La obesidad es una enfermedad crónica que se considera la epidemia del siglo XXI
La obesidad es una enfermedad crónica que se considera la epidemia del siglo XXI y la urgencia por combatirla toma día a día un lugar primordial en la salud pública, ya que se asocia a múltiples complicaciones de salud como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión arterial y cáncer, entre otras.
El crecimiento del sobrepeso y la obesidad se presentan con cifras cada vez más alarmantes. Es una situación que alcanza de igual manera a todos los países del mundo, y que tiene que ver con los hábitos de vida de estos tiempos, en una sociedad híper globalizada. Según las últimas cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.900 millones de adultos tienen sobrepeso, y más de 650 millones son obesos. El incremento parece no detenerse, dejando graves secuelas en la salud de las personas.
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Las causas de la obesidad o el sobrepeso son múltiples pero las dos principales son: la ingesta de alimentos de alto contenido calórico en porciones muy grandes y las enormes barreras para la actividad física. Es por ello que es imprescindible hacer cambios en el estilo de vida; mejorar el patrón alimentario sin prohibiciones que puedan disparar un descontrol y adoptar simultáneamente actividad física habitual con pequeñas modificaciones en la vida cotidiana.
Pero no es tan simple revertir el panorama. Según un estudio publicado en la revista académica The BMJ, la obesidad estable en la edad adulta, el aumento de peso desde la edad adulta joven a media y la pérdida de peso desde la edad adulta media a tardía se asociaron con un mayor riesgo de mortalidad.
Los hallazgos implican que mantener el peso normal en la edad adulta, especialmente para prevenir el aumento en la edad adulta temprana es importante para evitar muertes prematuras en la edad adulta.
En este contexto, la investigación que se llevo a cabo en Estados Unidos analizó el estilo de vida de las personas y buscó la asociación entre los cambios de peso en la edad adulta y la mortalidad. En total participaron 36051 personas de 40 años en adelante.
El estudio encontró que las personas que permanecieron obesas -según lo medido por el índice de masa corporal- durante su vida adulta tenían el mayor riesgo de muerte prematura. Además, el aumento de peso desde mediados de los 20 hasta la mediana edad también se asoció con un mayor riesgo de mortalidad en comparación con las personas que mantuvieron su peso normal durante toda su vida. Sin embargo, la pérdida de peso en la mediana y mayor edad estuvo significativamente relacionada con un mayor riesgo de mortalidad.
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A pesar de los resultados, los propios investigadores expusieron las limitaciones de esta investigación. “Nuestro estudio proporciona evidencia de que mantener un peso normal en la edad adulta, especialmente para prevenir el aumento de peso en la edad adulta temprana, es importante para prevenir muertes prematuras en la edad adulta. Todavía se necesitan más estudios con múltiples medidas repetidas para comprender mejor el patrón de cambio de peso a lo largo de los períodos de vida y su impacto en la salud. Además, el ciclismo con pesas y las razones subyacentes para el cambio de peso también son factores importantes que se explorarán en futuras investigaciones”, dicta un comunicado de An Pan, el investigador a cargo del estudio.
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“Nuestra conclusión es que es mejor prevenir el aumento de peso a edades más tempranas para reducir el riesgo de muerte prematura más adelante en la vida”, concluyó el investigador principal An Pan.
Para determinar si una persona tiene o no sobrepeso se utiliza el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso en Kg por el cuadrado de la altura en metros (IMC= peso (Kg)/altura (m²). Si este índice es igual o mayor de 30, se considera que presenta obesidad.
Con información de Infobae