Luis Velázquez | Expediente 2021
25 de mayo de 2021
El gobernador obradorista tiene candidato a la rectoría de la Universidad Veracruzana, UV, y que nuevo será a partir del mes de septiembre. Se llama Darío Fabián Hernández González y se desempeña como director del Sistema Estatal de Planeación de la secretaría de Finanzas y Planeación.
En la UV tiene dieciséis años de antigüedad. Licenciado en Economía egresado de la UV. Maestría en Política Económica de Desarrollo Industrial. Maestría en Desarrollo Territorial y Urbano. Doctorado en Educación.
Así, con tanto peso académico, ascendió en la escala burocrática de la UV a investigador en Economía y Desarrollo.
En el año 2016 fue nombrado Director de Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales en la casa de estudios.
Y al mismo tiempo ha aprovechado el tiempo para manejarse en política.
¡Ah!, “estuche de monerías” también escribe libros, por lo general, en coautoría.
Entre otros, indicativos y significativos, México, el paso de la muerte. Migración, Miseria y Misericordia.
Otro más, Desigualdades Sociales y Desequilibrios Espaciales.
Bien pudo, claro, ser enviado a la dirección de Migrantes de la secretaría General de Gobierno al lado de Éric Cisneros Burgos, pero mejor soñó con acomodo en SEFIPLAN, entre otras cositas, para planear, ajá, la grandeza económica y financiera de un Veracruz pródigo en recursos naturales, habitado por 6 millones de los 8 millones en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Ahora acaricia el siguiente sueño en su vida académica como es la rectoría de la máxima casa de estudios.
Claro, la decisión superior está en los 9 notables integrantes de la Junta de Gobierno, pero, bueno, y toda vez que el gobierno del Estado mete dinero y mucho al presupuesto de la UV, entonces, quizá, el jefe del Poder Ejecutivo pueda meter mano.
Además, cabildear con los miembros de la Junta de Gobierno y con la rectora para quitar piedritas y piedrotas en el camino, pues la actual jefa máxima de la casa de estudios también tiene su corazoncito y en un principio se afirma que era una mujer y ahora que cambió a un hombre.
PESO POLÍTICO DEL GÓBER
El candidato del góber de la 4T a la rectoría tiene su mirada académica y social sobre la UV.
Entre otras, las siguientes:
Una. “Alertas financieras en el Servicio Salud, instalaciones, liquidez, compras, obra, etc.
Dos. Crisis financiera latente a inicios del año 2022.
Tres. Falta de cobertura. Deserción escolar. Baja inserción laboral. Impacto en la economía.
Cuatro. Desaseo de la gestión administrativa.
Cinco. Once universidades públicas en quiebra técnica.
Seis. Escaso incremento de la matrícula.
Siete. Inestabilidad laboral de los trabajadores universitarios.
Ocho. Afectación a económicas directas (500 mil habitantes) e indirectas (1.5 millones de habitantes) en Veracruz.
Nueve. Deficiente estrategia económica y financiera ante crisis (COVID-19, seguridad y medio ambiente)”.
A partir de ahí, entre otros rubros, sueña con engrandecer el destino de la UV en los próximos cuatro años, más allá del 2024, tiempo de elegir gobernador.
Ya se verá, entonces, si la fuerza política del góber alcanza para influir en las neuronas de los 9 miembros de la Junta de Gobierno, y de paso, imponerse a la rectora.
Y, claro, dejar atrás a los otros aspirantes y suspirantes, entre ellos, el doctor Jorge Manzo Denis, quien ha levantado la mano por segunda ocasión.
ÍNSULA DE PODER
La UV es una ínsula de poder y resulta lógico que cada gobernador en turno continúe soñando con su control.
Con Fidel Herrera Beltrán, por ejemplo, el Rector Raúl Arias Lovillo tuvo reñidas discusiones y siempre llegaron a un acuerdo.
Con Javier Duarte, las diferencias fueron sustanciales pues tenía furor por el control de la UV.
Tanto que cuando Arias Lovillo rindió el último informe de su rectoría, el evento se efectuó en la USBI de Xalapa y Duarte, a través del secretario General de Gobierno, Érick Lagos, envió a unos jóvenes enmascarados para tomar el local y frustrar la ceremonia.
Entonces, el doctor José Sarukhán, exrector de la UNAM y miembro de la Junta de Gobierno de la UV, vislumbró el regreso de “los porros” y vetaron a un candidato a la rectoría, ligado a Raúl Arias.
Miguel Ángel Yunes Linares convivió con la rectora Sara Ladrón, pero sin mayor trascendencia, y fue con el góber de López Obrador donde la UV logró objetivo superior sobre el pago millonario pendiente del SAT, Sistema de Administración Tributaria.
Ahora, digamos, ha llegado la hora de que el góber de la 4T cobre la fractura. Y, por eso mismo, ya lanzó a su candidato quien, todo indica, desde SEFIPLAN se promueve, cuando, caray, y en nombre de la purificación moral debiera solicitar un permiso para jugar limpio evitando el tráfico de influencias y el conflicto de intereses.
Pero, bueno, los políticos, anexos y conexos terminan haciendo… lo mismito que critican.