Por Paulo Sergio HG
Loma Bonita, Oaxaca.- Este es uno de los sabores mazatecos que se pueden observar en los mercados locales de las ciudades en la cuenca baja del Rio Papaloapan en esta temporada invernal.
Para Nestor Rafael este tiempo representa una oportunidad para salir a vender sus tepejilotes y que ofrece a las amas de casa quienes saben apreciar esta flor. Durante varias ocasiones sube hasta las montañas de la sierra mazateca, específicamente a la población de Huautla de Jiménez donde intercambia sus monedas por flores silvestres que ahora forman parte importante de la herencia gastronómica del cuenqueño.
Acompañado de su padre quien inició el negocio, nos explica que ahora él es quien continúa la tradición de salir a venderlos. Tradicionalmente, el tepejilote que se vende en racimos lo ofrece ahora en bolsas, ya limpio. Mientras anuncia con su voz, con sutil delicadeza inserta el cuchillo, hace una incisión y extrae la flor de color amarillo que asemeja a una mazorca de maíz tierna.
Es una labor que han realizado durante ahora dos generaciones y que gustosamente se convierte en un estilo de vida que les permite solventarse económicamente.
El sabor de la nostalgia
Entrevistamos a una cliente quien al preguntarle sobre la flor nos responde que le trae buenos recuerdos de su tierra. Ella es de Vicente Camalote, Oax. Una comunidad que se encuentra a las faldas de la Sierra Madre de Oaxaca cercano a los límites veracruzanos de Tierra Blanca. “Recuerdo los fríos que acompañaban al subir al cerro al recolectarlos; Tu los ves allí, en las palmas, parecen mazorcas y solo los cortas. Es una cosa riquísima. Lástima que no puedo ir de regreso, si yo fuera me trajera todos los tepejilotes que pueda.
“El tepejilote yo lo aprendí a comer asado en las brazas. De esa manera es muy sabroso pero también se puede comer capeado y se acompaña con una salsa de tomate y chile. Sabe riquísimo. Otra forma para comerlo es en vinagre y chiles, es una receta que nunca falla”. Para ella es un recuerdo que la trasporta a la infancia y la manera abrupta que tuvo que exiliarse de su comunidad al ser asesinado su padre. Ahora se encuentra en Loma Bonita en donde ha hecho vida. Este fin de año se la pasará sin sus seres queridos, dice que estará sola. Ya está acostubrada. Mientras tanto, ella más tarde cocinará los tepejilotes que ha comprado y se transporará en el recuerdo, aquellos momentos donde ella era feliz en el cerro y disfrutaba de los paisajes de la zona.