Luis Velázquez/ Barandal
29 de junio de 2019
ESCALERAS: Hay un rafagueo entre el secretario de Salud, SS, y unos diputados locales. A primera vista, expresa la independencia de una parte del Poder Legislativo del Poder Ejecutivo. Pero al mismo tiempo, y como dirimen sobre el bienestar social, el bien de los pobres, “por el bien de todos primero los pobres”, ajá, entonces, nadie desearía que el bombardeo significa un fuego pirotécnico que apenas, apenitas, quedara, digamos, en el carril mediático.
El titular de la SS, el médico que llegara del sur para sacrificarse por los jodidos dejando atrás su comodidad de jubilado del IMSS y sus negocitos, uno de ellos, un antro, ha sido grosero. Déspota, incluso, en el ejercicio del poder.
PASAMANOS: Por ejemplo, cuando días anteriores unos legisladores le reclamaron su negativa al legítimo derecho de audiencia reviró diciendo que no tiene tiempo.
Y que no tiene tiempo porque anda apurado, de prisa y con prisa, enfrentando lo que llamara la crisis humanitaria de salud que dejaran, dijo, Miguel Ángel Yunes Linares, Javier Duarte y Fidel Herrera Beltrán, ¡vaya mesianismo de “El besucón”!
CORREDORES: El primer diputado en levantar “el dedo flamígero” en su contra fue Érik Iván Aguilar López, militante del Partido del Trabajo, un hombre con un corazón gigante, dicharachero, bromista, juguetón, folklórico, que el día de su toma de posesión como “Conscripto de la patria” llegara al Palacio Legislativo con un mariachi, músico que es.
Aguilar López, crítico, incluso, al gobernador, pidió al titular de la SS que “deje de esconderse y se ponga a trabajar”.
Según revelara, solicitó audiencia al doctor Roberto Ramos Alor. Y nunca le contestó. Insistió y la respuesta fue la misma. El silencio. La indiferencia. La prepotencia. La altivez. La soberbia. ¡Vaya hombrecillo!
Entonces, con su figura de gigante, el gigante contra pulgarcito, Goliat contra David, el diputado denunció que en su pueblo, Alto Lucero de Paquita la del barrio, hay una epidemia de dengue.
Y lo más canijo, el pueblo, a la deriva social, sin médicos ni medicinas.
BALCONES: El PT es, con todo y haber sido fundado por Carlos Salinas, un partido que se dice de izquierda. Su líder nacional se alió con AMLO y AMLO abrió la puerta. Por eso, Aguilar López llegó a la curul.
Pero por encima de alianzas partidistas y vasallaje y sumisión del Poder Legislativo al Ejecutivo, el diputado local coloca a la población de su distrito.
Y, bueno, la enseñanza socialista y comunista y trotskista y maoísta, anexos y conexos, enseña que si el cabildeo mediático es insuficiente, entonces, luego enseguida están la resistencia pacífica y la sublevación social y después la denuncia penal.
Ya se verá el alcance de la firmeza de Aguilar López, pues nadie imaginaría que de pronto, “El besucón” le hablara por teléfono y/o uno de sus cabilderos y aceptara feliz tomar un cafecito.
“Revolución que tranza… no avanza” decía Venustiano Carranza cuando se refugiara en Veracruz para mantener la dignidad republicana.
PASILLOS: La otra diputada levantada en armas en contra del titular de la SS es Andrea Guadalupe Yunes Yunes. Ella milita y/o llegó al Congreso vía la curul pluri por el PVEM. Luego, se alió como estrategia con el par de diputados del PRI para evitar la desaparición de la bancada. Pero hasta donde se entiende, conserva su independencia.
Y como ella es doctora, doctora que renunciara a su plaza en el ISSSTE, otorgada, todo indica, en el tiempo de su tío Miguel Ángel Yunes Linares, director general en el Felipismo, entonces, fue nombrada presidenta de la Comisión de Salud.
VENTANAS: Y desde hace ratito se puso los guantes en contra del titular de la SS.
En el último bombardeo pidió a la Contralora Leslie Garibo que sancione a Ramos Alor “por la presunta entrega de contratos sin licitaciones” (Diario de Xalapa, 24 de junio, 2019).
Ella presume, como tantos otros en la cancha pública, que desde la SS “amañaron” contratos por más de 300 millones de pesos para beneficiar a la empresa Impromed, miembro, se afirma, del llamado “Cartel de la sangre”.
Lo dijo así:
“Es inaceptable que los secretarios usen a las dependencias para hacer sus negocios, mientras que la Contraloría se lava las manos”.
PUERTAS: La diputada puso en el carril político una presunción pues, se entiende, está en investigación, partiendo de la sospecha.
Pero además, rafaguea a la Contralora, la mismita que luego de azarosa investigación determinó que ningún delito cometiera el gobernador con nombrar a su primo político, casado con una prima carnal, Eleazar Guerrero, con nombrarlo subsecretario de Finanzas y Planeación.
Además, y luego de su tiempo como director administrativo de la secretaría de Seguridad Pública, el duartista Arturo Bermúdez Zurita al frente, y director administrativo de la secretaría de Comunicaciones con Fidel Herrera Beltrán.
CERRADURAS: Si así actuó la Contralora, palabra de Dios, con todo y que la diputada Yunes Yunes interpusiera una denuncia penal contra Roberto Ramos, la Contraloría lo avalaría, pues es su chamba. Para eso fue nombrada. Además, claro, de formar parte del primer círculo del poder del gobernador.
PATIO: Con el fuego amigo y enemigo, crítico, disidente, independiente, del par de diputados contra el secretario de Salud, “para bien o para mal”, quizá dulce música de la democracia, Cuitláhuac sale raspado y acaso se debilite más y más en su autoridad moral, política y social.
Nadie pensaría que la explosión legislativa quede en reality-show. Ya lanzaron la pedrada y recurrirán, se entiende, a todas las posibilidades. Y más con la soberbia altanera de Roberto Ramos Alor, quien con su altivez muestra la grandeza de su pequeñez. Una pequeñez que se agiganta con su inseparable bata/piyama y su barbita estaliniana y trotkista.