- Que evangélicos presionaron
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: El viernes 22 fue ajetreado para Antonio Benítez Lucho. En unas diez horas vivió las cuatro estaciones del año. Incluso, una primavera ardiente, un invierno crudo. El día en tres capítulos. Primero lo destituyeron. Más tarde lo reinstalaron. Luego lo volvieron a tumbar como delegado federal del IMSS.
De poco sirvió que su amigo y compañero diputado federal, secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, hablara con el jefe máximo para dar marcha atrás.
Tampoco que José Antonio Meade interviniera.
Tampoco que Pepe Yunes Zorrilla cabildeara la marcha atrás.
En el otro lado, todo indica, la fuerza política de los evangélicos y un cabildero religioso pesaron mucho más.
En su destitución los astros fueron movidos en su contra.
Incluso, con el peor desaseo de la administración pública. Mejor dicho, de las elites políticas.
Simple y llanamente le avisaron con toda la descortesía del mundo sin reparar, por ejemplo, en el servicio civil de carrera.
Él, delegado federal que había sido. Él que, como diputado federal, defendió en la tribuna a Enrique Peña Nieto. Él que ha servido con eficacia al sistema.
PASAMANOS: Entonces, el daño moral y social y político causado, con rudeza innecesaria, el director general del IMSS reviró y le ofreció la delegación federal del IMSS en San Luis Potosí:
–Gracias, hermano, no ando buscando chamba.
–Pero, Toño, eres buen delegado.
–Ahórrate las palabras. Me has corrido como una chacha.
–Toño, no digas eso.
–Y ojalá tengan una transición tersa, porque todo indica que será una pesadilla.
–No seas así, Toño.
–Yo soy priista…
–Yo también soy priista, reviró el director.
Benítez Lucho, un político que ha caminado en la administración pública por más de cuarenta años, con una hoja limpia en el servicio, con una honestidad “a prueba de bomba”, se mantuvo firme.
–¿Cuándo entrego? preguntó.
–Hoy mismo.
–Caray se les olvidó el respeto a la dignidad humana. Así les irá.
CORREDORES: El viernes 22 estaba en una junta. Entonces, y desde altiplano, la directora de Vinculación del IMSS le habló por el celular.
–Me ordenan que entregues la delegación.
–¿Por qué? ¿Cuál es la razón?
–Es una orden.
–¿De quién la orden?
–Es una orden.
–¿Cuándo, a qué horas?
–Mañana.
–¿Mañana?
–Mañana.
Benítez Lucho habló por teléfono con Pepe Yunes. Y Pepe le pidió que aguantara. Que se movería. Que hablaría con quien fuera necesario.
Por lo pronto, terminada la junta, Benítez ordenó sacar sus tiliches de la oficina. Papeles, libretas, libros que lee, su tasa de café, su toalla, etcétera.
Y esperó.
Antes, en el año anterior, cuando el CEN del PRI nombró delegada a Lorena Martínez para la elección de presidentes municipales (y cuando el tricolor perdió 170 alcaldías), Lorena se alió con el delegado federal de la secretaría de Gobernación y acordaron su cese para imponer en su lugar a Felipe Amadeo Flores Espinoza, expriista y panista ahora, ex de todo, menos de gobernador.
Entonces, Benítez Lucho se movió. Pidió una explicación, una razón de peso, el incumplimiento de algún programa.
Y hubo marcha atrás.
Lo supo cuando Lorena Martínez le habló por teléfono y lo invitó a una fiestecita del cumpleaños de un priista.
Le dijo:
–Tiene usted buenos amigos. ¿Por qué no me había dicho?
–Usted decidió mi cese y yo me defendí. Yo creo en las instituciones.
RODAPIÉ: En la tarde/noche del viernes 22, Benítez Lucho recibió una llamada en su celular. “Te quedas” le dijeron.
Y siguió con su programa social en el IMSS.
El lunes 25 viajó a San Andrés Tuxtla para supervisar la construcción de unas oficinas. Estaba allá, feliz, en la antigua Suiza jarocha. Y que suena el teléfono:
–Estás despedido. Ni modo, marcha atrás.
–¿Por qué? ¿Qué hice? El sexenio está por terminar
–Es una negociación desde arriba.
–¿Qué es arriba?
–Arriba.
–¿Quién, quiénes arriba?
–Todo indica que los evangélicos de Jalisco están presionando.
..Yo soy católico.
–Te vas, delegado. Y si quieres San Luis, el director general ya te lo ofreció.
–Repito: no soy buscachambas. ¿Cuándo entrego?
–Mañana martes.
–¿Tanta prisa hay?
–Mañana martes.
BALAUSTRES: La guillotina federal ha estado canija en Veracruz.
La delegación de la secretaría de Gobernación, por ejemplo, ha sido la más escabrosa. Lleva, por lo pronto, cuatro titulares. Alberto Amador Leal, Alfonso Neri Ávila, Ángel Isaac Ochoa y Alejandro Montano Guzmán.
Gonzalo Morgado Huesca fue destituido del ISSSTE para imponer a Elizabeth Morales.
El ingeniero Marco Antonio Torres Hernández, delegado federal de la SAGARPA, fue removido para que el senador Héctor Yunes impusiera a su amigo, Octavio Legarreta Guerrero, quien luego fue relevado por Genaro Ruiz Arriaga.
Marcelo Montiel Montiel fue congelado, todo indica, por el gobernador Yunes, como delegado federal de la SCT, aun cuando y en contraparte, su ex amigo, Marcos Theurel Cotero llegó a la Administración Portuaria de Coatzacoalcos.
Por alguna razón superior varias delegaciones federales siguen acéfalas.