Estoy seguro de que la buena música la vida alarga.
Jehudi Menuhin (1916-1999) Violinista y director de orquesta
Luis Fernando Paredes Porras/ Masca la Iguana
Tuxtepec.- Considero criminal el hacer cantar a niñas y niños de preescolar música de banda con temas de dolor y alcoholismo, deberían las autoridades cesar de sus funciones en la educación a quienes montan espectáculos tan denigrantes con el regetón y las canciones de banda.
“Maldita traición que me hace beber esta copia de odio de sangre y rencor no quiero beberla pero este dolor me obliga a tomarla…” se escucha que cantan en el video las niñas y niños de un preescolar.
Y es que con más de 189 millones de reproducciones en el canal del video oficia de la canción “Maldita Traición” nos da una probadita del tamaño de herida colectiva que supura ya desde el canto de niñas y niños programados para sentirse profundamente desdichados y autorizados para ser alcohólicos desde el preescolar.
No recuerdo el nombre de la maestra de canto de mi escuela primaria oficial Jesús González Ortega, sólo tengo imágenes de ella siendo una adulta mayor sentada al piano. Todos los grupos de cada grado éramos reunidos en el pasillo central de la escuela y cantábamos. Ahora comprendo más la belleza de esos momentos y su trascendencia.
Pero cantar tirando a lo denso también trasciende y no tarda mucho, como puede verse en el video que provoca esta reflexión, pues las ganas con que llora una niña por la traición descrita en la canción hace eco en su inconsciente con una premisa: la vida es una mierda. Sí, dirán algunos, igual que cuando la patita que va al mercado mientras en casa está un pato sinvergüenza y perezoso que es su esposo.
Las autoridades de los planteles preescolares del país que inciten a dejar una huella dolorosa provocada usando la música deberían recibir una severa sanción por el daño emocional sembrado en la infancia. Aunque esto sea posible con el permiso y goce de sus padres actores reales de las historias que ya practican sus vástagos. Sí, terrible y tristísima programación.
Ojalá y el nuevo gobierno federal prohíba el uso de regetón y canciones de banda en las escuelas por el bien de todos.
Dice la iguana que estoy exagerando, que lo que pasa es que no se me divertir, me aíslo, no he vivido, soy mustio, mentiroso y traicionero. La miro mascar y con su cola me extiende una cerveza diciéndome que pare de sufrir, que es peor vivir en su apestoso arroyo Moctezuma y me pregunta por el nombre de la cancioncita esa famosa. Le acepto la cerveza, porque algo de todo lo que me dijo es verdad.