CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La ruta internacional que utilizó el empresario brasileño Marcelo Odebrecht para enviar dinero a por lo menos 19 países tuvo a México como una de sus plataformas.
De acuerdo con un informe de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que encabeza Santiago Nieto, el seguimiento de la pista del dinero no sólo indica que Emilio Lozoya Austin presuntamente recibió sobornos; también permitió detectar el entramado financiero en el cual, además de los 19 países, participaron empresas fantasma, de fachada y algunas ubicadas en paraísos fiscales
El mapeo contiene números de cuenta, bancos y los nombres de algunas de las compañías que Odebrecht creó y usó para el pago de sobornos en otros países (Proceso 2237).
Gracias a esos elementos, la UIF pudo reconstruir los millonarios movimientos financieros para documentar sus denuncias ante la Fiscalía General de la República. Hasta ahora la dependencia ha recibido dos; aún falta la elaboración de una de las carpetas de investigación.
Los probables delitos son por corrupción, enriquecimiento ilícito y/o defraudación fiscal; en el caso de Lozoya es por enriquecimiento ilícito.
Del acucioso análisis de la UIF a los movimientos financieros realizados por Braskem y Etileno XXI –empresas del conglomerado brasileño– hacia 19 países se podría configurar el delito de defraudación fiscal.
(Fragmento del reportaje especial publicado en Proceso 2239, ya en circulación)