29 de junio de 2024.- Georgia Tann, una mujer que operó una red de adopción fraudulenta desde la década de 1920 hasta la de 1950, se ha convertido en una figura histórica infame por sus crímenes atroces. Su organización, el Tennessee Children’s Home Society, se dedicaba a robar bebés de familias empobrecidas para ofrecerlos en adopción a familias adineradas. A pesar de haber fallecido en 1950, el legado de Tann sigue resonando en la historia de los Estados Unidos.
Nacida en 1891 en Mississippi, Georgia Tann estudió derecho y pasó el examen de abogacía, aunque nunca ejerció la profesión. En lugar de ello, comenzó a trabajar en el ámbito de la asistencia social en 1916, un campo que le permitió establecer conexiones que más tarde usaría para llevar a cabo su esquema ilegal. Tann se unió al Mississippi Children’s Home Society, donde empezó a desarrollar su visión de que los niños de familias pobres debían ser reubicados en hogares más “dignos” y adinerados, basando su política en la idea errónea de que la riqueza garantizaba una crianza adecuada.
Su carrera criminal realmente despegó cuando se trasladó a Memphis, Tennessee, en 1924. Allí construyó una red de contactos formada por médicos, abogados y jueces que, consciente o inconscientemente, apoyaron sus prácticas corruptas. Este círculo cercano le permitió manipular los registros de adopción, ignorar las muertes de los bebés bajo su cuidado y mantener su red de adopción operativa a pesar de las crecientes preocupaciones públicas. La tasa de mortalidad infantil en el Tennessee Children’s Home Society alcanzó niveles alarmantes durante su gestión, con muertes atribuibles a negligencia y falta de atención médica adecuada.
En su búsqueda de beneficios, Tann no dudó en recurrir al secuestro de niños. Casos como el de Alma Sipple, cuyo hijo fue tomado bajo el pretexto de recibir atención médica, revelan la crueldad de sus métodos. Tann también atrajo a clientes prominentes, incluidos actores de Hollywood y políticos influyentes, quienes adoptaron a los bebés robados. La influencia de estos clientes ayudó a proteger a Tann y su red, incluso frente a intentos de reforma legislativa.
A pesar de las crecientes evidencias de abuso y negligencia, fue solo en la década de 1940 cuando el esquema de Tann comenzó a desmoronarse. Investigaciones y reportajes de la prensa revelaron irregularidades graves en el Tennessee Children’s Home Society. Sin embargo, el poder político de sus aliados y la corrupción generalizada ayudaron a retrasar el proceso judicial contra ella. Finalmente, en septiembre de 1950, Tann falleció de cáncer, justo cuando se estaban preparando cargos formales en su contra.
El caso de Georgia Tann dejó un legado complejo en el sistema de adopción estadounidense. Aunque su organización fue desmantelada y se logró una compensación económica, muchos de los niños robados nunca pudieron reunirse con sus familias biológicas. Los efectos de sus crímenes también condujeron a reformas en la legislación de adopciones, aunque muchas prácticas problemáticas persisten hasta hoy, como la práctica de ocultar la identidad de las madres biológicas.
En los últimos años, avances en pruebas de ADN han comenzado a desentrañar el oscuro legado de Tann. Figuras públicas como el luchador Ric Flair han revelado que fueron víctimas de su red de adopción. Este caso sigue siendo un recordatorio sombrío de cómo el poder y la corrupción pueden pervertir incluso las instituciones más bien intencionadas, y subraya la importancia de la vigilancia continua en los sistemas destinados a proteger a los más vulnerables.
El escándalo de Georgia Tann no solo expone una red de crimen y explotación, sino que también desafía a la sociedad a reflexionar sobre las prácticas de adopción y las políticas de bienestar infantil, muchas de las cuales aún llevan las huellas de sus siniestros métodos.