestructura y Obra Pública, y quien ya se siente candidato a Senador de la república el año entrante.
D, Pepe Mancha, el presidente del CDE, a quien el secretario, un tal Carlos Valenzuela, le hace o quiere hacer sombra.
Y C, un cachito del pastel, para Joaquín Guzmán Avilés.
De acuerdo con Pitágoras, el 40% de las candidaturas… para el Yunes azul.
El 22 por ciento… para el tuxpeño Pepe Mancha, quien sólo tiene la gracia fortuita de ser presidente del CDE.
El 20 por ciento para el diputado federal, Enrique Cambranis.
El 15 por ciento para Julen Rementería.
Y el 5 por ciento para Joaquín “El chapito” Guzmán Avilés, secretario de Desarrollo Agropecuario en un Veracruz donde las remesas, con todo y Donald Trump, representan el sostén de la economía local.
El resto de dirigentes, y ni se diga, la militancia, quedó en el limbo, con todo y que a ellos se debe, entre otras cositas, el triunfo en las urnas de la Yunicidad.
Y más por lo siguiente:
El Yunes azul privilegió a priistas y ex priistas en las nominaciones, con el único objetivo de ganar las elecciones, por encima de las lealtades.
Víctor Serralde, el ex diputado federal que se miró candidato panista a gobernador, hermano mayor de Pepe Mancha a quien enriqueció con la construcción de los llamados “Pisos firmes”, ni baranda tocó.
Ni siquiera, vaya, que se soñaba candidato a presidente municipal
En el panismo de siempre, de toda la vida, hay desencanto.
Y aun cuando se dirá que en todos los procesos electorales partidistas del mundo siempre quedan resabios, heridas, inconformidades, caray, tanto predicaron la democracia en la Yunicidad que la arrinconaron por completo.
El góber azul ha dicho ene número de ocasiones que se amarró las manos para las candidaturas, pero, claro, nadie le cree.
El héroe de su infancia fue Pinocho.
Dos
En el reparto de los bienes hay cositas insólitas.
Por ejemplo, el priista David Velasco Chedraui, ex alcalde de Xalapa y ex diputado local, candidato del PRD, háganos favor, a la presidencia municipal por segunda ocasión.
En Pánuco, el priista Ricardo García Guzmán, ex alcalde, ex diputado local y ex Contralor en dos ocasiones, beneficiado por Javier Duarte, tenía amarrada la candidatura por el lado azul, pero un complot del altiplano lo descarriló.
En apariencia…
Y en apariencia, porque aun cuando fue “tumbado del caballo a mitad del río” y con el río huracanado, impuso a uno de los suyos, Fernando Molina Fernández, como el nominado.
El colmo: el perredista Freddy Ayala va de candidato de la alianza PAN y PRD por Sayula de Alemán, su pueblo.
Y el colmo, porque Freddy fue compañero de pensión estudiantil en la facultad de Leyes de la Universidad Veracruzana, cierto, de Rogelio Franco Castán, secretario General de Gobierno y tlatoani de lo que resta del sol amarrillo en Veracruz.
Pero también, “uña y carne” de Érick Lagos Hernández, y a quien en la Década Perdida, que iniciara en el Fidelato y terminara en el duartazgo, llamaban “jefe máximo” porque los maiceaba.
Incluso, y en aquel entonces, el cuerpo, el alma y las neuronas por el estado incróspito, Érick Lagos alardeaba de que a todos los tenía controlados con el billete fácil, además, claro, de que multiplicó su riqueza con cinco casitas en Isla, más dos gasolinas, más un par de ranchitos a nombre de su señor padre, Alejandro Lagos.
Más todavía: en el pasillo político se asegura que ahora cuando el góber azul tiene su Fiscalía de la venganza para encarcelar al mayor número de duartistas que pueda (sólo tiene dos tras las rejas, Flavino Ríos y Arturo Bermúdez), perdonó todo a Érick Lagos a través de su mensajero Franco Castán.
Y de ñapa, la candidatura para Freddy Ayala.
En contraparte, la militancia panista, llena de ira colectiva.
Tres
Muchas, demasiadas heridas ha dejado el puño azul del cuarteto en el poder partidista.
Una de ellas, la renuncia de varias figuras a partir de que, por ejemplo, el senador con licencia, Fernando Yunes Márquez, fue impuesto como candidato a la alcaldía jarocha, y Humberto Alonso Morelli para Boca del Río e Hipólito Deschamps en Medellín.
Y más, porque en la distribución de las candidaturas muchos alcaldes panistas en funciones, con un capital político fuera de serie, fueron excluidos.
Es el caso, por ejemplo, del general retirado, Homero Gamboa, tío de la diputada Marijose Gamboa, a quien le impusieron como candidato al síndico, un expriista, vía Tito Delfín, exalcalde de Tierra Blanca, ex subsecretario de la Secretaría de Salud, cooptado por el titular, “El chapito” Guzmán, y diputado en funciones, suplente que era de Polo Deschamps.
Nada fácil sería que dada su naturaleza rebelde y contestataria, parte del panismo terminara en el lado de MORENA, de Andrés Manuel López Obrador, cuando ha lanzado su democracia multipartidista, en que cualquier militante de otro partido puede ser nominado a un cargo de elección popular sin renunciar a su partido.
En todo caso, lo importante es el pragmatismo.
Y si en el PAN los trataron tan mal, ni modo de poner la mejilla izquierda y menos vivir de la esperanza que la esperanza, decía Albert Camus, es sinónimo de resignación. Y la resignación significa la muerte en vida, como un turulato, y lo peor, por inanición.