Luis Velázquez/ Escenarios
Veracruz.- UNO. El jefe camaleónico
La biografía política de Gonzalo Guízar Vallares es inverosímil. Incluso, desconcertante. Y desconcierta… por tanto cambio ideológico. Bandazos años luz de distancia. Del PRI al PAN y al PES, el partido de la religión católica, y ahora, ex dirigente del PES en Veracruz, examigo del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, mudado en su propia bancada en la LXV Legislatura con una leyenda pintoresca. En tanto el sello de MORENA es “Juntos Haremos Historia”, el suyo es “Del lado correcto de la historia”.
¡Pobres, entonces, de los historiadores que pelean cada uno su versión!
Gonzalo Guízar haciendo, pues, historia.
Originario de Coatzacoalcos, entre cuatro hermanos destacó su inteligencia y buen discurso priista ganado en el pueblo.
Contador público egresado de la Universidad Veracruzana, en la lid pública le mataron a un hermano, líder, al parecer, de los taxistas del sur de Veracruz, y aun cuando en un principio levantó la mano exigiendo justicia y más justicia, luego, de pronto, en el camino, olvidó el crimen.
En el año 2003, Miguel Alemán Velasco gobernador, funcionario en la secretaría de Finanzas y Planeación, compitió por la candidatura a diputado federal por el lado, claro, del PRI.
Fue candidato y ganó en las urnas.
Todavía estaba lejos el auge de la izquierda en la tierra donde el cacique máximo fue Carlos Brito Gómez, mil años de vida priista a quien le ha tocado el PRI avasallante y arrasante y el PRI en la decadencia.
Entonces, algún demonio se le atravesó que con todo y ganar la elección tuvo dificultades para obtener la constancia de mayoría que lo acreditaba como virtual diputado federal.
No tenía, o había extraviado, el caso es que un siniestro sucedió con su credencial de elector y que era requisito indispensable para su toma de protesta.
En el pasillo tricolor se afirmaba que su credencial de elector era de Xalapa, donde vivía, y que la había extraviado a propósito para evitar una impugnación.
Entonces, el jefe del Departamento Jurídico del PRI, Miguel Ángel Yunes Linares, lo ayudó en el Tribunal Federal Electoral.
Así Gonzalo Guízar dejó de tronarse los dedos y comerse las uñas y asumió su cargo en la LXV Legislatura del Congreso de la Unión por el distrito de Coatzacoalcos.
DOS. Encuentros y desencuentros
En aquel entonces, Guízar Valladares se desvivía en elogios y agradecimientos a Yunes Linares.
Quedó sellada una relación política y amical y que más adelante, cuando los dos ya estaban fuera del PRI, se manifestó a plenitud.
Fue cuando Miguel Alemán Velasco lanzó a once precandidatos a la gubernatura y hacia el final de la contienda interna, Fidel Herrera Beltrán se quedó con la nominación.
Y Guízar estuvo con Yunes Linares.
Fue aquel tiempo cuando Gerardo Buganza Salmerón acusó al “Tío Fide” de drogadicto y Fidel, con la elegancia y finura que lo ha caracterizado, le contestó diciendo que pusieras sus manitas y le ahí le pondría la muestra de orina para el antidoping solicitado.
Buganza no sólo le puso las manos para recibir la orina, sino además, los beneficios del gobierno que enfrentó como abanderado del PAN, tanto, que Buganza garantizó que él solito haría triunfar en las urnas a Javier Duarte como candidato a gobernador ante Yunes Linares que lo era en el lado del PAN, y en donde Guízar, oh desconcierto, traicionó a Yunes Linares y se entregó a Fidel Herrera y Duarte.
Años después, quiso la candidatura a la presidencia municipal de Coatzacoalcos, pero Fidel Herrera lo convenció de que le tocaba a Marcelo Montiel Montiel.
Entonces, fue premiado con la diputación local y con la presidencia de la Comisión de Vigilancia y Cuenta Pública del Congreso local.
Al término de su periodo legislativo, sintió que debía cobrar el compromiso de Fidel Herrera y de nuevo le pide que espere, porque le tocaba a Marcos Theurel Cotero, entonces, amigo de Marcelo Montiel, y quien había sido su director de Obra Pública.
Irritado, molesto, desertó del PRI y se volvió candidato del PAN a la alcaldía.
Y no obstante la traición que le había asestado, Yunes Linares, candidato a la gubernatura, lo ungió como candidato a la presidencia municipal.
Perdió Guízar.
Y con todo y su militancia en el PAN, empezó a coqueterar con el Partido Encuentro Social, y se vuelve dirigente estatal, y logra la diputación federal pluri y vuelve a coincidir con Yunes Linares en el Congreso de la Unión.
En el Congreso, los dos se acercaron de nuevo.
Según versiones, alguna vez desayunaron en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y volvieron a ser amigos en la bonanza.
Nuevos proyectos, los dos enfrentados con el priismo de Veracruz.
TRES. “Del lado correcto de la historia”, ajá
Yunes Linares entró en su segundo intento, ahora por la mini gubernatura de dos años,
Guízar en el PES, aplaude a Andrés Manuel López Obrador cada vez que anda de gira en Veracruz y ataca a Yunes Linares, quien en repetidas ocasiones lo había apoyado.
AMLO gana en las urnas la presidencia de la república con treinta millones de votos.
Cuitláhuac García Jiménez, el candidato de MORENA y AMLO, gana la gubernatura con un millón 665 mil 824.
Miguel Ángel Yunes Márquez obtiene un millón 452 mil 574 votos.
Y trepado en las valencianas de AMLO, una vez más la suerte favorece a Gonzalo Guízar y se convierte en diputado local para encumbrarse en la LXV Legislatura.
Y en la primera semana del nuevo Congreso jarocho, Gonzalo Guízar Valladares, ex priista, ex panista, ex pesista, decide formar su propia bancada, pitorreándose de la leyenda de AMLO de “Juntos Haremos Historia”, y adoptando la leyenda de “Del lado correcto de la historia”.
A su lado, en la nueva bancada, el diputado del PES, Rubén Ríos Rivera, y del PT, el mariachi Érick Iván Aguilar López, y la perredista pluri, Florencia Martínez Rivera, a quien pronto el PRD expulsará de sus filas.
Con esa vocación camaleónica de brincar de un partido a otro, ni modo que Guízar esté movido por su obsesiva obsesión de enaltecer la calidad de vida de los 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz declarados por el INEGI y el CONEVAL en la miseria, la pobreza y la jodidez.
He ahí la dimensión moral y ética de uno de los cincuenta diputados locales miembros de la LXV Legislatura.
Antes de que “por el bien de todos primero los pobres”, primero él, luego él y al último él.
Y más porque él mismo se declaró el coordinador de la bancada.
Y todo coordinador de la banca suele irse “cabezón” con el dinero público.
Además, de los negocios lícitos e ilícitos que pueda cuajar con el gobierno del estado, empezando por lo más común, una compañía constructora que licite y gane concursos de obra pública fast track, por dedazo.