➡️ Por años fue bodega. Por años fue olvido. Y hoy, es polémica.
Por: Eugenio GONZÁLEZ | El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.– El mural que yacía en los bajos del Palacio Municipal no fue arrancado de la memoria colectiva de un solo golpe: fue lentamente cubierto por el polvo, por la humedad, por la indiferencia. Y también por cajas, escobas y tiliches de oficina. Sí, fue mural, pero también fue bodega, muro utilitario, telón invisible que nadie miraba… hasta que lo taparon por completo. Entonces ardieron las redes.
Una ola de críticas sacudió el espacio virtual lomabonitense. Voces ofendidas, manos indignadas, usuarios que con un clic reclamaron la pérdida de un “patrimonio histórico”. Pero la historia –esa historia que tanto defienden– tiene sus bemoles: porque antes del grito, hubo silencio. Silencio cuando el mural estaba sepultado bajo el abandono. Silencio cuando se pudría en su sitio, ignorado por el paso del tiempo y de las administraciones.
La actual gestión municipal no lo cubrió de olvido, sino de pared nueva. Según el argumento oficial, el mural —que databa de 1982 y sólo fue restaurado una vez, en 2018— se encontraba en estado terminal: humedad, desgaste, descuido. No había manera de salvarlo, dijeron. Era irrecuperable. Así que se optó por rehabilitar el espacio, taparlo, darle otro uso. ¿Fue decisión estética? ¿Pragmática? ¿Iconoclasta? Depende del ángulo desde donde se mire.
Hoy, el mural ausente se convierte en símbolo, en bandera, en motivo de lamento colectivo. Pero durante las décadas en que se fue borrando poco a poco, nadie lo defendió. Nadie alzó la voz cuando su belleza quedó atrapada entre trapeadores y cajas de archivo muerto.
Y es que a veces, lo que más duele no es la pérdida… sino el espejo que nos muestra que nunca lo valoramos mientras estuvo ahí.