Luis Velázquez /Escenarios
04 de junio de 2019
UNO. El más pequeño de todos
Pequeño de por sí, más pequeñito se ve el presidente del CDE del PRI trepado en una escalerita minúscula pintando el logotipo del PRI en el edificio descascarado.
Incluso, hasta ridículo, con el pelo engomado y una camisa roja, a tono, digamos, con el rojo fidelista, el rojo, claro, del ex partidazo.
Igual que a los muertos embalsamados y hasta pintaditos para sepultarse, el presidente del CDE pintarrajeando el logotipo.
“El edificio estaba muy cochinón” dice el pie de grabado en la foto en la parte inferior en la portada de Notiver del domingo 2 de junio.
Un pie de grabado, indicativo. El cochinón político fue, por ejemplo, la causa del hundimiento del PRI.
El único consuelo, digamos, sería que en el resto del país están igual. O peor.
Pero, bueno, nadie puede estar peor luego de que en Baja California Sur ningún militante queda al PRI.
O como en el caso de otras entidades federativas, donde la militancia no llega a mil afiliados.
“577 en Aguascalientes. 690 en Colima. Tres en Durango. 519 en Guanajuato. 994 en San Luis Potosí. 748 en Tabasco” Proceso 2222, José Gil Olmos).
Un PRI disminuido en Veracruz con un presidente achicado, minúsculo, chiquito.
Dime el tamaño de su dirigencia y te diré la posibilidad de la esperanza diría el viejito del pueblo.
DOS. Infancia es destino…
Da risa la foto del presidente del CDE trepado en la escalerita pintando de rojo afanoso el contorno de la letra “I” en el logotipo.
Adolf Hitler, pintor de brocha gorda en sus orígenes antes de fundar el partido nazi.
Casi, digamos, Ernesto “El che” Guevara, tomando fotos instantáneas, cámara polaroid, en la Basílica de la Ciudad de México y vendiendo estampitas de la Virgen de Guadalupe para tener que comer cada día.
Benito Juárez y Melchor Ocampo en el exilio en Estados Unidos por culpa de Antonio López de Santa Anna, elaborando puros en una fábrica para comer la torta cada día.
Aquellos, claro, entraron a la historia. Ahora, el PRI necesita resucitar… que ni un químico pudiera.
Quizá en su casa, el presidente del tricolor habría agarrado experiencia de pintor.
O acaso cuando fuera presidente de la sociedad de alumnos de la escuela secundaria donde en nombre de la aventura juvenil se hacía talacha.
El sicólogo dice que “infancia es destino” y en el camino al Gólgota hay costumbres, hábitos, insuperables que duran el resto de la vida.
Carlos Slim empezó su vida empresarial vendiendo dulces a los 8 años de edad en el recreo en la primaria y así se convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo.
TRES. PRI y PAN, aliados
Si es cierta la versión en el pasillo partidista, entonces, el pintor de brocha gorda es pura faramalla.
Y es que “tirios y troyanos” aseguran, entre otras cositas, primero, que el CDE del PRI se volvió azul.
Segundo, que ninguna duda existe de que el PRI y el PAN, el PRD y hasta “Podemos” ahora cuando sea legitimado como partido político vía Francisco Garrido, ex diputado local, irán aliados en el año 2021 para las presidencias municipales y diputaciones locales y federales.
Y por tanto, dinero hay, pero, bueno, el reality-show ha de continuar.
Nada fácil, sin embargo, será que pronto en el CDE del PRI sea fundado el sindicato de pintores de brocha gorda, anexos y conexos, para demostrar que la población sigue ferozmente tricolor… a pesar de las derrotas como en Puebla y Baja California.
Y más cuando los mismos que originaron su caída en el año 2018 se adueñaron de la pelota.