Redacción El Piñero
Oaxaca, México.- En las enmarañadas calles de la otrora serena Oaxaca, el caos se ha convertido en una constante a causa de los bloqueos, donde los maestros de la Sección 22 han alzado barricadas de inconformidad que han paralizado la cotidianidad de sus ciudadanos.
En este escenario de tensiones, los habitantes de la ciudad han tenido que cargar no solo con sus preocupaciones diarias, sino literalmente con sus familiares. Se han vuelto portadores de una carga doble: la de sus seres queridos y la del peso simbólico de una protesta que ronda las calles como un fantasma insaciable.
En medio de este tumulto, un video se ha mostrado como una pintura vívida de la realidad que se vive tras los bloqueos. En él, se visualiza a una abuela, un ícono de la sabiduría acumulada a lo largo de los años, siendo llevada en una silla improvisada por dos hombres. Su travesía a través del laberinto de barricadas no solo representa la cruda realidad de las dificultades impuestas por los bloqueos, sino que también encapsula la lucha generacional y la resistencia de los ciudadanos ante un escenario de caos.
Este pequeño fragmento visual ha provocado una marea de indignación, un eco tangible del malestar social. La carga física de la abuela sobre los hombros de los ciudadanos es, de alguna manera, una metáfora palpable de la carga emocional y las penurias que la población enfrenta en medio de esta lucha por la justicia y el cambio.
Así, las calles de Oaxaca, que una vez resonaron con el bullicio de la cotidianidad, ahora son testigos mudos de una coreografía caótica, un escenario que, para el gobernador Salomón Jara, no existe.