Connect with us

El PRI Veracruz, callado; inicia nueva era

El Piñero

 

Luis Velázquez Escenarios

15 de mayo de 2019

 

UNO. Un resentido en el poder

 

Nada puede esperarse con Marlon Ramírez en el CDE del PRI. De baja estatura, gordito, es un político frustrado. Y vive para vengarse. Y cuando un hombre llega al poder con resentimientos, la vida, decía Juan Maldonado Pereda, se vuelve un infierno.

Nunca, por ejemplo, ha ganado una elección en las urnas. Nunca, claro, ha logrado una candidatura.

En el año 2017 estuvo a punto de quedar con la nominación tricolor a la presidencia municipal de Veracruz.

Pero se le atravesaron Francisco Ávila Camberos, quien declinó. Anilú Ingram, quien declinó. Otro más por ahí, que perdió. Y Fidel Kuri Grajales, originario de Orizaba, el magnate de los Tiburones Rojos.

Entonces, traicionó a su ex amigo Raúl Díaz Diez y lo tumbó de la candidatura a regidor y como iba en el número uno, y ante la derrota roja, quedó en el Ayuntamiento del panista.

Tan es así que está conflictuado con todas las elites priistas jarochas.

Un hombre así vive para desquitarse. Raúl Díaz, por ejemplo, ya decidió meterse de lleno a su rancho y hasta una alianza agropecuaria formó con Mario Tejeda Tejeda, dueño del rancho “Las palomas” y juntos harán experimentos genéticos para exportar ganado.

 

DOS. El PRI, callado

 

Aliado que fue, o es, del toluco Jorge Carvallo Delfín (“El hijo más ruin que he tenido” lo define su padre), caray, cuando un padre se expresa así de un hijo, todo puede esperarse.

Pero Marlon decidió apostar la aventura y considerando que “el que traiciona una vez traiciona siempre”, chocarán piedra con coyol.

El caso es que mientras los senadores panistas, Indira Rosales San Román y Julen Rementería, se la pasan tronando en contra del gobernador de MORENA en Veracruz, el silencio priista resulta indicativo y significativo.

Todos, callados.

Pasó el asunto de las patrullas policiacas y el silencio del PRI. Pasó el tema de la concesión de la venta de alimentos a los presos de los veinte penales, y el silencio priista.

El PRI, entonces, claro, de la carvallista Lillián Zepahua, se amarró la lengua. Y ni modo que Marlon, soñando con el pasado imperial y faraónico se la desamarre.

Y más porque en la campaña electoral partidista y luego de ser declarado presidente electo del CDE, ni una palabra sobre Cuitlalandia.

Quizá, dice el politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica, están entregados al gobernador para ver si en “el río revuelto” hay “ganancia de pescadores”.

TRES. El político obediente

Con todo, vislumbra el maestro en Ciencias Políticas, el tricolor quedará como las novias de rancho, esperando que vayan por ella.

Nunca el góber pactará con el priismo.

Y menos cuando, y por ejemplo, en la LXV Legislatura sólo tienen tres diputados (Érika Ayala, Juan Carlos Molina Palacios y Jorge Moreno Puga), el trío que llegara a la curul por la vía pluri.

Además, con los intereses económicos y sociales atravesados, por ejemplo, dueños dos de ellas de compañías constructoras, tan florecientes en el duartazgo y el fidelato.

Por eso el silencio priista ante Cuitlalandia, apostando a la esperanza y a la fe para ser tomados en cuenta.

Peor tantito si se considera que nunca en su vida el nuevo presidente del CDE del PRI ha sido un crítico.

Por el contrario, la obediencia a las elites gobernantes lo ha identificado.

Bastaría referir que el alcalde jarocho lo destapó días después de la elección tricolor y dijo que ningún conflicto de intereses miraba si Marlon seguía de regidor y despachaba como presidente del CDE, aun cuando él mismo anunció que renunciaría a la silla edilicia.

Bautizos así sólo AMLO vitoreando y levantando la mano al gobernador y que Fernando Yunes Márquez hizo lo mismo con su regidor azul.

 

Comentarios

Comentarios

Comentarios

Entradas Relacionadas