De la Corresponsalía
Oaxaca.- El asesinato de la pequeña Ana Lizbeth Polina, une miles de voces para exigir castigo ejemplar a su asesino, quién sin remordimiento alguno la mató, según declaración de la Fiscalía de Nuevo León, por asfixia para luego dejar su cuerpo abandonado en un terreno baldío.
Fueron muchas veces que el padre de la menor Ana, con la voz a punto del llanto, declaró que solo quería tener nuevamente a su pequeña Ana en sus brazos y le bastaba más que un “Aquí está tu niña, me equivoqué” sin imaginar el dolor y la agonía de su hija pasaba por quizá varias horas.
Ana, de tan solo 8 años, fue encontrada envuelta en una cobija en un terreno baldío en la Colonia Vistas del Río del Municipio Juárez en Nuevo León, luego de ser agredida al interior de una vivienda localizada a poco más de 200 metros de donde fue raptada, ante un descuido de su madre que la pequeña aprovecho para ir por unas golosinas.
El calvario de la familia empezó ahí, se lanzó la alerta AMBER, se dieron declaraciones a medios, se buscaba de una manera desesperada AYUDA, JUSTICIA, SOLIDARIDAD, todo fue en vano.
Ya no pudo regresar a su casa, la familia quedó sumergida en la pena, la rabia, la impotencia, la tristeza; la inocencia y dulzura de su pequeña hija les fue arrebatada por un monstruo con piel de hombre.
Las redes sociales se han abarrotado de clamores de Justicia, de hartazgo hacia las leyes que no castigan a estas “bestias”, de impotencia al saberse cuidados por corporaciones tardías que no lograron detener, por incompetencia, la muerte de un ángel de tan solo 8 años.
El caso de Ana deja visto una sociedad carente, una sociedad que va en decadencia teniendo cada día más, a mounstros disfrazados de personas que rondan por allí acechando a niños, jóvenes, mujeres vulnerables para realizar con ellos actos abominables.
Hace énfasis también, en la irresponsabilidad de los padres (muchas veces jóvenes) que no ponen atención en lo que sus hijos hacen.
La niña Ana, hoy está en su cielo esperando justicia por su muerte, que su muerte no quede como una más, es una alerta para qué las autoridades castiguen con el mismo odio del mounstro la asesino y dejó su cuerpecito en un terreno baldío como si hubiera sido un animal.
Dios te tenga en su santa gloria princesa.
JUSTICIA PARA ANA