Redacción | Casandra Ramírez
La rica tradición de dulces mexicanos no solo nos deleita con sabores únicos, sino que también nos ofrece opciones menos dañinas para la salud. En un país donde la gastronomía es parte esencial de la cultura, encontrar alternativas que equilibren el sabor con beneficios nutricionales es fundamental.
Entre los dulces más destacados por su menor impacto en la salud están las alegrías, elaboradas con amaranto y endulzadas con miel o piloncillo. Este superalimento es rico en proteínas y fibra, convirtiendo a las alegrías en un dulce energético y nutritivo.
Otro ejemplo es la palanqueta de cacahuate, que, gracias a sus grasas saludables y antioxidantes, beneficia la salud cardiovascular. Por su parte, el camote en dulce ofrece un postre lleno de fibra y antioxidantes, con un bajo índice glucémico, lo que lo convierte en una opción apta para personas que buscan controlar su consumo de azúcar.
Para quienes buscan algo más tradicional, las frutas cristalizadas, como el higo o la calabaza, aportan vitaminas y fibra, aunque se deben consumir con moderación debido a su contenido de azúcar. Por último, el chocolate negro con alto contenido de cacao es una opción que combina placer y salud, al ser rico en antioxidantes y bajo en azúcares comparado con otras versiones más procesadas.
En resumen, disfrutar de la dulzura de México no tiene por qué ser perjudicial. Estos dulces tradicionales, consumidos con moderación, pueden ser una parte deliciosa y saludable de tu dieta.