Escenarios
Luis Velázquez
10 de agosto de 2018
UNO. La sombra de los negocios
Igual que AMLO, el virtual presidente de la república, el góber electo de Veracruz ha anunciado una vez más el recorte de los salarios de los funcionarios del gabinete legal y ampliado, empezando por él mismo.
Secretarios, subsecretarios y directores percibirán el treinta por ciento menos que los actuales.
A la fecha, por ejemplo, el gobernador gana, en nómina, 74 mil 938 pesos. Un secretario, 60 mil 540. Un director de área, 40 mil 476. Un jefe de departamento, 27 mil 325. Un jefe de oficina, hasta 19 mil 813.
Todos ellos, de entrada, verán achicados sus ingresos mensuales en el sexenio que iniciará el primero de diciembre.
Pero después de Javier Duarte y parte de su secretariado, incluso comprobado con Karime Macías (“Merezco abundancia, merezco abundancia”), el sueldo de un funcionario público vale por completo y hablar de la reducción salarial se trata de un populismo demagógico ramplón y barato.
Por ejemplo, las cuatrocientas empresas (400) que Duarte formó en el transcurso del sexenio para desviar recursos públicos.
Por ejemplo, el insólito desvío de recursos públicos y federales que desde el primer trimestre del año 2014 la Auditoría Superior de la Federación documentó y hasta interpuso denuncia penal en la PGR, y nunca el Peñismo procedió.
Por ejemplo, la compra de mansiones en Texas y en Veracruz y en el Estado de México y en la Ciudad de México, como si se hubieran sacado la Lotería o el Melate.
Por ejemplo, la compra de la lanchita italiana de 9 millones de pesos para que Duarte paseara en el Golfo de México y en el río Papaloapan.
Y la compra de los dos caballos de carrera para Karime y la adquisición de los seis perros finos y de clase de Duarte como sus mascotas.
Podrán AMLO y Cuitláhuac reducir el salario a los secretarios, subsecretarios, directores y jefes, pero a la sombra del poder los negocios son inverosímiles.
DOS. El botín sexenal
Bastaría referir una sola circunstancia:
El secretario de Seguridad Pública, SSP, maneja las corporaciones policiacas y que como en el sexenio anterior, los jefes y los policías terminaron de aliados de los carteles para cometer atropellos y vejaciones a la dignidad humana y para el dinero fácil.
Además, el titular de la SSP maneja los veinte penales de norte a sur y de este a oeste y en donde está claro que hay un cogobierno y en donde y por lo general los malandros son los jefes máximos.
Además, el titular de la SSP controla todas y cada una de las delegaciones de Tránsito, con la fama pública conocida por todos de los agentes.
Así, el manejo de las policías, los penales y los agentes constituyen, de entrada, un botín invaluable, fuera de control, que nunca, jamás, rinde cuentas al Congreso ni el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, fiscaliza ni da seguimiento.
Tal cual, valdrá siempre un cero a la izquierda que el salario del secretario de Seguridad Pública, anexos y conexos sea reducido, incluso, al 50 por ciento.
Los negocios están en otro lado.
Y lo más indicativo, actúan con toda la impunidad del mundo, como durante 6 años fuera el caso de Arturo Bermúdez Zurita en el duartazgo, famoso en el carril político, social y mediático por los ranchos que compró, los zoológicos que tenía, su holding hotelero y las mansiones compradas en Texas, una de ellas, hasta con una iglesia.
Si el relato bíblico de Santiago proclama que los seres humanos han de amarrarse la lengua para evitar conflictos, y si “El bronco”, fallido candidato presidencial apostó a cortar las manos a los políticos pillos y ladrones, la reducción salarial a los políticos constituye una vacilada.
TRES. Que la llave será cerrada
El góber electo, igual que AMLO, también dice que suprimirán las compensaciones millonarias a los secretarios, subsecretarios y directores.
Además de que la austeridad será total, absoluta y pareja, pues nada de escoltas ni de camionetas blindadas para los jefes y las familias.
Y nada de viáticos para comelitonas con alcohol, tipo, digamos, el coordinador de la bancada panista en la LXIV Legislatura, Sergio Hernández Hernández, denunciado por la diputada Cinthya Lobato Calderón de que suele desviar (o solía) el erario en borracheras, mujeres y orgías, dándose vida principesca con los suyos, aun cuando nunca interpuso la denuncia penal en la Fiscalía.
La llave, entonces, será cerrada en todos los órdenes en el próximo sexenio estatal, incluyendo una vigilancia feroz y atroz en los diezmos y dobles diezmos y en los moches para conseguir obra pública y en las licitaciones, donde tantos y tantos negocios suelen hacerse, a tal grado que los ingenieros, arquitectos y constructores están conscientes y seguros de que solo “con dinerito baila el perro”.
Y, no obstante, Javier Duarte tuvo la inteligencia, el talento, la habilidad y la capacidad zorruna para armar desde el primer mes de su gobierno las empresas fantasmas que tanto lo enriquecieron de acuerdo con las denuncias penales que enfrenta, más de 84 pruebas, por ejemplo, interpuestas por la Procuraduría General de la República, PGR, en su contra.
CUATRO. Políticos zorros en los trastupijes
Nada ha lastimado y agraviado tanto a la población (6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre) como la corrupción política.
Pero también, los salarios millonarios y las compensaciones y los viáticos y las prebendas y las canonjías de los políticos encumbrados.
Y de ñapa, los altos privilegios a las barbies en turno.
Y por añadidura, la impunidad total y absoluta.
Vale, entonces, lanzar tantas cacayacas anunciando la reducción de sueldos. Los negocios florecen en otros lados y por otros caminos.