Tuxtepec, Oaxaca.- Urge que la corporación de la Policía Municipal sea saneada. Urge que se realice una aguda asepsia. Urge que se manifieste un manotazo de autoridad y se sigan evitando abusos que sólo la ensucian, máxime en tiempos turbulentos en que urge rescatar su honorable labor.
Y es que en los últimos días, elementos de la Policía Municipal se han visto involucrados en casos de censura e intimidación en contra de la población civil, argumentando que está prohibido documentar sus acciones.
Primero fue un reportero de esta casa editorial, después un ciudadano. Y en ambos casos -que se los permite la Ley- documentaron en video las acciones de seguridad pública, siempre respetando y manteniéndose al margen de sus respectivas labores.
Sin embargo, los uniformados actuaron de manera irresponsable, estableciendo la intimidación y amenaza como línea de censura para que sus actuaciones no fueran exhibidas por la sociedad, acciones que son públicas y que representan al Estado.
Es por ello que, en virtud al escandaloso escenario, es necesario enderezar el rumbo de la corporación, rescatar a elementos de garantizada conducta y excluir a quienes la han puesto en mira de la desaprobación.
CONSPIRACIÓN
Frente a esta criticable situación, tienen que observarse todas las aristas y no descartar una conspiración que tenga como fin desorientar y agudizar las acciones de seguridad en el municipio.
Tal pareciera que los arrebatos policiales -registrados en dos días consecutivos- tengan intenciones oscuras y orquestadas por quienes tuvieron el control y que sirven a intereses que el pueblo expulsó hace tres años.
Pues hay que recordar que muchos de los policías que hoy sirven al Ayuntamiento fueron reclutados y formados por exmandos policiacos cuya labor actual es cuidar a expresidentes municipales de agrio historial.
Lo que no se dan cuenta, es que sus condenables acciones no sólo golpean a un Ayuntamiento sino que también enlodan a todos sus compañeros, quienes tienden a salir a las calles con el estigma cargado de coraje popular.
Es pues, urgente, que se enderecen las bases y estructura de la Policía Municipal integrada por elementos de reputación acreditada y por quienes, en afan de crear desestabilización, sirven para ensuciar a una administración y enfadar a un pueblo ávido de elementos honorables.