Luis Velázquez | Malecón del Paseo
EMBARCADERO: Roberto Blanco Moheno, 1920/2001, nació en Cosautlán de Carvajal, Veracruz, y fue reportero, cronista, historiador y novelista… En una de sus historias cuenta una de las grandes peleas en el río Papaloapan entre la población de Alvarado y Tlacotalpan… Entonces, el río Papaloapan era navegable… Y el comercio solía efectuarse por la vía fluvial, cada comerciante navegando de pueblo en pueblo ofreciendo productos… Pero también era, hacia los fines de semana, una vía turística donde las mujeres se ponían guapas, hermosas y bonitas, y los hombres, galanes, con sus mejores ropitas y a navegar sobre el Papaloapan, entonces considerado el segundo más caudaloso del país luego del río Grijalva…
ROMPEOLAS: En las fiestas religiosas de los pueblos ribereños, los sacerdotes organizaban travesías con sus santitos en una lancha y alrededor montón de lanchitas surcando… En Tlacotalpan, por ejemplo, paseaban a la virgencita de La Candelaria, y en Alvarado, hacia el año 1600, el santo patrono era San Cristóbal de Alvarado, así llamado por Pedro de Alvarado, el conquistador… Entonces, las fiestas en el río, donde, los habitantes de Tlacotalpan y Alvarado convivían en santa paz, llenos de fervor religioso y patrio…
ARRECIFES: Cada año eran las fiestas… Pero un año llegó con vientos huracanados en los corazones de los feligreses… Y navegando sobre el río, montón de lanchas de parte y parte, tragando alcohol algunos, hubo un ciudadano que levantara la voz para casar a la virgencita de La Candelaria con San Cristóbal… Y el relajo se armó… Unos a favor y otros en contra… Y el griterío de lancha a lancha cada quien defendiendo su postura… Los ánimos, tropicales todos, en el más alto decibel de la pasión desaforada y descarrilada…
ESCOLLERAS: Mentadas de madre al mejor estilo alvaradeño volando sobre el río ante la negativa de que San Cristóbal contrajera nupcias con Candelaria, la virgencita sagrada de Tlacotalpan… Y de pronto, las palabras se volvieron volcánicas, llenas de fuego y con fuego, y los moquetes… Unos a otros jalándose las lanchas para trepar en la lancha adversaria y enemiga y trenzarse a golpes… En la historia de Blanco Moheno, parece, aquella batalla campal terminó cuando tanto la Virgencita como San Cristóbal cayeron de sus lanchas y empezaron a hundirse dado el peso de cada uno…
PLAZOLETA: Los santitos fueron rescatados… Pero nunca hubo boda… Incluso, la fiestecita anual sobre el río Papaloapan quedó suspendida… Semanas y meses después eran pocos, excepcionales, quienes se atrevían a navegar por miedo y temor fundado a un desaguisado, un rencor, un odio, una venganza y que peores fueron las batallas en la guerra cristera en el centro de México en el siglo pasado…
PALMERAS: Ahora, el secretario General de Gobierno de la 4T, originario de Otatitlán, allí donde reina el Cristo Negro, él mismito de Esquipulas, Guatemala, ha tenido, digamos, genial ocurrencia para, quizá, quizá, quizá, remojar la brocha turística hacia la Cuenca del Papaloapan… Y ha lanzado la idea de un barco que navegue sobre el río Papaloapan al que han bautizado con el nombre de “El Cuenqueño”… Lo hace luego de la otra genial ocurrencia del góber de la 4T del Tren de Xalapa, a tono con el Tren Maya de Amlo… Se ignora si Erik Cisneros Burgos rescatará la tradición frustrada de Tlacotalpan y Alvarado de casar a la Virgen de la Candelaria con San Cristóbal, pero, bueno, de ser así, parecería una odisea temeraria… Claro, en nombre del poder, todo es posible…