Luis Velázquez Barandal
07 de junio de 2019
ESCALERAS: Veracruz está, parece estar, en manos de la súper banda de “Los ángeles (o los diablos) de la muerte”. Quizá, una banda de extraterrestres. De pronto, zas, uno o varios sicarios llegan a un lugar, disparan a rajatabla sobre unas personas, las matan, huyen en las motocicletas o automóviles, desaparecen, y nunca, jamás, vuelve a saberse de ellos.
Y lo peor en la tierra pródiga de la inseguridad y la impunidad. Un crimen hace olvidar el anterior y el anterior y el anterior y la cadena del Estado Delincuencial se multiplica, vertiginosa, fuera de control.
PASAMANOS: Fue el caso, por ejemplo, del penúltimo feminicidio, 106 que van.
Era el sábado primero de julio. En Coatzacoalcos. En la colonia Santa Rosa. En la avenida Abraham Zabludovsky.
El cadáver de una mujer tirado. Puñaladas en el pecho. Huellas de tortura. Evidencias de un probable ultraje sexual. Rastro de arma blanca.
Nadie sabe si la mujer fue asesinada en el lugar de los hechos. O tirado sobre la avenida a deshoras de la noche. Allí amaneció.
CORREDORES: Un asesinato más de una mujer. Y mientras los teóricos deciden si se trató de un feminicidio según la regla jurídica, una mujer más se añade en la lista de la barbarie y la saña.
A: la posible violación.
B: el crimen.
C: la tortura.
D: el cadáver abandonado en la avenida.
Es Veracruz hoy.
Si con Javier Duarte la desaparición forzada alcanzó el capítulo más elevado de la sordidez, y con Miguel Ángel Yunes Linares los asesinados, ahora en la era Cuitláhuac, los feminicidios, los infanticidios y los secuestros forman parte, un semestre después, de su legado histórico.
Así gobierna MORENA. Pero tengamos fe y esperanza. Pronto, dice AMLO, los 8 millones de habitantes de Veracruz seremos felices.
BALCONES: Y seremos felices, primero, porque la miseria y la pobreza pronto, pronto, pronto, será un recuerdo dramático pues todos tendremos trabajos dignos, mejor pagados y con las prestaciones económicas, sociales y médicas establecidas en la ley.
Segundo, porque aun cuando la Guardia Nacional se tarde un poquito, pronto Veracruz será pacificado.
Y tercero, porque en dos años la migración de Veracruz a Estados Unidos (calculan un millón de paisanos sin papeles en la nación de Donald Trump) regresarán a la tierra jarocha para entrar en el reino de los cielos, el paraíso terrenal, con trabajos dignos.
Después de Dios, AMLO, como dijera Solalinde.
PASILLOS: Mientras, ni hablar, la resignación social.
La guerra de Independencia, por ejemplo, dejó 600 mil muertos. Y la Revolución, un millón.
Y muchos años después, el virreinato español terminó y cayó Porfirio Díaz.
Y los mexicanos de entonces, “ni modo, la violencia es inevitable” decía Agustín Acosta Lagunes, dieron su vida por un país libre.
Ahora, los males de la caja de Pandora han regresado como parte del ciclo histórico, un país en perpetua evolución y revolución, y, cierto, hay mujeres asesinados y niños asesinados y ancianos asesinados, pero todos ellos serán declarados héroes de la patria nueva.
VENTANAS: Hay en Veracruz dos Alertas de Género que sirven, como dicen en el rancho, “para una y dos con sal”.
Algunas ONG por ahí desean una tercera Alerta de Género, aun cuando mucho se duda de su efectividad.
Las mujeres siguen asesinadas de norte a sur y de este a oeste, además, claro, de las mujeres secuestradas, casi casi llegando a 180 el número de plagiados.
Pero, bueno, la “4T” como llaman de cariño a la Cuarta Transformación, bien vale un sacrificio.
PUERTAS: El primer semestre de Cuitláhuac ha sido un largo y kilométrico viaje por el terror y el horror, como si fuera el paso inacabable por un túnel lleno de fantasmas en una pesadilla nocturna.
Y más, mucho más para las mujeres.
Caray, si como en el caso de la mujer tirada en la avenida Abraham Zabludovsky de Coatzacoalcos la levantaron y la ultrajaron, ninguna necesidad de matarla. Y matarla con huellas manifiestas de tortura. Rudeza innecesaria. La peor dimensión humana de los hombres.
CERRADURAS: Y es que los malandros y delincuentes comunes saben que luego de sus fechorías nada pasa.
Están conscientes de la errática política de seguridad pública y de procuración de justicia.
Y como nadie es detenido, así traigan a la Guardia Nacional, entonces, por añadidura, “se crecen al castigo”.
Y el desenlace es uno solo. Veracruz, convertido en un infierno.
Mientras, vaya espectáculo circense que llega al ridículo y el desencanto, el gobernador y el fiscal en un mítico pleito verdulero cuyo único objetivo es adueñarse de una parcela más del poder.
Y más, en el reino de Cuitlalandia donde el nepotismo, el cuatismo y el amiguismo han desmoronado todas las ideologías de izquierda.
A su llegada al palacio ruso, la primera acción de José Stalin fue destruir la memoria de Lenin y Trotsky, a quien además, persiguiera hasta en México donde su pistolero estrella, Ramón Mercader, lo asesinara.
PATIO: Un semestre después, por todos lados predomina el desencanto social en el primer gobierno de izquierda, con MORENA, en el palacio de Xalapa… por más y más que los chairos del gabinete legal gritoneen que “es un honor/estar con Obrador”.
Solo ellos se la creen. En la calle, en los pueblos, en las carreteras, en los ríos, lagunas y arroyos, en los cañaverales, late el rastro de la decepción social.
Los zapatos de gobernador le quedaron demasiado grandes a Cuitláhuac como si fueran los zapatos de un payasito en el circo pueblerino con leones viejos y apestosos que apenas se mantienen de pie, la mirada sin brillo.