Luis Velázquez
10 de agosto de 2019
Solito, sin nadie como acelerador ni darle cuerda, el gobierno de Veracruz se está minando.
Los hechos, las razones, son, serían los siguientes, entre otros.
1) Los carteles y cartelitos, estableciendo la agenda pública cada día. Incluso, causando graves daños neurológicos al góber como por ejemplo cuando confundiera la realidad con su mundo irreal. “El índice de criminalidad, dijo, va a la baja. Estamos muy contentos”.
2) Un montón de alcaldes (del PRD, la Cuenca del Papaloapan y el sur, sierra de Soteapan) solicitando audiencia. Siempre, negada. Lo peor: cerrando las puertas del palacio. Portonazo en vez del diálogo.
3) La oposición sistemática de unos 8 diputados de MORENA a la política oficial. La última, con la renegociación de la deuda pública.
4) La economía, en recesión, desaceleración o caída estrepitosa, llámese como sea.
5) Las fracturas internas. El góber, afiebrado por su primero y único círculo del poder. Los tiradores de incienso para adueñarse de las neuronas, el corazón y el hígado del mandatario.
6) En la desesperación de ganarse el respeto ciudadano, lanzar como “El borras” la acusación de narcogobernadores a Miguel Ángel Yunes Linares, Javier Duarte y Fidel Herrera Beltrán. Los tres, por cierto, callados. Fidel, enfermo. Duarte, luego de su encendida campañita mediática para purificarse, el silencio. Yunes, el más callado. Se ignora si sea estrategia. En todo caso, “dejar hacer y dejar pasar” por tratarse, digamos, de acusaciones simplonas.
7) El góber, aislado. No entiende el mundo a su alrededor. La vida política lo rebasó. La creyó fácil. Su incapacidad e insensibilidad social.
8) La atrocidad con saña y barbarie. Feminicidios. Infanticidios. Asesinato de políticos, líderes sociales, activistas y miembros de la comunidad sexual. El primer reportero ejecutado de 7 balazos y tiro de gracia. Veracruz, primer lugar nacional en secuestros. A pesar de la Guardia Nacional. Los carteles, mostrando el puño y el músculo en cada nuevo amanecer.
FURIA SOCIAL IMPARABLE
9) La moral ciudadana apostando al último recurso de la desesperación social. El pitorreo. Y el pitorreo, centrado y concentrado en el góber. El jefe máximo. El gurú. El tlatoani. El chamán…, desdibujado. La última pifia, salir por la puerta trasera del palacio municipal de Orizaba para evitar a los taxistas denunciando secuestros. Pronto, tarde o temprano, la furia social se multiplicará. Avalancha descendiendo arrebatada en la ladera pública, imposible de frenar.
10) Un gobernador, sin liderazgo social. Nunca lo ha tenido. Jamás lo pudo levantar. Sin AMLO en la boleta electoral habría perdido la elección en las urnas. Da pena de la pena ajena.
11) Evidenciado, sin el respeto ciudadano, sin la confianza de la población, nadie protege a Veracruz. Ni siquiera, el Ser Superior, para, digamos, frenar el tsunami de violencia. La población, en los peores tiempos de su historia.
12) Cada vez, el rumor tóxico de un gobierno frágil, desdibujado, se multiplica. El imperio y el emporio oficial, destrozado por dentro. Y por fuera. Ni para dónde jalar.
13) Una tras otra, decisiones erráticas. Catastróficas. Igual como sucediera con el imperio ruso de los Romanov cuando cayera el último zar, Nicolás Segundo y Alejandra, la caída en Veracruz pudiera ser insoslayable. Nicolás II abdicó y su hermano Miguel solo fue emperador por un día. La sublevación social y política fue terrible.
14) La inseguridad y la impunidad, por ejemplo, hermanitas gemelas del presente y el futuro sórdido y siniestro. Javier Duarte perdió la elección de gobernador en el año 2016 por la incertidumbre y la zozobra. Miguel Ángel Yunes Linares perdió la silla imperial y faraónica para su hijo, el primogénito, por la inseguridad. El destino, la profecía, el karma, la mala vibra, bien alcanzaría al gobierno de MORENA en la elección del año 2021 con los presidentes municipales y diputados locales y federales.
POR AMLO DA LA VIDA MISMA
15) Una cosita es ganar en las urnas la gubernatura. Otra, mil años luz de distancia, mantener el liderazgo social. Ganarse el respeto de la gente con hechos y resultados. El barco sexenal de MORENA, haciendo agua. Los vientos huracanados, en contra. El poder político, amenazado.
16) Demasiados presiones sicológicas hacen perder la realidad real. Lo más grave: perder la confianza social. Lo único importante es conservar la confianza del presidente de la república, el dios terrenal eligiéndolo su candidato a gobernador en dos ocasiones.
17) El gabinete legal y ampliado, tratando de salvar el pellejo. Nadie conoce los resultados sociales de cada uno. 8 meses en el anonimato. Se ignora si se trata de la estrategia del bajo perfil. Acaso, el egotismo del jefe máximo reproduciendo la alegoría de Blanca Nieves y los siete enanos, donde solo ella figura. Hay excepciones, por ejemplo, el secretario General de Gobierno, solo conocido por su discurso de peleador callejero. Sobre todo, contra el Fiscal. El titular de la SEV, por sus denuncias pirotécnicas. El titular de la SS, por su foto de “El besucón”. La Contralora, por su defensa apasionada, sin sentido, irracional, del nepotismo. La secretaria de Trabajo y Previsión Social, por la lumbrera jurídica de su hijita, jefa del departamento de Amparos, ajá, y claro, por vengarse del cacique de Chicontepec, Manuel Francisco Martínez Martínez, a quien encarceló un ratito en el penal de Pacho Viejo. Un gabinete, decepcionante, incapaz de blindar al jefe máximo.
18) El desencanto. Nada más indicativo como los desayunos amicales y las tardes pasteleras, cuando las amigas se pitorrean del gobernador. Y pensar la pesadilla de un sexenio por delante, con 8 meses transcurridos en el rincón más horripilante del infierno social, económico, educativo, de salud y de inseguridad e impunidad. Pronto, llegó la decepción. Y si lo dudan, mucho bien les haría platicar con la gente común y sencilla para conocer la realidad avasallante.