Luis Velázquez
Mientras Javier Duarte duerme en una cama de piedra en una cárcel militar de Guatemala, digamos, para rendir homenaje a Cuco Sánchez con su canción inmortal, en Veracruz el reality-show político sigue deslumbrante.
Por ejemplo, en los últimos días la profundidad y la alteza de miras de la política registró los siguientes decibeles, propios para que sean estudiados por un sociólogo:
De pronto, la diputada “Miss Bolsitas”, Eva Cadena (así le llaman en las redes sociales), declaró que la legisladora federal, Rocío Nahle, es la recaudadora de “El peje”.
En respuesta, Rocío Nahle, quien ya se siente inminente candidata de MORENA al Senado el año entrante, reveló que la manita que entrega el billete a “Miss Bolsitas” en los famosos videos de la corrupción es la manita, ni más ni menos, que de la hermana del Fiscal, Jorge Wínckler Primero (pues dos hermanos más se llaman igual.
Entonces, la hermana del Fiscal habló por teléfono a un conductor radiofónico y negó que “la manita que mece la cuna” fuera la suya.
Incluso, dijo que retaba a Rocío Nahle a demostrarlo, pues, además, aseguró que desde hace diez años ha dejado de ir al pantano de Coatzacoalcos.
De inmediato, el diputado federal, Cuitláhuac García, quien ya se cree gobernador de seis años, “tiró su espada en prenda” y dijo que la hermana del Fiscal, además, cobra como “aviadora” en la secretaría de Seguridad Pública.
Peor tantito: que cobra como “aviadora” y que se hace pasar con un alias para que nadie la identifique.
En medio del lodazal que está cayendo como en el día del Juicio Final, el Fiscal dijo que citaría a Rocío Nahle para declarar.
Y en automático, Rocío Nahle reviró que, claro, con muchísimo gusto, acude a la Fiscalía, pero siempre y cuando el Fiscal entregue los videos completos de la corrupción, desaparecidos del hotel Terranova, de Coatzacoalcos, y en donde queda comprobado que “la manita” de la corrupción es la manita de su hermana.
Un reality-show de grandes ligas.
Pero, como todo show, hubo una segunda parte.
LA REALIDAD, MEJOR QUE LA FICCIÓN
La segunda parte fue en Huatusco, donde “El peje” llegó en gira el fin de semana anterior.
Y de pronto, en el mitin, una mujer apodada “La diabla” y “La demonia”, tiró, primero, una botella con agua a “El peje”, y luego enseguida un par de huevos, uno de los cuales se estrelló en su cabeza.
De inmediato, el fundador y gurú de MORENA sacó su peine para escurrir la yema y la clara del huevo y que, por cierto, en el duartazgo, cuando se los tiraran a Adela Micha en ceremonia en el Congreso declarada doctora Honoris Causa pudo librar el güevazo con habilidad.
Así, y en medio del caos, los escoltas y los simpatizantes de “El peje” protegieron su cuerpo y lo sacaron casi casi de palomita del mitin, lo treparon a la camioneta y salieron relampagueando a Boca del Río, donde presidiría un evento en el corazón del feudo panista de los Yunes.
Al mismo tiempo, y en Huatusco, otros militantes de MORENA se fueron encima de “La demonia”.
Y “La demonia” salió corriendo, ni más ni menos, a la iglesia para que entre las imágenes de las vírgenes y los santos, escondida en la valencianas del presbítero, evitara la furia y la ira de los morenistas.
Rocío Nahle diría: “Yunes está desquiciado”.
Yunes respondería: “Fue un montaje”.
En Boca del Río, Andrés Manuel López Obrador lo declaraba así:
“Fue Yunes. Fue Yunes. Fue Yunes”.
Y lo declaraba así recordando quizá cuando Miguel Ángel Yunes Linares, a través del filósofo Enrique Ampudia Mello, apoyado por estudiantes de la FACICO-UV, reclutaron a un montón de homosexuales y los lanzaron en contra de Cuauhtémoc Cárdenas desayunando en “La parroquia” de la avenida Independencia en el puerto jarocho, aun cuando otro grupo de gays también se le fue encima en una cena la noche anterior en Xalapa.
El reality-show, en su más alta dimensión que ni siquiera, vaya, al guionista de la telenovela “El bienamado”, con el sátrapa Odorico Cienfuegos en papel edilicio, se le pudo ocurrir.
Bien lo dijeron Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes Macías en una feria del libro en el Palacio de Minería en la Ciudad de México:
“Hemos decidido dejar de escribir (novelas y cuentos), porque la realidad es más interesante”.
EL SHOW HA DE CONTINUAR…
Con tales historias, Javier Duarte y los suyos (políticos, socios y familia) se están quedando cortos.
Y más, por lo siguiente:
Nadie dudaría que el reality-show está sirviendo para “ordeñar la vaca” con disimulo, como, incluso, ya lo trascendió el diputado local, Sergio Rodríguez (declarado “El demócrata del Golfo de México” por Miguel Ángel Yunes Linares), cuando dijera que en la SEFIPLAN de Tula subsiste la llamada “Operación licuadora”, el juego diabólico y perverso que consiste en desviar el dinero público a otros programas, a otras regiones, a otros bolsillos y/o al jineteo bursátil.
Si en la antigua Roma estaba el coliseo para diversión de los emperadores y sus doncellas y el pueblo, aquí, entre nosotros, basta y sobra seguir los pasos al show político de cada día, y en donde, además, cada duartista que va cayendo al penal de Pacho Viejo se declara un ángel de la pureza, un político impoluto, el modelo de honestidad en todo el Golfo de México.
Y en donde, y en todo caso, como Mauricio Audirac Murillo, ex titular de SEFIPLAN, “se cura en salud” y dice que los corruptos eran Antonio Tarek Abdalá, el diputado federal que se le fue “vivo y coleando” al Fiscal, y Carlos Aguirre Morales, y quien anda “a salto de mata”.
El show ha de continuar y que sirvan las otras con la botanita siguiente…