Redacción | El Piñero
El “Big One” se refiere a un terremoto de gran magnitud que podría ocurrir en la falla de San Andrés, una de las más activas y peligrosas del mundo, ubicada en California, EE. UU. Este fenómeno podría alcanzar magnitudes de entre 7.8 y 8 en la escala de Richter, causando devastadores daños en ciudades densamente pobladas como Los Ángeles y San Francisco.
Según la sismóloga Lucy Jones, un evento de este tipo no solo implicaría una magnitud significativa, sino también un alto nivel de destrucción. Se estima que un sismo en la sección sur de la falla podría resultar en aproximadamente 2,000 muertes, más de 50,000 heridos y daños materiales superiores a los 200,000 millones de dólares.
Los científicos han identificado “brechas sísmicas” en la falla, segmentos que no han experimentado grandes terremotos durante largos periodos. Un estudio reciente sugiere que hay un 72% de probabilidad de que se produzca un temblor superior a 6.7 grados en la región de la Bahía de San Francisco antes de 2043, lo que subraya la inevitabilidad de un gran sismo.
Aunque el “Big One” impactaría principalmente a Estados Unidos, su efecto podría sentirse en México, especialmente en estados cercanos a la frontera, donde se podrían experimentar réplicas y temblores, además de un posible incremento en la actividad sísmica.
Los geólogos coinciden: no se trata de si ocurrirá un gran terremoto, sino de cuándo sucederá. Las autoridades y la población deben estar preparadas para mitigar los efectos de este inminente desastre natural.